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viernes, 29 de agosto de 2014

MENHIRES: SIGNIFICADO Y OBJETIVO

No disponer de crónicas sobre el pasado abre la puerta a la imaginación y a la Prehistoria. Nuestros antepasados megalíticos no nos dejaron su historia sobre papel u otro soporte donde poder leer su pasado. No obstante, nos dejaron sus monolitos quizás con alguna intención que todavía no hemos sabido interpretar. El levantamiento de menhires se extendió durante la Edad de Bronce desde el Mediterráneo hasta las lejanas tierras de Indonesia. Sabemos que sus constructores pertenecían a clanes de agricultores y pastores que combinaban la caza y la recolección para obtener mayores recursos del medio. Sabemos que, en su mayoría, no presentaban una organización militar en forma de estados pero sí en forma de clanes. Sabemos que su cultura se extendió, evolucionó y diversificó en función de cada región. Desde los menhires clásicos del continente europeo hasta les taules menorquinas, desde los monolitos esculpidos en Córcega hasta los dólmenes funerarios de Malta, la diversidad megalítica es más que evidente. La mayoría de estas construcciones tenían una intención funeraria, en el caso de los dólmenes y montículos, o religiosa, en la de los templos megalíticos. Sirva para este último caso, el ejemplo de la isla de Malta donde se han encontrado esculturas atribuidas a la diosa Tierra. Quizás de forma parecida a los ketchuas y aymaras de América, los pobladores megalíticos idolatraban la tierra que les daba fruto. Los ketchuas y aymaras realizan hoy en día “Pagos a la Tierra” con hojas de coca. Los rituales de este tipo agradecen e invocan al suelo por una buena cosecha. Rituales parecidos quizás también formaban parte de los pobladores megalíticos. Con todo, queda por resolver el enigma de los menhires. Por su alrededor no se encuentran restos funerarios que nos puedan indicar una relación con el más allá, como sí ocurre con los dólmenes. Estos siempre abrigan los restos de algún miembro del clan. Así que de los menhires sólo sabemos que eran enormes monolitos de roca tallada, clavados en el suelo y con sus caras mirando a menudo al Este y al Oeste. Poco más se puede decir sin entrar en suposiciones. Se han propuesto muchas interpretaciones al respecto: símbolos fálicos, cultos religiosos, monumentos conmemorativos, señales de territorio y calendarios solares. Quizás todas estas suposiciones sean ciertas o quizás no. De todas formas, erigir un monolito con la tecnología del momento y bajo una economía pastoril y agrícola, requeriría un gran esfuerzo bajo un objetivo común para el clan. Existen maneras más sencillas y económicas para establecer un calendario o para marcar el territorio de un clan. Por otro lado, si esta fue la utilidad de los menhires, no se puede comprender que los pobladores megalíticos levantasen grandes concentraciones de monolitos sólo para delimitar dominios o computar los ciclos solares. Sírvase el caso de los más de doscientos menhires alineados en Pagliajo, Córcega. En cuanto a la teoría de monumentos conmemorativos, sin inscripciones, ni símbolos esculpidos, no parece ser una interpretación muy viable. Hubiera sido mucho más fácil desarrollar un lenguaje simbólico y dejar por escrito las epopeyas de su historia que levantar menhires con el esfuerzo que ello conllevaría. Entonces, ¿cuál fue el significado de los menhires? Las interpretaciones como objetos de culto parecen contar con más adeptos y ser las más lógicas. La fe mueve montañas y el hombre puede llegar a realizar gigantescos monumentos por razones del más allá. Nuestras catedrales dan clara prueba de ello y quizás los menhires también. Pero para construir dichos monolitos tuvo que existir un