“¿PAPA O MAMA?”

Ciertas declaraciones teológicas ponen la piel de gallina a más de una. En la sociedad del siglo XXI nos vanagloriamos, quizás, de la intención de igualdad entre mujeres y varones, pero en la Iglesia tal paridad todavía no se ha planteado. Argumentan los devotos que si Cristo escogió a doce discípulos sin mujeres en su sino, fue por razones obvias, a saber cuales. Por dicha causa, y si Jesucristo lo quiso así, la mujer fue apartada hasta hoy día del seminario y a su vez del papado. La verdad es que quienes argumentan tal razón no tienen en cuenta el contexto histórico en que el rabí Jesús predicó su ideología: un mundo clasista y sobretodo machista. No lo pudo hacer de otra forma, él también era humano en sus circunstancias. Téngase en cuenta que en todos Los Evangelios jamás se llamó a si mismo ni Dios ni hijo de este, era de carne y hueso como nosotros, era de nuestra especie. Dicho esto, y si Jesús predicó la igualdad de derechos entre los humanos, hombres o mujeres, y tuvo discípulas femeninas, María Magdalena entre otras, ¿qué ocurre con la ley sálica vaticana? ¿Acaso dos mil años de historia no han bastado para evolucionar? ¿Tanto les cuesta imaginar una mujer Papa? ¿Una Mama? Y en tal caso ¿De qué tienen miedo ante una hembra? ¿A perder su celibato? Parece obvio que de Papa a Mama hay para toda una eternidad.