Muchos docentes opinan que algunas teorías educativas no les permiten construir un mundo mejor desde la enseñanza. De hecho poca gente contrasta estas teorías con datos reales. Para mejorar el sistema educativo son necesarias más demostraciones y menos opiniones. Hay que observar los hechos probados y sistematizarlos. He aquí cartas de prensa, artículos en los medios y capítulos numerados que ofrecen un amplio corolario de datos contrastados para mejorar realmente la enseñanza y la sociedad.
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jueves, 14 de febrero de 2013
LA EDUCACIÓN PROHIBIDA
Cabe mencionar en este sentido un reportaje que surgió por América latina bajo la batuta del constructivismo y firmado por German Doin y Verónica Guzzo bajo el título La Educación Prohibida. Este documental culpa a la sociedad, y no a la pedagogía teórica, de la caída flagrante de los resultados académicos en los países occidentales en donde se aplicó. Durante todo esta crónica la pedagogía teórica es la buena sin cuestionarse si está equivocada en algo, todo lo contrario, se aboga por el adoctrinamiento de todos los docentes del mundo en la renovada pedagogía sin aportar datos contrastados al respecto, sólo ideas de cambio pero sin mejora demostrada. El reportaje afirma plantear ideas nuevas y originales para cambiar y adaptar el sistema educativo a los tiempos modernos, propone que para que los alumnos aprendan más, la escuela debe ser más convivencia que aprendizaje, que hay que dar menos énfasis al esfuerzo escolar, a la comprensión lectora y a la creación de ambientes silenciosos y ordenados. Entrevistas y más entrevistas jalonan esta idea de novedad pero, y por desgracia, no es cierta tal presunción. Los testimonios de la película una y otra vez repiten, con o sin conocimiento, antiguas y clásicas teorías de pedagogos y psicólogos que en su tiempo se autodefinieron como constructivistas, una teoría muy alejada de la social actual ya que su principal fundador, Jean Piaget (1896-1980), elaboró parte de esta idea hace ya casi cien años. Quizás esta apreciación parezca inapropiada si lo defendido en esta película resulte eficaz hoy en día, pero por desgracia no lo hace ya que el reportaje esconde cinco incorrecciones más.
La primera es que no se ha invitado a ni un solo detractor de las ideas que predica el largometraje. Entre ellos cabe destacara a doctos críticos como la doctora Inger Enkvist (Lund University, Suècia), Luc Ferry (exministro francés de Educación), Oriol Pi de Cabanyes (columnista de La Vanguardia y filólogo), Imma Monsó (también columnista de La Vanguardia y filóloga francesa), Gregorio Luri (autor de La Escuela contra el Mundo), Mercedes Ruiz Paz (autora de La Secta Pedagógica) o Ricardo Moreno (profesor y autor de El Panfleto Antipedagógico). Visto todo lo anterior, el documental resulta parcial y sesgado dando una visión totalmente partidista de la educación, la de la pedagogía teórica y nada más. Tras muchos escritos, datos y conferencias los detractores anteriores han demostrado ineficaz y falaz la antigua pedagogía constructivista que ahora repite La Educación Prohibida.
La segunda incorrección es la obsesiva idea de cambio que los entrevistados mencionan una y otra vez. Jamás en toda la película surge la palabra que debemos aplicar a cualquier proyecto que busque un progreso bien entendido, la mejora. Estos expertos, la inmensa mayoría de América latina, más algunos españoles, repiten hasta la saciedad que hay que cambiar el sistema educativo actual pero jamás hablan de perfeccionarlo, es más, insisten algunos que hay que probar cosas nuevas para ver lo que sucede. Particularmente experimentar con nuestras futuras generaciones de alumnos no parece algo muy sensato. Cabe indicar aquí que muchos de los entrevistados son pedagogos o similares que globalmente no cumplen los requisitos para poder criticar el sistema educativo bajo la razón y la experiencia. Estos requisitos son los siguientes, impartir unas veinte horas de clase a la semana durante más de cinco años, trabajar con más de veinte o treinta alumnos por grupo y no con grupos reducidos como muchos entrevistados, y por último dar clases en centros con gran porcentaje de inmigrantes o de alumnos con desigualdades sociales agudas. Estar fuera de estas situaciones lleva a muchos expertos a devenir como teóricos con fundamentos alejados de la realidad del aula. En la película muchos de los entrevistados trabajan en condiciones teóricas muy singulares y a menudo alejadas de clases hacinadas. Quizás por ello repiten una vez tras otra que hay que cambiar la educación pero sin darse cuenta que el objetivo primordial son las mejoras probadas, no los experimentos sin garantía. Ya se sabe que cambiar es fácil, lo difícil es mejorar. Si uno quema su casa ya la ha modificado pero para mejorar la educación no se requieren unas fallas valencianas, se requieren experiencias con resultados, no ideas seductoras sin pruebas de éxito.
