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viernes, 21 de junio de 2013

CANAL OLÍMPIC PRIVAT

Deia André Malraux, sols en la política es pot ser maliciós i bo alhora. Telefònica la vam pagar entre tots i l’Estat se la va vendre sense donar-nos ni les gràcies i ni un duro, potser quelcom semblant està passant amb moltes instal·lacions olímpiques que tots els contribuents vam viaticar abans del 1992. En el Canal Olímpic, tot i haver-hi un cartell que posa que el recinte pertany a la Generalitat de Catalunya, l’ús i gestió en són privades, ¿no fora millor treure el cartell de l’administració i penjar el de Propietat Privada? De fet ja no és un espai públic ja que passejar-hi no es pot fer gratis, l’empresa que ho gestiona et cobra 3 euros per tenir dret a caminar-hi. Pot entendre’s que si vols fer rem, bicicleta, atletisme o altres activitats esportives hagis potser de pagar per utilitzar les instal·lacions, però sols per caminar-hi? Potser en un futur les administracions ja estan pensant en cobrar-nos per trepitjar el nostre carrer i és que la mar com més té, més brama.

DUPLICIDAD AUTONÓMICA

Rajoy y su equipo de Gobierno proponen eliminar duplicidades entre éste y las autonomías con el fin de reducir costes y mejorar los servicios. Durante este otoño de 2012 un alumno de Bachillerato y yo analizamos los pronósticos de tiempo entre la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC), y la verdad las dos lo hacen igual de bien, o igual de mal según se mire. La diferencia radica en los costes de una con respecto a la otra. Aemet cuesta a los españoles unos 50 millones de euros al año con unos 1400 trabajadores, mientras la catalana SMC cuesta 6 millones con sólo 70 contratados. Es decir la agencia estatal tiene 20 veces más personal que la catalana, gasta 8 veces más que ésta pero la población española no es ni 20 ni 8 veces la catalana, sólo 6. Es deir la catalana con menos personal y menos dinero lo hace igual de bien, ¿quién es más eficiente pues? Cabe añadir que en seis años Aemet ha instalado por el territorio catalán 15 estaciones meteorológicas en municipios donde ya las había, ¿no hubiera sido más eficiente pedir los datos y evitar tantos aparatos repetidos los impuestos españoles? En fin, y bajo todas estas cifras, la agencia meteorológica más eficiente resulta ser la autonómica y no la nacional, algo que conllevaría suprimir la estatal si realmente queremos ahorrar dinero y mejorar el servicio para todos, ¿o hay otras intenciones en su proyecto señor Rajoy?

sábado, 15 de junio de 2013

LA EVOLUCIÓN SIN SENTIDO (Eudald Carbonell y Jordi Agustí)

El pasado 7 de junio de 2013 fue presentado un ensayo sobre evolución titulado La Evolución sin Sentido, un libro fruto de las opiniones de dos conocidos paleontólogos, Eudald Carbonell y Jordi Agustí. El trabajo utiliza muchas de las ideas que Darwin publicó en El Origen de las Especies para extenderlas en la evolución biológica y cultural de los humanos. De todas formas ciertas afirmaciones de los autores parecen resultar más bien suposiciones que no argumentos científicos fundamentados con datos taxativos. Hablan por ejemplo que la evolución cultural humana ha progresado sin proponérselo, algo paradoxal si atendemos a la gran capacidad de previsión y programación de la humanidad en todo su futuro. Afirman que la complejidad social actualmente alcanzada nos hace más vulnerables, concepto muy ambiguo ante la diversidad de estrategias evolutivas, complejas o no, que han tenido éxito en uno u otro extremo durante más de 4.000 millones de años de vida terrestre. Añade Agustí que los prehistoriadores somos profetas del pasado, no del futuro, afirmación en donde el autor confunde los conceptos ya que las profecías siempre se refieren a lo venidero, y no a indagar lo que ocurrió observando objetivamente los restos arqueológicos. Ante el futuro, profético o no, Carbonell agrega que se muestra escéptico sobre la capacidad de los humanos de influir en su destino, algo que 200.000 años de existencia de Homo sapiens en el planeta contradicen. Insisten ambos autores en la obviedad que nuestra especie camina hacia la incertidumbre, algo que le ocurre a todo el cosmos ya que por ahora el futuro no es previsible y todas las especies evolucionan gracias a esa incertidumbre, el azar y la variabilidad genética. Y terminan con un mensaje apocalíptico muy clásico y repetido, que el hombre destruyendo el planeta se destruirá a si mismo, algo nuevamente incierto al pertenecer al futuro y que los autores afirman no saber cuando ocurrirá, aunque Carbonell da una solución, que sólo a partir del conocimiento compartido podremos afrontar nuestro futuro, algo que hace tiempo hacemos en escuelas, universidades e incluso por Internet. Añade Carbonell a lo anterior, y como ideas suyas, filosofías que hace siglos cristianos y budistas practican, la solidaridad de todos entre todos en contra del egoísmo humano para así evitar el Apocalipsis venidero. En este sentido Carbonell, como arqueólogo y no como biólogo, se extralimita al decir que somos monos con tecnología humana, concepto erróneo ya que mono no es un término científico, somos primates. En fin, la mezcla de biología, historia, etnología y teorías económicas les lleva a concluir que si los humanos queremos sobrevivir debemos sustituir el azar de la evolución por la lógica, que sin tomar las riendas de nuestra biología nos veremos abocados a una crisis peor que la actual. En cierta forma alguien podría interpretar que defienden la eugenesia y la clonación de unos humanos elegidos, algo muy delicado y alejado en un ensayo científico.