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miércoles, 22 de mayo de 2013

Jesús vivió y murió en Cachemira por Andreas Faber-Kaiser

Según Andreas Faber-Kaiser, a finales de 1887 el viajero Nikolai Notovitch halló en la lamasería de Hemis en Ladakh entre Cachemira y Tíbet, una serie de manuscritos en donde se narraba el primer viaje de Jesús a Cachemira a la edad de dieciocho años. Allí aprendió de los monjes muchos conocimientos. Añadía a aquello que el nazareno estuvo en Benarés estudiando textos budistas, hinduistas y demás creando un fuerte debate al respecto. Ante toda aquella información Andreas sostenía que un tal Jus Chasaf, Jesús, superó el martirio de la cruz, volvió a su Cachemira adoptiva y residió allí hasta el día de su muerte, o al menos así lo dejó por escrito Andreas en Jesús vivió y murió en Cachemira. De hecho, muchas lamaserías han guardado textos que pertenecen a los evangelios apócrifos y a las doce tribus de Israel diseminadas tras la diáspora persa, tribus que dejaron sus descendientes entre Pakistán y el norte de la India a decir por tres razones: los textos de las lamaserías, las toponimias regionales y las coincidencias lingüísticas entre el hebreo y muchas de las lenguas orientales. Las tribus perdidas de Israel dejaron su huella por Oriente Próximo pero no por ello debemos creer que Jus Chasaf fuera el nazareno que Andreas afirmaba en su libro. Quizás algunas primitivas comunidades cristianas en China redactaron tales manuscritos en épocas muy antiguas para ser registradas y guardadas por monjes tibetanos e indios. Esos fueron los textos que halló Notovitch que luego Andreas trabajó en sus ensayos. En tal caso jamás fueron textos originales en épocas de Jesús sino reelaboraciones posteriores por los cristianos que no conocieron al nazareno. A pesar de ciertas concomitancias entre los judíos y ciertas poblaciones de Oriente, y a pesar de otras casualidades entre Jesús y una tumba en la ciudad de Srinagar en Cachemira, en el ensayo de Andreas no se encuentran pruebas que el nazareno fuera ese Jus Chasaf. Es más, los manuscritos que utiliza el autor, y encontrados por Notovitch, muestran ciertos elementos que indicarían que su autoría fue posterior a las enseñanzas de ese tal Jesús. Por un lado sale la palabra pecado, algo muy posterior a los Evangelios ya que en las copias del siglo I en griego consta el vocablo falta. Por otro lado, el Jesús que transcriben aquellos manuscritos era un total príncipe de la paz surgido tras los primeros Evangelios canónicos. En resumidas cuentas, sin datación de los mismos y con contaminaciones posteriores, jamás pudieron indicar la biografía de Jesús a inicios del siglo I como Andreas pretendió. Bajo el sentido común, y después de una lectura atenta del libro, el autor demuestra un ego muy fuerte al explicar en todo momento sus méritos y éxitos denunciando a quienes le criticaron o difamaron. El texto, sin una estructura clara, se halla a rebosar de mucha paja con un abuso excesivo de fragmentos de otros escritores que dilucidan poco y que no llegan claramente al puerto encomendado, de hecho el autor se alarga innecesariamente en detalles donde se esconden los puntos débiles de sus teorías, signo que no puede demostrar nada taxativo. En los textos añadidos como prístinos del nazareno surge un Jesús que se afirma hijo de virgen, y como hemos visto la palabra virgen fue un error de traducción (Lucas 1, 27). El nazareno jamás pudo afirmar de si mismo uno de los mitos posteriores al siglo I d. C. más difundidos, el de la virgen María. Por otro lado, el estilo sensacionalista de Andreas más la repetición continua de los indicios hasta convertirlos en verdad, restan mucha credibilidad al ensayo. Si Jesús vivió y murió en Cachemira se necesitarán mejores trabajos que el de Andreas.