poder, llamémosle político, que coordinara los esfuerzos de un clan o grupo de clanes para erigir dichas construcciones. Anteriormente se ha comentado que las sociedades megalíticas no estaban organizadas en sistemas estatales, ni militares. Entonces ¿quien pudo infundir, impulsar y hacer necesario el levantamiento de estos monolitos? La primera pista quizás no las da el yacimiento de la Filitosa en Córcega. Este conjunto de menhires consta de rocas donde se esculpió el aspecto de los líderes del clan. Se aprecian perfectamente sus barbas, ojos, nariz y mentón. Pero ¿quiénes fueron estos personajes y por qué se les dedicaron estos monolitos? Los Siuais, una cultura de clanes que vive en la isla de Bougainville, una de las islas Salomón del Pacífico Sur, nos da otra pista. Los Siuai llaman mumi al gran benefactor, al gran hombre que sin ser su jefe, organiza grandes banquetes para demostrar ante los demás su posición y estatus. Todo joven siuai anhela ser un mumi en su madurez. Llegar a ser un mumi significa tener un séquito propio de hombres que colaboren en la realización de grandes festejos. Entre los kaokas de las islas Salomón también se da esta costumbre sin mencionar los antiguos kwakiutl de la isla de Vancouver. Durante la historia de la humanidad, y dentro de sociedades agricultoras, no militarizadas y sin estado, se ha repetido la figura del gran benefactor en multitud de ocasiones. Quizás a ellos iban dirigidos los menhires en tiempos megalíticos. Pero, sin ejemplos palpables y actuales de ello, poco más podemos decir sin entrar en la pura especulación. De todas formas existe actualmente un grupo étnico que nos trae nuevas evidencias. En la isla de Sulawesi, antiguas Célebes, vive una conjunto de clanes en el suroeste de la región. Los toraja erigen en ocasiones menhires a sus grandes benefactores. La altura del monolito es proporcional a la importancia del líder difunto. Los funerales van acompañados de grandes demostraciones de ostentación por parte de la familia del muerto. Sacrificios de gallinas, cerdos y quizás algunos búfalos, se realizan para ofrecer un gran festejo a los invitados. Perpetuar al gran benefactor y continuar su liderazgo es objetivo de los allegados al difunto. Por otro lado, los antiguos toraja practicaban el politeismo donde la vida y la muerte eran ciclos de una misma existencia. Recuérdese que los menhires del megalítico suelen estar orientados en dirección este oeste. Por el este sale el sol, la vida, pero en el crepúsculo este se esconde por el oeste y aparece la luna o la noche como símbolos de la muerte. El ciclo de la vida ha finalizado. El culto al sol y a la luna como ciclos de vida y muerte se halla en muchas culturas. Los ketchuas y aymaras también idolatraban y construían templos a la luna y al sol. Los toraja siguen siendo hoy en día una sociedad de clanes de agricultores y pastores no militarizados con grandes benefactores como líderes de la tribu. Cuando muere un gran benefactor se le erige un menhir celebrando un gran festejo tras el cual el difunto es introducido en una cueva, como también ocurría en la cultura del bronce europeo. Además las espirales en muchos monumentos megalíticos mediterráneos hallan paralelismo también con los toraja. Éstos las dibujan y esculpen en muchas de sus viviendas. El símbolo significa la reciprocidad entre el grupo, como la que tuvo que existir entre las culturas del bronce. Con todo lo dicho, y bajo los paralelismos culturales entre el bronce mediterráneo y los toraja, los menhires del megalítico eran monolitos erigidos en honor de los grandes benefactores del clan. En otro sentido, nuestras iglesias y crucifijos cristianos siguen recordando al creyente a otro gran benefactor entre panes y peces, a Jesús.

