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martes, 6 de septiembre de 2016

INICI DE CURS AMB FALTA DE PROFESSORS

Com cada curs, els centres educatius públics comencen amb falta de docents a les seves plantilles. Com cada curs el Departament d'Ensenyament envia els interins a mig setembre. Com cada curs l'ensenyament públic va coix una vegada més. Davant aquesta flagrant estafa al servei públic, els sindicats educatius s'han unit. Professors de Secundària (SPS), CGT, UGT i CCOO han acampat davant el Departament d'Ensenyament de la Via Augusta de Barcelona. Els dies 5 i 6 de setembre romandran les 48 hores seguides. Diferents delegats d'aquests sindicats allí s'hi han plantat. Cal ara que la comunitat educativa catalana desperti. Que tal una visita? Que tal unes cartes a premsa? Que tal denunciar i fer pressió tots plegats? http://www.abc.es/espana/abci-acampada-profesores-puertas-consejeria-5113781003001-20160906020003_video.html

lunes, 5 de septiembre de 2016

26. NOTAS SIN NOTAS, UF!!!

Otro punto que conllevó la detonación del esfuerzo fue la eliminación de las notas en primaria. Una de las ideas que trajo la reforma fue no traumatizar a nuestros alevines con el fatídico insuficiente o con el terrorífico muy deficiente. Así fue que se inventaron algo ambiguo, algo que potenció la destrucción de la cultura del esfuerzo. Con un necesita mejorar el alumno poco sabía si suspendía o aprobaba. De hecho nadie jamás fue perfecto y todo el mundo necesitaba mejorar. Algo parecido ocurría con el progresa adecuadamente, pero ¿muy adecuadamente?, ¿sólo adecuadamente?, ¿o un poco adecuadamente? Ahora en Cataluña ponen otras siglas con objetivos parecidos. Es obvio que sin notas informativas, padres e hijos vivirán relajados el paso por la primaria. Así que si uno todavía recibe las notas de su hijo en primaria con comentarios pero sin suspensos, bienes, notables o excelentes no estará informado en absoluto. En todo caso será una compasión benévola que no fomenta en absoluto la objetividad de los datos, todo lo contrario, como emoción embadurnará a los padres con un falso positivismo.

Por suerte la LOE erradicó la ausencia de notas a finales de 2007 y volvió a imponer las notas en primaria, algo que llevaban reclamando muchos maestros desde hacía doce años. Más valió tarde que nunca, aunque I.B. de la Asociación de Maestros Rosa Sensat insistía que las notas eran un error y que debía instaurarse de nuevo el necesita mejorar y el progresa adecuadamente, y vuelta a empezar. Así llegamnos al presente en donde de nuevo se vuelve a los items para evaluar a los escolares en Cataluña. Es decir que los políticos no han dejado de lado a algunos expertos. De hecho si uno leyera la letra pequeña de la LOE se daría cuenta que siguió existiendo la ausencia de notas durante ese primer año de aplicación. La obligatoriedad de puntuar de forma cualitativa y abandonar el necesita mejorar afectaba únicamente a segundo, cuarto y sexto, o sea la mitad de los cursos de primaria. Es decir, fue todo una verdad a medias, ¿o una mentira al 50 por ciento? En primero, tercero y quinto se mantuvo el necesita mejorar y el progresa adecuadamente, mientras que en el resto se ponían notas, ¿ven que desorden para informar? Por suerte, y en 2008, las notas en primaria se empezaron de nuevo a poner en todos los cursos. Ahora si en su escuela no recibe notas es lo que acontece, pero más importante es tener la certeza que no se regalan aprobados. Piense que al llegar a secundaria empezarán los problemas, porque allí sí deberán poner notas de verdad. De todas formas la ESO rebajó los niveles respecto a su predecesora la EGB. Pero no sólo a nivel de exigencia, sino en los cálculos de las medias. En marzo de 2007 el Ministerio de Educación y Ciencia prohibió que el cero figurara entre las calificaciones de la ESO. El ministerio estipulaba que las notas de los alumnos seguían una escala del 1 al 10 y que por eso debía eliminarse el 0. La eliminación de éste siempre halló otros ejemplos en la historia con consecuencias que todavía hoy estamos pagando. Durante el siglo VI d.C., y hundido por completo el Imperio Romano y su calendario, urgió crear uno de nuevo. Bajo el mandato del Papa Juan I, un humilde monje iletrado que estaba a las órdenes del vaticano, hizo lo que buenamente pudo. Dada la era cristiana en la cual se vivía, el nuevo calendario debía ajustarse al nacimiento de Cristo, pero primer problema, nadie tenía ni la más remota idea de cuando lo hizo éste. Dionisius Exiguus, nuestro monje, bajo la presión papal y el encargo impuesto, se inventó la fecha y con ella eliminó el cero del calendario. Primero adjudicó el primer día del año al 1 de enero como en el antiguo calendario romano, luego asignó ese día como el día en que Jesús fue introducido en sociedad, su circuncisión. Tal ritual se realizaba siete días más tarde del nacimiento de cualquier lechón judío, así que la fecha del nacimiento quedó en el 25 de diciembre, casualmente el mismo día que el nacimiento de un dios que la mayoría de los primeros cristianos veneraba paganamente, Mitra, y que la iglesia deseaba integrar como práctica cristiana. Pero lo más grave del asunto fue la falta de aritmética demostrada por Dionisius. Asignó el nacimiento de Jesús al año 1 sin que existiera un año 0 anterior en el calendario. Es decir, igual como hizo el Ministerio de Educación y Ciencia, se cargó el 0. Cuando alguien nace posee 0 años y pasado un año cumple su primer aniversario. Jesús fue distinto, fue un milagro. En el mismo momento de su nacimiento este ya tenía un año de edad, y pasados 365 días de vida, dos. Aquel sutil error de la iglesia supuso que todos los posteriores cambios de siglo o milenio fueran siempre un año más tarde. El siglo II empezó en el 101 y no en el 100, el segundo milenio no comenzó en el año 2000, lo hizo en el 2001. Ven todo lo que ocurrió por eliminar un 0 de nuestro calendario. Pues ahora, y en las notas de secundaria un examen en blanco debería constar al menos con un 1 en lugar de un 0. Ese punto quizás signifique que el alumno supo traer el control a la mesa del profesor con la consecuente habilidad de saber como depositarlo allí. Así que para no traumatizar su esfuerzo se le regala un punto. Un docente de Barcelona escribía en una carta en prensa. ¿Y no deberíamos también poner un 11 a los alumnos 10 por su trabajo e inteligencia? ¿O para ellos las reglas del juego seguirían siendo siempre otras?