martes, 21 de mayo de 2013

JESÚS 3000 AÑOS ANTES DE CRISTO Claude-Brigitte Carcenac

Ensayo preciso, detallado y académico que argumenta que el Nuevo Testamento fue sobretodo construido a partir de plagios, imitaciones y paralelismos de cuentos y mitos del antiguo Egipto. El gran volumen de detalles e informaciones, fruto de una tesis doctoral previa, ofrecen una lectura densa y argumentada. Las similitudes entre el faraón y Jesús son abrumadoras por lo que el autor propone que los evangelistas redactaron la mayoría de libros del Nuevo Testamento bajo el influjo de la antigua religión egipcia. Lo que queda claro, y dados los grandes errores de los evangelistas en sus redacciones, es que éstos apenas conocían el territorio y la cultura judía por donde se movió Jesús. A falta de testimonios vivos sobre Jesús a mediados y finales del siglo I, los evangelistas recurrieron a los mitos, cuentos y tradiciones, muchos egipcios, para rellenar los extensos vacíos de la biografía del nazareno. Podría hasta alguno argumentar que Jesús resultó ser una invención histórica, ¿algún racionalista se apunta?

viernes, 17 de mayo de 2013

NOU DECRET DE PLANTILLES DOCENTS UN PERILL IMMINENT

EL PROFESSORAT, FACTOR DE QUALITAT. Per Felipe J. de Vicente, President de l’Associació de Catedràtics, delegat d’ASPEPC-SPS: John Hattie, conegut sociòleg de l'educació, ha estudiat els factors que més incideixen en l'èxit escolar i el seu pes específic. El primer, que incideix en un 40%, és el mateix alumnat. Si l'alumnat no s'esforça, no vol estudiar o no està motivat, disminueixen les possibilitats d'èxit. El segon factor, al qual Hattie atribueix un 30% d'incidència, és el professorat, mentre que la direcció del centre només hi incideix en un 5%. Com més formats i dignificats estiguin els docents, millor per a la qualitat educativa. El Departament d'Ensenyament ha anunciat un decret sobre plantilles docents que va en sentit contrari al que era d'esperar per garantir l'èxit escolar. Influït pel criteri d'una associació de directors ben connectada amb el departament, el decret pretén privatitzar parcialment la gestió dels centres públics, reservant el 50% de les places a un procediment selectiu en el qual la direcció actua com un empresari que escull els seus treballadors. Quan la cultura de la corrupció afavoreix l'amiguisme, Ensenyament obre la porta a un procediment que el pot fomentar. Si l'objectiu és seleccionar els millors docents, per què no recórrer a un procés públic, transparent i valorat per una comissió externa, elegida per sorteig entre professionals experimentats i independents? El decret polvoritza un element imprescindible per a la qualitat de l'ensenyament: el respecte a l'especialitat del professorat. Promou la figura del professor polivalent, que tan aviat pugui fer classe de matemàtiques com de biologia, de filosofia com de llengua. I no només als primers cursos de l'ESO, també a batxillerat i l'FP, on les matèries requereixen un important grau d'especialització. Per entendre la dimensió d'aquest disbarat, traslladem el tema a la sanitat: per què els cardiòlegs no atenen també les consultes d'urologia? Les dues mesures són un cop dur a un professorat maltractat amb retallades i sobrecàrrega de feina. Se'ls està enviant un missatge clar: per què s'han de preparar i fer bé la feina si, al final, la plaça serà assignada al candidat més afí al director? Quin sentit té formar-se en la pròpia especialitat si no es respecta? I si el professorat és un factor essencial per a la qualitat educativa, quina qualitat podrà haver-hi amb un professorat cada vegada més degradat professionalment? (Felip J. de Vicente, President de l’Associació de Catedràtics, delegat d’ASPEPC-SPS)

lunes, 13 de mayo de 2013

¿NEANDERTALES CON PLUMAS? (artículo)