La tercera incorrección de la película son el conjunto de métodos que proponen los entrevistados para cambiar según ellos la educación. Hablan estos expertos en pedagogía de la proyección del amor y las emociones hacia los alumnos para crear vínculos de complicidad, confianza y autoridad sin autoritarismo. Esta afirmación resulta fantástica, bella, algo que los buenos docentes ya saben aplicar en sus clases, un discurso correcto que arranca fácilmente el aplauso del incauto y del ciudadano normal, pero que fíjense no dice como hacerlo, todo resulta un gran qué pero sin ningún cómo. Más tarde, y tras muchas demagogias, aparecen más qués para alcanzar dichos objetivos. Estos son la evaluación de los conocimientos de los escolares sin notas ni exámenes, la libertad total de los alumnos para elegir sus áreas preferidas, la clase específica para cada alumno según su elección, gusto o motivación, la igualdad entre los escolares para llegar a ser lo que ellos creen que pueden ser, médico o arquitecto por ejemplo, aún sin saber cálculo o sin tener las capacidades mentales cultivadas para ello, la no memorización de conceptos y finalmente que cada alumno aprenda libremente experimentando con su entorno. Todo lo anterior difícilmente formará doctos médicos, arquitectos o políticos, más bien todo lo contrario, forjará una sociedad llena de mediocres que se creerán médicos, arquitectos o políticos sin saber gran cosa para ello. Cabe añadir que todas estas ideas expuestas en el reportaje configuran el corolario que llenó nuestra reforma educativa, la LOGSE de los noventa. Ahora todas éstas corren por América latina. Habrá que preguntarse quienes las promueven.
La cuarta incorrección de La Educación Prohibida son los elementos dramáticos y teatrales que se intercalan entre las entrevistas. Estas dramatizaciones de los maestros son exageradamente histriónicas, muy alejadas del aula y por tanto totalmente falsas. Los docentes que vean el largometraje se percatarán en breve que los actores que les representan fingen ser todo menos profesores y maestros. En tales ficciones cinematográficas los docentes aparecen como educadores ineptos, obstinados en el conocimiento de las cosas y ausentes ante las emociones de sus alumnos. Insisto, todo buen docente sabe como conectar con sus alumnos sin necesidad de teorías grandilocuentes que predican un cambio sin ofrecer ideas prácticas y reales de mejora.
La quinta y última incorrección, y la más flagrante, es que las viejas teorías defendidas por esta película fracasaron ya en el pasado. Primero lo hicieron por los sesenta en Estados Unidos, luego por los setenta en la reforma educativa de Suecia, para llegar a los ochenta en Francia con Philippe Meirieu a la cabeza, y finalmente por los noventa en España con Alvaro Marchessi plagiando todos los errores anteriores en su LOGSE. Así lo han demostrado los expertos nates mencionados como la doctora Inger Enkvist, el exministro de educación francés Luc Ferry, el profesor Ricardo Moreno o la escritora Mercedes Ruiz Paz. Éstos y otros profesores han demostrado que la reforma educativa constructivista lleva años provocando el fracaso de la sociedad al producir abundancia de mano de obra inexperta y barata bajo la escasez de buenos profesionales. Los primeros eran libres de elegir sus materias en el colegio y equivocarse holgazaneando, los segundos se les obligó al esfuerzo y a la memorización de conceptos básicos y universales, los primeros viven en un progreso mal entendido e incluso en el paro, los segundos son la mayoría que no ha perdido su trabajo y quienes pueden provocar el progreso crítico y real de nuestra sociedad. No parece ninguna memez pensar que quizás la crisis actual hunde sus raíces en la pedagogía constructivista.