jueves, 7 de agosto de 2014

TDAH III Jornades de Secundària al CDL

Los síntomas centrales de trastorno, el TDAH, son la falta de autocontrol y atención del individuo, su incapacidad para finalizar las tareas y un nerviosismo generalizado. Para la mayoría de psiquiatras, asociaciones de familias con hijos hiperactivos y laboratorios farmacéuticos la causa del TDAH es más genética que adquirida, en cambio para muchos psicólogos, neurobiólogos y docentes la causa es más adquirida que genética. En ambos lados hay sus excepciones, pero lo básico es que existen estas dos tendencias para explicar el origen causal del TDAH. Este va a ser el tema de debate de las próximas III Jornadas de Secundaria que se celebrarán en el Il·lustre Col·legi de Doctors i Llicenciats de Catalunya los próximos 21 y 22 de Noviembre de 2014 en Barcelona. Joe Knobel, psicólogo clínico miembro de Espai Freud, y Rosa Bosch, psiquiatra de la Vall d’Hebron, expondrán sus puntos de vista. Analicemos quien puede llevar más razón. En el diagnóstico de hiperactividad no hay análisis químicos que lo corroboren y al final todo depende de la opinión de un experto. El fallo del especialista surge de observaciones y preguntas al aquejado. En este sentido las tomografías cerebrales sólo muestran como funciona el cerebro del afectado con TDAH, no la causa ni el trastorno en si. Al ver las áreas cerebrales implicadas sólo vemos como reaccionan las neuronas, pero con ello no podemos discernir si tal actividad neuroquímica es innata o adquirida. Los fármacos, por tanto, intentan paliar los efectos y no la causa original del trastorno. En noviembre de 2006, el congreso anual de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria denunció que la gran mayoría de síndromes psicológicos de aquel entonces resultaban procesos naturales que la industria farmacéutica convertía en patologías con el fin de colocar nuevos fármacos cuya utilidad parecía, al menos, dudosa. El doctor Pablo Alonso, médico del Centro Cochrane Iberoamericano, afirmaba que con ello se lograba crear en los pacientes la falsa expectativa de una salud perfecta sin esfuerzo en superar situaciones propias de la vida. Así al cansancio se le había llamado fatiga crónica; a la pereza, síndrome vacacional; a la timidez, inhibición social y al alumno desatento, hiperactivo. Según Alonso y otros científicos como Jörg Blench y Ray Moynihan, todas aquellas situaciones eran sensaciones que con esfuerzo se superaban, pero que los placebos de las farmacéuticas hacían que no se afrontasen. Cabe añadir que las propias farmacéuticas subvencionan congresos que publicitan y promocionan fármacos para el TDAH. Sirva de ejemplo el de Mayo de 2014 en Barcelona, un congreso dirigido exclusivamente a estudiantes, asociaciones de hiperactivos y familias a quienes se les ofrecía todo tipo de facilidades en desplazamientos, alojamiento, y hasta descuentos en tiendas. Con independencia de los congresos publicitarios, los fármacos allí propuestos contenían metilfenidato o atomoxetina, anfetaminas psicoestimulantes que calman a los estudiantes con TDAH pero que no atajan la causa genética que algunos psiquiatras y familias defienden. Es más, existe el riesgo de graves efectos secundarios como alteraciones cardiovasculares, retardos en el crecimiento, insomnio, anorexia y pérdida de conciencia. Por todas estas causas este tipo de anfetaminas han sido prohibidas en Canadá y otros países. Ante todo lo anterior cabe buscar otra perspectiva ante el TDAH. En la experiencia de muchos docentes se hallan muchos alumnos con TDAH que una vez diagnosticados su rendimiento cae en picado. En ello cabe añadir que muchos padres se creen en demasía la hiperactividad como una enfermedad que incapacitaba a su hijo, y no como algo quizá adquirido. De esta forma, y si al presunto hiperactivo se le dice y repite que padece un TDAH y que se le rebajaán los niveles de exigencia escolares, el chaval se cree incapacitado y acababa por desarrollar otra anomalía, un QTTT, que trabaje tu tía, algo que le convierte en un cateto sin que él sea culpable de su inapetencia estudiantil. Ante la observación de algunos docentes cabe añadir los últimos avances en neurobiología que indican que gran parte de la hiperactividad es una situación normal a superar solo con esfuerzo y hábitos familiares férreos. Investigaciones recientes han demostrado que en el aprendizaje la atención influye más que la capacidad innata del individuo, es decir que el entorno puede más que la genética y que por tanto, la capacidad no es del todo innata. Si la mayor parte de la hiperactividad hunde sus raíces en lo adquirido, esto pesa más que lo innato y por tanto los malos hábitos la desatan y los buenos la desactivan. Muchos educadores saben que una educación motivadora y con retos, llamada estudio esforzado, crea chicos brillantes con gran independencia del genoma heredado. Estudios de neurociencia también afirman que el ambiente afecta más que la genética