En el número de mayo de National Geographic el codirector de Atapuerca y Premio Príncipe de Asturias, Juan Luis Arsuaga, expone que los neandertales utilizaban plumas para decorarse la cabeza. Para ello se fundamenta en la detallada reconstrucción de un busto masculino de un neandertal que el artista italiano Fabio Fogliazza ha elaborado. Esta escultura se inspira a su vez en las interpretaciones del yacimiento neandertal de Fumane en los Prealpes italianos. Ante tal cadena de suposiciones cabe preguntarse si realmente los neandertales se emplumaban la testa. Arsuaga juega con dos argumentos, el primero, y sólo empezar el artículo, dice textualmente: las reconstrucciones que hacen los paleoartistas son tan buenas y realistas que nos vemos obligados a preguntarnos si de verdad ganaríamos algo viajando al pasado. Es decir, es más creíble el busto de un neandertal con plumas supuestas que los hechos que realmente sucedieron. En segundo lugar, y de entre los miles de fragmentos óseos del yacimiento italiano de Fumane, Arsuaga se fija en seis restos de alas pertenecientes, entre otros, a grandes aves como córvidos, buitres y águilas. En esta cueva los neandertales despedazaron muchos animales para comérselos aunque para Arsuaga, y cito textualmente: estas partes del cuerpo (las alas) no proporcionaban alimento alguno a los neandertales. La afirmación anterior no halla dato tafonómico alguno contraviniendo la gran cantidad de proteína que hay en alas de aves de gran tamaño y en contra de lo que vemos hoy en día en el Kentucky Fried Chicken, las millones de alitas fritas que se sirven por todo el mundo. Aún así, y bajo el pretexto que los neandertales no consumían alas de ave, el autor afirma que las trajeron a la cueva de Fumane para arrancarles las plumas y utilizarlas como adorno al igual como hicimos nosotros los sapiens en culturas como la Sioux o la Cheyenne. Insiste luego Arsuaga que esto también lo piensan los investigadores de Fumane. Al final, el artículo termina afirmando lo iguales que fuimos neandertales y nosotros, que no hay más que ver la reconstrucción del neandertal con tocado de plumas para imaginarse un ser humano como nosotros, que los neandertales sabían hacer fuego y tallar piedra como nosotros, y que finalmente la economía de éstos no era diferente de la nuestra en aquellos tiempos. Resulta obvio que en todo ello se manifiesta más la interpretación artística de unos neandertales con plumas cheyenne que datos taxativos que lo avalen. Si bien el equipo italiano lo propuso y sigue trabajando en ello, Arsuaga, como asesor en el National Geographic de España, se ha erigido en altavoz de esta idea. Sabiendo que Juan Luis Arsuaga, codirector de la excavación de Atapuerca, defiende que los neandertales arrojaban en sentido ritual a sus muertos en la Sima de los Huesos de igual forma como muchos humanos actuales damos sepultura a nuestros difuntos, es obvio que el autor desea sapienizar a los neandertales a todos los niveles, o bien llevando plumas cheyennes en Fumane, o bien enterrando a sus muertos en Atapuerca. Prueba de ello son dos hechos. El primero es que en la Sima de los Huesos se mezclaron huesos de humanos, osos, cánidos y demás por corrientes de agua creadoras de la gruta y que previamente los restos humanos habían sido devorados por depredadores. Rodaduras, abrasiones y mordiscos sobre los restos humanos atestiguan tal hecho negando que hubiera enterramientos rituales en la Sima de los Huesos. En este sentido, el doctor Chris Stringer del Museo de Historia Natural de Londres publicó recientemente en la prestigiosa revista Evolutionary Anthropology, erróneo y equivocado el interpretado acto funerario en Atapuerca. La realidad es que en Atapuerca faltan el sesenta por ciento de los huesos humanos, algo extraño si allí fueron enterrados enteros aquellos individuos. En segundo lugar las representaciones artísticas defendidas por Arsuaga en donde los neandertales dejan caer ritualmente a un individuo en la Sima de los Huesos, muestran a un sujeto con cierto parecido a Arsuaga que presenta una característica exclusiva de los sapiens que los neandertales no poseían, el mentón mandibular. Tal dato indica un error infundido por las ganas de sapienizar a los neandertales. Es obvio que los neandertales dominando fogatas, construyendo campamentos y cazando grandes mamíferos ostentaban una gran complejidad simbólica, social y lingüística, pero afirmar con representaciones artísticas que eran como los sapiens es especular sin datos que lo demuestren. Las recreaciones pictóricas del pasado que autores como Arsuaga defienden, financian y difunden entran muy rápidamente en la memoria visual de nosotros los sapiens como mentiras que repetidas mil veces creemos como reales. Los humanos, herederos de primates con vista excelente, en color y estereoscópica para no errar en el salto arbóreo, somos animales de memoria extremadamente visual. Así pues este tipo de iconografías sobre una prehistoria que jamás existió penetran mucho más en nuestras mentes que los artículos científicos veraces. Luego cuesta lustros corregir estos errores en la conciencia social de nuestros estudiantes, universitarios e incluso de personajes mediáticos cultos. Sólo cabe pensar en las pinturas erróneas de dinosaurios como grandes y torpes lagartos a inicios del siglo XX que todavía hoy persisten. Si real y objetivamente queremos conocer la sociedad neandertal debemos dejar a un lado las representaciones artísticas que muchos imaginan y por otro olvidar que nosotros somos sapiens para interpretar correctamente a nuestros parientes evolutivos. Los buenos etólogos esto lo tienen claro. Ellos no buscan amor, odio o intenciones abstractas si observan el comportamiento del escarabajo pelotero. Arsuaga, en cambio, hace todo lo contrario al sapienizar a los neandertales. A tenor de recientes descubrimientos genéticos, neandertales y sapiens fuimos distintos y diferenciados, ambos poseíamos un acervo genético singular y propio, por tanto éramos distintos mentalmente. Si los varones de Sioux u otras tribus de aborígenes americanas se decoraban la cabeza con plumas no puede inferirse directamente lo mismo en los machos neandertales pues fueron distintos a nosotros, más de lo mismo si actualmente la mayoría de culturas damos sepultura a nuestros difuntos no debía ser algo obligatorio para los neandertales. De hecho hay muchas culturas sapiens que abandonan los cadáveres a expensas de la naturaleza y no por ello se demuestra que los neandertales hicieran lo mismo. Sapiens y neandertales fuimos genéticamente distintos y por tanto con mentes distintas, ni mejores ni peores, sólo distintas. No pretendamos sapienizar a los neandertales ni tampoco neandertalizarnos a nosotros mismos.