Dejando atrás este galimatías de ceros y unos, las calificaciones de insuficiente, suficiente, bien, notable y excelente siempre fomentarán la atención y el trabajo por varias razones. Primero, informaban a los padres claramente del nivel de su lechón; segundo, se da igual información al alumno; tercero, indica que estudiantes deben ser atendidos de forma diferencial; y cuarto, fomenta la cultura del deseo de superarse y del esfuerzo. En fin, busque aquel centro que impone notas claras y no eufemismos cargados de ambigüedades. En eso algunos institutos caen en diversificar las notas con demasiadas casillas que al final los padres les cuesta entender. Me explico, cuando en los boletines de notas se desglosan por materia más de tres casillas con su media al final, la madre y el padre tienen ante sí más de treinta notas que valorar sobre su hijo, algo que por exceso de información desinforma más que informa. Me refiero concretamente a los centros que detallaban por materia y en cada trimestre las calificaciones en conceptos, procedimientos, actitud y nota final, algo que fue creado por la reforma para facilitar las cosas y aprobar a un mayor número de alumnos. Huya por tanto de ese tipo de boletines y busque la información esencial, si su hijo aprobó o no. Conceptos, procedimientos y actitudes resultaron un invento que permitía unos juegos malabares para subir la media final de cada materia. De una forma grotesca pero también muy real podría ocurrirle lo siguiente. Mi hijo cursaba primero de la ESO y un buen día trajo las notas del primer trimestre. Allí vi algo inverosímil, tenía muchos conceptos suspendidos pero las áreas aprobadas. Concerté entrevista con el tutor para comprender tal paradoja y me contó que mi hijo de estudiar nada de nada, pero traía los deberes realizados, quizás copiados, aprobando así los procedimientos. Añadía el docente que el comportamiento de mi zagal era ejemplar aprobando así la actitud. Por dicha razón la media le salía aprobada aunque fuera un ignorante. La verdad, como padre me sentí engañado. Con la EGB me timaron, allí o estudiabas o suspendías. El problema fue que a quien reclamaba por la estafa. Habían pasado más de veinte años y el delito había prescrito. El boletín de notas debería ser claro y sin cosas raras por medio, de otra forma se está abonando el terreno del aprobado fácil, algo que en nada ayudará a nuestras generaciones futuras. Muchos alumnos aprendieron a calcular entre procedimientos y actitud para aprobar con el mínimo esfuerzo pero sin aprender demasiado en conceptos. El filósofo chino Confucio decía que nunca hagas apuestas. Si sabes que vas de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres un necio. Por tanto la trilogía de notas conduce a la picardía, al no esfuerzo y al fracaso académico. Los docentes que defienden boletines con procedimientos, actitudes y conceptos muestran su falta de sensatez ante la obligación de enseñar con exigencia. Por suerte, y tras doce años de quejas, la trilogía de notas se diluyó en el boletín que se entregaba a los padres. Durante el curso del 2007 - 2008 la ley permitía una sola nota por área en las evaluaciones trimestrales. Si algún centro mantiene el trípode de notas es iniciativa propia. Y si ahora algunos vuelven a los ítems es que algo se quiere cambiar pero sin mejorar el nivel de aprendizaje de nuestros escolares. 