en el talento de los estudiantes. Un estudio efectuado en Chicago durante más de siete años sobre unos 2000 niños, afirmaba que el entorno social y cultural ostenta mayor influencia que la genética en sus coeficientes de inteligencia. Para más información se puede consultar por Internet, Proceedings of the National Academy of Sciences USA del 19 de diciembre de 2007. Añadamos a lo anterior que familias en donde se practica el estudio esforzado crean alumnos sin problemas educativos y sin TDAH. Bajo este prisma, es la cultura quien amasa el barro de nuestras capacidades innatas. Heredamos potenciales gracias a nuestros cromosomas pero bajo un buen influjo los positivos llegan a fructificar, en caso contrario jamás se aprovechan. En marzo de 2007 la investigadora del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, Mara Dierssen, declaraba que los modernos estudios de neurociencia indicaban que el ambiente influía más que la genética, es decir, la genética estaba siempre en un segundo plano con respecto a los hábitos. La opinión anterior halló un respaldo definitivo en invierno de 2008 cuando el neurobiólogo Douglas Fields demostró que el cerebro humano adquiría mayor potencial de aprendizaje si desde pequeño uno se esforzaba o le inducían a ello. Cuando nacemos nuestras células cerebrales se hallan poco mielinizadas. El recubrimiento de mielina es mayor en individuos que desde pequeños fueron estimulados y educados bajo el esfuerzo provocando un mayor cociente intelectual de los niños estudiados y una ausencia de hiperactividad. Bajo todo lo anterior cabría presuponer que el TDAH resulta un potencial despertado por unas costumbres erróneas que pasamos a detallar. El primer dato nos lo ofrecieron Gonzalo Pin del Hospital Quirón de Valencia, y Milagros Merino del Hospital La Paz de Madrid, al ver que el 15 % de los niños llamados hiperactivos, en realidad padecían trastornos de sueño. El pequeño que dormía mal, al día siguiente mostraba conducta irritable, pérdida de concentración, bajo autocontrol y disminución del rendimiento escolar. Sólo al cambiar sus pautas de sueño se corregía la supuesta hiperactividad. El segundo dato se publicó en la revista The Lancet en setiembre de 2007 en donde se relacionó la hiperactividad con el abuso de azúcares que provocaban comportamientos bulliciosos y pérdida de concentración en los chavales. Además una dieta con exceso de dulces activa de noche al escolar y no le permite dormir plácidamente, algo que puede desatar el TDAH por la mañana. El tercer dato fue la relación entre ausencia de cultura del esfuerzo y TDAH de algunos alumnos. Muchos docentes testimonian que algunos escolares diagnosticados de hiperactividad, en realidad carecen de rutinas, límites y atenciones paternas. Sin orden, ni juegos, ni disciplina aumenta la impulsividad del rapaz y por tanto su incapacidad de autocontrol y de concentrarse, su TDAH. Un estudio en 2008 de la doctora Fàbia Morales demostró que la impulsividad adquirida, que no innata, estaba asociada con el TDAH, es decir, que cualquier entorno que promueva la ausencia de control anima a la aparición de la hiperactividad. Descrito todo lo anterior, vemos que trastornos del sueño, abuso de azúcares, ausencia de rutinas, ausencia del esfuerzo, ausencia de disciplina, padres ausentes y la impulsividad asociada, pueden provocar un TDAH. Por tanto, parece que la causa general del TDAH es más adquirida que innata. Entorno y genética siempre fueron dos partes inherentes de la especie humana difíciles de separar, sin cultura no nos hacemos humanos pero sin base innata no habría un ser para ser educado. El límite entre la una y la otra siempre suscita miles de debates científicos y filosóficos. Quizás fue nuestra obsesión por clasificar las cosas el error. Jamás existieron en nosotros dos entidades claramente diferenciadas como cultura y biología, simplemente los humanos somos las dos cosas a la vez. Nacemos con potenciales que yacen dormidos hasta que nuestros hábitos los activan o los reprimen, pero son nuestras conductas, y no nuestros genes, quienes mandan más en ello. Como decía Kant, nos hacemos humanos al ser educados por otros humanos educados. Depende por lo tanto de nosotros potenciar la inteligencia o reprimir la hiperactividad. Esta última sí, existe, pero con dos matices. El primero es que hay decenas de causas diferentes que provocan el TDAH y la segunda es que la inmensa mayoría de ellas no son cien por cien innatas sino malos hábitos educativos. Los fármacos puede que ayuden puntualmente pero sin un cambio de hábitos la cosa irá para largo. Todos los datos médicos anteriores así lo indican. En fin, lo padres no deben creerse esclavos de ningún diagnóstico que influya limitando las posibilidades de su hijo. La hiperactividad no es una lacra, simplemente es un mal a corregir. El psiquiatra que descubrió el TDAH, Leon Eisenberg, confesó siete meses antes de fallecer en 2009 que el TDAH era una enfermedad forzada.