¿NEANDERTALES CON PLUMAS? (carta breve)

En el número de mayo de National Geographic el codirector de Atapuerca y Premio Príncipe de Asturias, Juan Luis Arsuaga, expone que los neandertales utilizaban plumas para decorarse la cabeza. Para ello se fundamenta en la detallada reconstrucción de un busto masculino de un neandertal que el artista italiano Fabio Fogliazza ha elaborado. Esta escultura se inspira a su vez en las interpretaciones del yacimiento neandertal de Fumane en los Prealpes italianos. Ante tal cadena de suposiciones cabe preguntarse si realmente los neandertales se emplumaban la testa. Arsuaga juega con dos argumentos, el primero, y sólo empezar el artículo, dice textualmente: las reconstrucciones que hacen los paleoartistas son tan buenas y realistas que nos vemos obligados a preguntarnos si de verdad ganaríamos algo viajando al pasado. Es decir, es más creíble el busto de un neandertal con plumas supuestas que los hechos que realmente sucedieron. En segundo lugar, y de entre los miles de fragmentos óseos del yacimiento italiano de Fumane, Arsuaga se fija en seis restos de alas pertenecientes, entre otros, a grandes aves como córvidos, buitres y águilas. En esta cueva los neandertales despedazaron muchos animales para comérselos aunque para Arsuaga, y cito textualmente: estas partes del cuerpo (las alas) no proporcionaban alimento alguno a los neandertales. La afirmación anterior no halla dato tafonómico alguno contraviniendo la gran cantidad de proteína que hay en alas de aves de gran tamaño y en contra de lo que vemos hoy en día en el Kentucky Fried Chicken, las millones de alitas fritas que se sirven por todo el mundo. Aún así, y bajo el pretexto que los neandertales no consumían alas de ave, el autor afirma que las trajeron a la cueva de Fumane para arrancarles las plumas y utilizarlas como adorno al igual como hicimos nosotros los sapiens en culturas como la Sioux o la Cheyenne, ¿ustedes se lo creen?