En resumen, y enunciando una síntesis de todos los párrafos anteriores, las causas escolares que pueden propiciar la pérdida de la cultura del esfuerzo son una primaria sin repetición, los exámenes por unidades, unas rebajas del nivel de exigencia, un exceso de optativas y unas notas trucadas entre otras muchas cosas. Analice en el centro de su hijo si todo ello se tiene en cuenta ya que el esfuerzo es la pieza fundamental que permite motivar, aprender y formar como adultos a sus zagales. Sin empeño la frustración hunde al más débil, y los psicólogos tienen muchos pacientes que no saben superar situaciones ñoñas de la vida. No obstante la capacidad de esfuerzo varía en cada individuo. A un púber quizás le vaya bien una amonestación para mejorar su rendimiento, mientras que para otros mejor una conversación tranquila. Para discernir qué aplicar a cada cual se necesita de un conocimiento profundo de cada escolar, y a ello hay que dirigirse ahora, a los alumnos.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Fracaso escolar 25.Mucha optativa, poca enseñanza

El exceso de optativas también es un factor a tener en cuenta ante la crisis del esfuerzo. Inicialmente llamados créditos variables en la reforma, fueron asignaturas que dividían la clase en tres grupos unas seis o más horas por semana, ello obligaba a la dispersión de los púberes en diversas aulas por el centro. Si antes los escolares permanecían en una sola clase la mayor parte del tiempo, ahora sucedía todo lo contrario. Los cambios de sala eran frecuentes con la consecuente distorsión y algarabía que los adolescentes encontraban en ello por los pasillos del instituto. Los chavales que rondaban los doce jamás fueron lo suficientemente maduros como para dejarles tanta libertad de movimiento por un centro que llamábamos educativo. Actualmente las optativas han pasado de tres a una, es decir, volvimos a lo que ya funcionaba antes. Y sí, hay que innovar, pero no empeorar. En nuestro presente valore el centro donde se minimiza ese traspaso de alumnos por los pasillos. En tal caso la dirección del instituto suele aplicar medidas para que los cambios de clase sean los mínimos posibles. Entre tales se halla una distribución de aulas cercanas y acorde a los cambios de aula, unos grupos homogéneos de alumnos que vayan juntos el máximo tiempo posible y finalmente unos itinerarios en materias de cuarto de ESO y Bachillerato que no originen grupos satélite por el instituto en busca de su aula. Que las aulas de las optativas estén lo más cerca posible de las aulas de grupo reduce ostensiblemente la distancia a recorrer y el tiempo del mismo, que los grupos estén formados por los alumnos que van al mismo bloque de optativas también elimina muchos cambios de sala. Por otro lado, que haya materias asociadas a escoger impide que el alumno las mezcle a su capricho y favorece los grupos homogéneos y con motivaciones comunes.