martes, 5 de agosto de 2014

LETIZIA REINA PA I CIRC

Des de la casa reial i del Govern s’han potenciat imatges positives dels membres monàrquics, un Juan Carlos campechano, una Sofía inaugurant museus, un Felipe de la bona entesa, i ara una Letizia vestint com el poble. Però si mirem les fotos de premsa la cosa canvia. Aquest juliol, i sortits els reis d’un cinema de Madrid, na Letizia vestia sandàlies de Magrit, 307 euros, pantaló i samarreta de Boss, 225 euros, i la bossa de mà a saber quant. Si vestir com el poble són més de 500 euros, quant costaran tots els vestits de gala? Val a dir que tot això surt dels impostos de tots els espanyols. No serà que ens volen fer combregar amb rodes de molí? Com deia Service, sempre és més barat aconseguir l’obediència per mitjà de la mistificació que mitjançant la coerció policíaca o militar. Així la monarquia hereva del feudalisme, i abans dels emperadors romans, prefereix més la manipulació del poble que tallar caps. Tots hem sabut les amants de Juan Carlos, els afers de na Sofía, algun que hotel tancat d’en Felipe i ara a saber què de na Letizia. El per què la nostra democràcia paga tot això, és una paradoxa difícil de pair. Fins i tot aquesta carta podia implicar-me problemes legals tot i que els qui temen el pensament lliure, no eduquen els pobles. Sols veig en tot això la figura del Cèsar del mil·lenari Imperi Romà on tots l’admiraven, respectaven i temien. Ara, quan l’actual monarquia apareix presidint grans partits de futbol, res ha canviat del passat pa i circ de l’emperador romà. Avui dia el pa és l’atur que obtenim dels préstecs bancaris internacionals i el circ és la “roja” per enaltir el nacionalisme espanyol en detriment de la pluralitat restant. Els canvis de formes poques vegades reflecteixen canvis de continguts. Com deia el baró Carles de Secondat, en una monarquia ben reglamentada, els subjectes són com peixos en una gran xarxa: ells creuen que són lliures, i tanmateix estan ben atrapats.

domingo, 3 de agosto de 2014

Quarts i Hores II de Josep Santesmases i Ollé

Estem avesats a les notícies i paratges forasters, de fet els mitjans en van plens, ¿manca d’humilitat aborigen?, ¿narcicisme globalitzador? Cal preguntar-se per tant, ¿i les nostres rodalies? Pocs autors s’hi fixen, i sort en tenim de l’Espinàs, que no és l’únic. Un altre d’aquests escassos relators és en Josep Santesmases, un home que s’ha fet a si mateix sense necessitat de títols universitaris, un escriptor sense els orgulls oliosos i prepotents de molts creguts lletraferits. En Santesmases aquest cop ens ha regalat una deliciosa segona part de Quarts i Hores, un recull d’articles que esdevenen testimonis breus sobre el territori, sobre les seves gents i sobre el pas del temps en tot plegat. Malauradament, les mediocritats ignorants i allunyades de la terra pretenen gestionar tot l’anterior. Aquest és un dels missatges principals de l’obra, una crida que no es veu a simple vista. Aquest cop Quarts i Hores ha passat a ser més profund d’observacions, més ric en detalls i més poètic de forma. Durant el llibre Santesmases viu un viatge interior des del territori exterior. D’un llenguatge divers, elegant i escollit, omple les línies de realitats ben descrites i molt ben vestides. Tot d’una, descripcions innocents i poètiques en superfície però amb finals reals, crítics i contundents en fondària, tot un àngel amb foc a la gola, tot un drac amb pell de xai. Aquesta llengua de vellut amb verí a la punta escup una prosa creativa que no perd mai el nord de les realitats i de la crítica aguda i persistent fonamentada no en la demagogia de polítics ensinistrats en humanitats, sinó en l’aliment de les disciplines científiques i històriques serioses, el que no es pot negar, els fets. Clar que, en Santesmases, és entre moltes vessants culturals, historiador d’actes tomasians, observables i palpables, i no pas d’opinions olioses i refregides. Per causes, diguem-ne històriques, aquest autor de la terra no troba el reconeixement vilatà des del seu ajuntament. Potser, i com sol passar a la història, els homes avançats al seu temps, mai no són vistos per les administracions del moment. Mediocritat? Interessos? Les terres, els llocs i els paisatges n’escriuran la resposta (Cortina, Alps 23-07-2014).