sábado, 11 de mayo de 2013

ARSUAGA EN EL NATIONAL GEOGRAPHIC

En el número de mayo de National Geographic de este año el codirector de Atapuerca, Premio Príncipe de Asturias, Doctor Honoris causa por la Universidad de Burgos y asesor de dicha publicación en España, Juan Luis Arsuaga, expone en un artículo que los neandertales utilizaban plumas para decorarse la cabeza. Para ello se fundamenta en la excelente, detallada y exigente reconstrucción de un busto masculino de un neandertal que el artista italiano Fabio Fogliazza ha elaborado imitando en todo detalle a los indios cheyennes. Esta escultura se inspira a su vez en las hipótesis propuestas por el antropólogo italiano Marco Peresani que dirige el equipo que interpreta los restos neandertales hallados en la cueva de Fumane en los Prealpes italianos. Ante tal cadena de suposiciones cabe preguntarse si tenemos datos taxativos que demuestren que los neandertales se emplumaban la testa. Sabemos por hechos que los de nuestra especie por América y otros continentes sí lo hacían, recuérdese los Sioux o los Cheyennes, pero que los neandertales fueran pioneros en tales prácticas no hay pruebas directas, claras y fehacientes de ello. Pues, ¿cómo lo argumenta Arsuaga? Primero, y sólo empezar el artículo, dando más credibilidad al mundo artístico que a los datos científicos. Cito textualmente: las reconstrucciones que hacen los paleoartistas son tan buenas y realistas que nos vemos obligados a preguntarnos si de verdad ganaríamos algo viajando al pasado. Es decir, la observación directa de unos hechos pretéritos sería de menor calado real que la mejor obra artística que los imaginó. Arsuaga prosigue el artículo, y sin dato alguno durante seis parágrafos, declara que si los neandertales se arreglaban el pelo con plumas seguro que hablaban. Que estos homínidos conversaban parece muy probable dada su pericia en caza y campamentos compartidos, pero que ello se deduzca de la supuesta decoración con plumas en sus peinados sería como decir que una cucaracha parlotea por acicalarse las patas o que los pájaros charlan por cuidarse el plumaje. Unos renglones más abajo Arsuaga vuelve a ratificarse en las ganas de asemejar los neandertales a nosotros los sapiens: Bastaría con tener la certeza de que usaban cualquiera de estos elementos (las plumas) para que supiéramos que su mente era tan simbólica como la nuestra [...], un tocado de plumas en la cabeza de un neandertal produciría un gran efecto. Es obvio que los neandertales dominando fogatas, construyendo campamentos y cazando grandes mamíferos ostentaban una gran complejidad simbólica, pero de ello afirmar que eran como los sapiens es especular sin datos que lo demuestren. Es más, si queremos analizar objetivamente la sociedad neandertal debemos olvidar que nosotros somos sapiens para interpretar correctamente sus antiguos comportamientos. Los etólogos esto lo tienen claro. Ellos no buscan amor, odio o intenciones abstractas si observan el comportamiento del escarabajo pelotero. Arsuaga, en cambio, hace todo lo contrario al sapienizar a los neandertales. A tenor de recientes descubrimientos genéticos, neandertales y sapiens fuimos distintos y diferenciados, ambos poseíamos un acervo genético singular y propio. Después de esto, Arsuaga inicia en el artículo una cadena de suposiciones sobre el yacimiento italiano de Fumane. En esta cueva los neandertales despedazaron muchos animales para comérselos. Entre todos aquellos restos se hallaron algunos huesos de grandes aves como córvidos, buitres y águilas. De estos grandes pájaros había seis alas que el autor resalta en el artículo. Cito textualmente: estas partes del cuerpo (las alas) no proporcionaban alimento alguno a los neandertales. La afirmación anterior no halla dato tafonómico alguno contraviniendo la gran cantidad de proteína que hay en alas de estas grandes aves y en contra de lo que vemos cada día los humanos actuales en el Kentucky Fried Chicken, las millones de alitas fritas que se sirven por todo el mundo. Poco después, y sentada la interpretación que los neandertales no consumían alas de ave, el autor esgrime que una explicación muy razonable para ello es que usaran éstas para arrancarles las plumas y utilizarlas como adorno, y añade que así también lo piensan los autores de la investigación en Fumane. Añade Arsuaga, que a partir de esta idea el artista Fabio Fogliazza ha imaginado y modelado en escultura el aspecto de un neandertal masculino con plumas. Hasta aquí todo suposiciones de suposiciones, pero en el párrafo siguiente el autor pasa de lo que ha supuesto más arriba a la afirmación tajante: Por supuesto, no se sabe quiénes utilizaban las plumas, si eran los hombres, las mujeres o ambos