martes, 30 de agosto de 2016

Fracaso escolar 24. Rebajas Corte Inglés

Otra de las medidas que hunde la cultura del esfuerzo es la rebaja de los niveles de exigencia. Se rumorea por pasillos y claustros que la reforma educativa redujo los niveles de la EGB para incentivar aparentemente el éxito académico en la ESO. Los defensores de la reforma, y de la inconsciente pedagogía teórica, afirmaron que no habían reducido la exigencia, que sólo habían redistribuido los contenidos. Pues si antes en octavo de EGB se enseñaba la ecuación de segundo grado, en la ESO se hacía dos años más tarde, ¿era eso una redistribución o un retraso? Si un tren llevara un retraso de dos años dudo mucho que ningún usuario se le ocurriera decir que se habían redistribuido los horarios. Por tanto, si alguien podía resolver ecuaciones de segundo grado a los 14 años en el sistema anterior, ¿por qué razón debía hacerlo a los 16 en la ESO? ¿No era eso estafarle al no explotar sus posibilidades? ¿Se le estaba formando o deformando? Un escolar desarrolla sus capacidades en función de lo que se le exige, no en lo que se le engaña. Así pues con una ESO fácil debería haber aumentado el número de aprobados, por desgracia ocurrió todo lo contrario, cuanto más se bajó el nivel de exigencia, más descendió el nivel de aprobados por acomodamiento y falta de esfuerzo. En fin, que la LOGSE y sus descendientes tras aumentar la escolarización obligatoria hasta los 16 bajó los niveles pero sin aumentar el número de aprobados, algo que puso en evidencia que el problema no era el acceso a la educación, sino su aprovechamiento. Ante la realidad anterior el propio PSOE confesó en el 2004 que el nivel había caído estrepitosamente. Quizás pasó que a más fácil menos esfuerzo, a mayor comodidad menor aprovechamiento. Resulta imposible que un estudiante tenga éxito en sus aprendizajes si éste no se siente obligado a ello. Uno puede llevar un caballo al río pero no por ello el animal beberá. En conjunto parece como si el propio gobierno adoptara la posición del presidente de la Royal Society. En el Londres de 1807 los ilustrados querían una educación básica, y a cargo del Estado, para todas las masas obreras. En aquel momento el presidente de la Royal Society escribió lo siguiente. El proyecto de dar una educación básica a las clases trabajadoras [...] les hará insolentes ante sus superiores; en pocos años el resultado será que el Gobierno tendrá que utilizar la fuerza contra ellos. Por suerte la aparición del Estado moderno y la necesidad de trabajadores formados para el país mejoró las cosas. El primer Estado en darse cuenta de ello fue Prusia al implantar una enseñanza obligatoria. Con ello logró un país de buenos profesionales, progreso empresarial y un ejército que derrotó a Francia y unificó Alemania. En fin, que una enseñanza de calidad es la mejor inversión para un Estado.

martes, 23 de agosto de 2016

Fracaso escolar 23. EVALUACIÓN CONTINUA, UF!!!

La evaluación continua, que no continuada, también denota un mal centro educativo ya que se examina a los chavales por temas, y no por conjuntos trimestrales. Por otro lado, con un nombre tan llamativo, evaluación continua, se llega a convencer al más incauto de su credibilidad. Bautizar con apelativos técnicos algo sin fundamento siempre regala solidez a lo que carece de ella. La evaluación continua parece mostrar un concepto revolucionario y de progreso mientras es sólo una moda más de la antigua pedagogía teórica. Al examinarles por pequeñas partes sin exigir que en el siguiente control los conceptos anteriores se sepan, se provoca que los chavales dejen de poseer ideas globales de una materia, y lo más nefasto, se acostumbran a estudiar solo ínfimas porciones del temario para aprobar y luego olvidar. En conocimientos como las matemáticas se han dado situaciones de lo más kafkianas. Si durante el mes de octubre se enseñaban los números negativos, en enero se debía repetir esa lección para explicar las fracciones con negativos. Otro tanto ocurría en lenguas y otras asignaturas. La evaluación nombrada como continua resultó crear muchas discontinuidades en el aprendizaje.