sexos. Tampoco se tiene idea de qué significaban para los neandertales pero si tenían algún significado ya era simbólico, una forma de lenguaje cotidiano para enviar un mensaje a los demás, la expresión de una mente racional. Es decir, ahora ya es seguro que los neandertales se decoraban simbólicamente con aves y que la escultura del neandertal con plumas es una representación de una realidad prehistórica. En todo esto hay que llamar a la prudencia, a la humildad y a los datos científicos. Las simulaciones artísticas del pasado que autores como Arsuaga defienden, financian y difunden entran muy rápidamente en la memoria visual de nosotros los sapiens como mentiras que repetidas mil veces creemos como reales. Los humanos, herederos de primates con visión estereoscópica y en color para no errar en el salto arbóreo, somos animales de memoria extremadamente visual. Así pues este tipo de iconografías sobre una prehistoria que jamás vimos penetran mucho más en nuestras mentes que los artículos científicos veraces. Luego cuesta lustros corregir estos errores en la conciencia social de nuestros estudiantes, universitarios e incluso de personajes mediáticos cultos. El artículo de Arsuaga acaba y concluye con una serie de afirmaciones puramente especulativas que repiten todo lo anterior, que no hay más que ver la reconstrucción del neandertal con tocado de plumas para imaginarse un ser humano como nosotros, que éstos sabían hacer fuego y tallar piedra como nosotros, y que finalmente la economía de los neandertales no era diferente de la de los sapiens contemporáneos. Resulta obvio que en todo ello se manifiesta más la imagen artística de unos neandertales con plumas que datos taxativos que lo avalen. Si bien el equipo italiano lo propuso y sigue trabajando en ello, Arsuaga, como asesor en el National Geographic de España, se ha erigido en altavoz de esta idea. Sabiendo que Juan Luis Arsuaga, codirector de la excavación de Atapuerca, defiende que los neandertales arrojaban en sentido ritual a sus muertos en la Sima de los Huesos de Atapuerca, de igual forma como los sapiens actuales damos sepultura a nuestros difuntos, es obvio que el autor amaga una obsesión, un prejuicio y una quimera, su creencia y deseo de sapienizar a los neandertales a todos los niveles, llevando plumas cheyennes en Fumane o enterrando a sus muertos en Atapuerca. Prueba de ello son dos hechos. El primero es que en la Sima de los Huesos se mezclaron huesos de humanos, osos, cánidos y demás por corrientes de agua creadoras de la gruta y que previamente, al menos los restos humanos, fueron devorados por depredadores y carroñeros que dejaron los huesos plagados de mordeduras hoy fosilizadas, por tanto no hubo enterramientos rituales. En este sentido, el doctor Chris Stringer del Museo de Historia Natural de Londres publicó recientemente en la prestigiosa revista Evolutionary Anthropology, erróneo y equivocado el interpretado acto funerario en Atapuerca. La realidad es que en Atapuerca faltan el sesenta por ciento de los huesos de los cadáveres, algo extraño si allí fueron enterrados enteros aquellos individuos. Pero lo más peculiar era que de los huesos encontrados el cuarenta por ciento estaba mordisqueado por depredadores y carroñeros, algo que demostraba que nos hallábamos ante el cubil de un gran predador removido posteriormente por las corrientes de agua de la cueva. En segundo lugar las representaciones artísticas defendidas por Arsuaga en donde los neandertales arrojan a un individuo en la Sima de los Huesos de Atapuerca, muestran a un sujeto con cierto parecido a Arsuaga, que presenta una característica exclusiva de los sapiens que los neandertales no poseían, el mentón mandibular. Tal dato solo puede indicar un error infundido por las ganas de sapienizar a los neandertales. Quizás Arsuaga esté aprovechando inconscientemente su posición mediática y de poder para difundir meras especulaciones sin datos bien contrastados. En lo que se refiere a la idea defendida por Arsuaga de neandertales con plumas, si los varones de Sioux u otras tribus de aborígenes americanas se decoraban la cabeza con plumas no puede inferirse directamente lo mismo en los machos neandertales, más de lo mismo si actualmente la mayoría de culturas damos sepultura a nuestros difuntos no debía ser algo obligatorio para los neandertales. De hecho hay muchas culturas sapiens que abandonan los cadáveres en la naturaleza a expensas de ésta y no por ello se demuestra que los neandertales hicieran lo mismo. Sapiens y neandertales fuimos genéticamente distintos y por tanto con mentes distintas, ni mejores ni peores, sólo distintas. No pretendamos sapienizar a los neandertales ni tampoco neandertalizarnos a nosotros mismos.

jueves, 9 de mayo de 2013

CAMACHO IMITANT A HITLER

El passat 8 de maig, la dirigent del PP, Alícia Sánchez Camacho, va abandonar el Parlament de Catalunya junt amb els seus acòlits inclosos els de ciutadans. Deixar el lloc laboral no esdevé una cosa massa elegant. Als plebeus això ens ve castigat amb la pèrdua del sou, i en casos més greus amb el comiat i l’atur. Doncs aquest no serà el cas dels del PP i C’s, ¿o és així com es guanyen la nòmina? Per desgràcia la Camacho no en té prou amb això i continuarà criticant el nacionalisme català al no pertànyer aquest al nacionalisme espanyol, continuarà atacant una immersió lingüística que la Unió Europea ha ratificat, i continuarà no respectant la veu de la majoria abandonant el Parlament. La immensa majoria catalana, així ho ha dit a les urnes, ha votat a favor del dret a decidir. En aquest sentit sols cal mirar la composició de la cambra per adonar-se del que el poble desitja. No s’entén doncs, que la Camacho, amb gest totalment en contra de la majoria, i en contra de la democràcia, abandonés un Parlament de Catalunya que defensa el que el seu poble desitja i que el TC, en contra de la Declaració de Sobirania, tampoc respecta. Ara tornarem a sentir veus properes al PP acusant als catalans de nazis, però que aquest cop analitzin bé la història, abandonar la cambra parlamentària fou un gest que repetides vegades va fer Hitler en contra la majoria democràtica.