viernes, 19 de agosto de 2016

22: PRIMARIA FELIZ vs SECUNDARIA MALVADA

Una primaria sin ajo, o sin apenas repeticiones, fue un hecho denunciado por el estudio de la Fundación Jaume Bofill a finales de 2007. El informe demostraba que la cultura de la promoción automática estaba firmemente agazapada en primaria. A pesar que el alumno no progresara adecuadamente, se le daba un visto bueno y pasaba al siguiente nivel sin haber afianzado el anterior. Lo básico que se debió aprender en primaria, el cálculo, la comprensión de texto y el saber redactar, no se alcanzaba y así ese naufragio se traslada a secundaria, ahora sí, repitiendo curso en muchos casos. En cuarto de ESO un 13,7 por ciento de los alumnos repite curso, mientras que en el norte de Europa este porcentaje sólo llega a menos de la mitad, un 5 por ciento. Según los datos del MEC, el 33 por ciento de los escolares españoles de 16 años repitió curso durante el 2008, algo que no estaba nada mal para una reforma que se diseñó para evitar la repetición. En junio de 2012 la Generalitat de Catalunya presentó un informe con el título Ofensiva de País a Favor de l’Èxit Escolar en donde se ponía de manifiesto algo muy parecido a lo anterior. Según datos del Departament d’Ensenyament un uno por ciento de los alumnos en Primaria repetían curso. Lo sorprendente era que al pasar éstos a Secundaria más del 30 por ciento no alcanzaron la ESO. De 1 a 30 era señal inequívoca que lo que en Primaria no se corregía se pasaba a Secundaria, es decir, lo que no se repetía en Primaria sí lo debían hacer en Secundaria. Por tanto, todos los informes anteriores ponen de relieve que las repeticiones en primaria son muy escasas aunque demasiado frecuentes en secundaria, algo indicativo que el fracaso escolar infantil se ha ocultado derivándose a secundaria. En Francia, en donde también se aplicó la fósil pedagogía teórica, se están dando cada vez más casos de docentes que denuncian que esta moda pedagógica está masacrando el sistema escolar, que la promoción automática en primaria está lacerando la exigencia de las normas, el respeto al esfuerzo y la obligación de estudiar en los alumnos.

martes, 9 de agosto de 2016

FRACASO ESCOLAR 21. Exigencia y esfuerzo

Analizado todo lo anterior hay que darse cuenta que un buen maestro se alejará de las pedagogías teóricas y sabrá infundir responsabilidad y exigencia entre sus estudiantes, en cambio uno de mediocre o adoctrinado justificará exigir a cada escolar según sus "posibilidades" dándole el máximo de libertad en lo que desee, algo que predican las pedagogías teóricas. En tal caso cada zagal permanecerá siempre dentro de sus limitaciones y jamás se superará. Téngase en cuenta que la mayoría de púberes no suspenden por falta de libertad, suspenden al estudiar menos. Inger Enkvist, profesora de la Universidad de Lund en Suecia decía que sólo ha encontrado una correlación con el estudio y el éxito escolar, y es que quien estudia tiene éxito en los estudios, así de simple. Sabemos que hay casos en donde sin un buen diagnóstico y tratamiento, el escolar es incapaz de desarrollar sus capacidades cognitivas. Pero ahora estamos hablando de alumnos normales que no se les ha educado bajo el esfuerzo y la dedicación. A menudo muchos padres admiten que sus hijos apenas dedican menos de una hora al día al estudio en la ESO, ¿cómo puede existir éxito escolar con tal falta de esmero? Resultó obvio que estudiar significaba desconfiar de la inteligencia del compañero de al lado. Corría por Internet un dicho que definía con sorna aquella situación, mátate estudiando y verás un cadáver culto. Resulta obvio que la atención, el esfuerzo y la responsabilidad se consideran un gran pozo de miserias. Hoy en día nuestra sociedad ve casi mejor al estudiante pícaro y rebelde que al responsable y trabajador. Por tanto habría que felicitar al profesor que aconseje más de dos horas diarias entre deberes y estudio. Esa dedicación debería ser normal para cultivar todo el potencial de cualquier estudiante, en caso contrario se estaría desaprovechando su potencial heredado. A sabiendas de lo anterior, un docente de naturales en Barcelona aplicaba lo siguiente: si en casa estudian poco, que lo hagan en clase. Para ello preguntaba a diario lo anterior dejando unos cinco minutos de estudio a inicio de cada sesión. Con ello el fracaso escolar en su materia se redujo abismalmente. En cierta forma aplicaba la pedagogía de la exigencia de Jérémie Fontanieu quien también ponía sus alumnos a estudiar. Con ello se logra que los escolares se acostumbren a estudiar como norma y que sientan placer al ver sus resultados positivos. Pero volviendo al asunto del esfuerzo cabe señalar lo siguiente. Los rasgos que delatan un centro en donde se valora poco el afán son múltiples: una primaria sin apenas repeticiones de curso abusando de la llamada promoción automática; una evaluación por temas y no por conjuntos trimestrales; la facilidad de pasar de curso con muchas materias suspendidas; una rebaja de los niveles de exigencia en los exámenes; la eliminación de notas en primaria; la erradicación de la memorización como herramienta fundamental del aprendizaje; la ausencia de horas de lectura; el aumento de materias optativas reduciendo horas de lengua y matemáticas; la aparición de un trimestre sin matemáticas o lengua; la presencia de docentes más animadores de clase que expertos en su disciplina; y otras tantas grandes proezas que algunos expertos todavía preconizan. Veámoslos con detalle y analicemos los efectos negativos que inducen en nuestras futuras generaciones.