En resumen, y vista La Educación Prohibida, parece claro que los pedagogos constructivistas se hallan detrás de este reportaje en América latina, ¿y por qué americano y no europeo? El fracaso del constructivismo durante décadas por Europa ha propiciado gran agnosticismo entre los dirigentes europeos. Ahora muchos de los pedagogos constructivistas, Alvaro Marchessi por ejemplo, dirigen su punto de mira hacia la todavía ingenua América latina en donde están influyendo sobre gobiernos y jóvenes con estas antiguas teorías que jamás tuvieron éxito alguno por el viejo mundo. Toda teoría educativa bien construida es bella y atractiva pero si lo que se persigue es crear buenas personas, excelentes profesionales y mentes críticas, debe hacerse con métodos prácticos, eficaces y plenamente probados, no con teorías sin demostración, llenas de puro vacío y bajo un catecismo de la nada. Con teorías que establecen distintos raseros para evaluar a los estudiantes no se pueden forjar médicos, arquitectos y políticos altamente expertos, responsables y sabios. Si dejamos que los niños elijan muchos optarán por jugar y dejar la comprensión lectora para la Universidad. Un médico que llegue a serlo así por la libertad de un sistema educativo que no le obligó a memorizar, que además le permitió elegir pintura en detrimento de Biología y que le adaptó los ejercicios a su bajo coeficiente de inteligencia, no creo que resultara competente para la práctica de la medicina. Este facultativo muy probablemente confundiría el horóscopo con su cáncer ya que la capacidad para diagnosticar correctamente depende de los conocimientos acumulados y no de la libre elección de las materias. En fin, que La Educación Prohibida, y no la que la mayoría de docentes imparte, es la que debería estar realmente prohibida.
miércoles, 13 de febrero de 2013
PIAGET POPPER Y KUHN
El constructivismo de Piaget defendía que todo conocimiento mental era un invento, una creación de la percepción equívoca de los humanos. Bajo ese punto de vista era más importante el método de estudio que saberse las materias, era más trascendente aprender a aprender que simplemente aprender lo que sí sabían los maestros. Piaget insistía que de antemano todos los alumnos saben aprender por si solos y que por tanto el alumno debe estar libre para construir sus propios conocimientos como expresión de su personalidad y así deducir por el mismo teorías científicas que los humanos han tardado milenios en demostrar. En este contexto el docente sólo debía ser un conductor de esa construcción sin ya necesidad de dominar grandes conocimientos ya que el alumno los hallaría bajo la batuta de un buen profesor y guía en sus sueños. Por desgracia el constructivismo de Piaget y seguidores se equivocó, de hecho no fue del todo un error sino una mala interpretación de escritos que les antecedieron. Piaget quizás leyó a Popper y luego lo sustituyó por otro gran pensador, por Kuhn. El primero, como filósofo de la ciencia, proponía que ésta debe aproximarse a un conocimiento racional, inteligible y lo más objetivo posible de la realidad, algo en lo que todo biólogo, geólogo, físico o químico estarán de acuerdo. Pero Piaget debió dar más valor a la opinión de un historiador, Kuhn, que a la observación de un pensador científico, Popper. Piaget, al igual que Kuhn, creía que la ciencia era una construcción social, ininteligible y subjetiva en función de los prejuicios históricos e individuales del momento. Si bien es cierto que muchas hipótesis científicas se elaboran bajo el contexto histórico, los intereses ególatras y los prejuicios personales, no siempre ha sido así y el Darwinismo, la Tectónica de Placas, la Relatividad o la Tabla Periódica explican nuestra realidad y nos permiten desarrollar tecnologías útiles, inteligibles y reales. Por tanto Piaget confundió lo que el empirista David Hume criticaba a menudo de la historia, que confundimos el debe ser por lo que simplemente es. Los hechos son los hechos, luego nosotros valoramos si están bien o mal, pero sin nosotros sólo serían eso, hechos. La ciencia debe ser racional, inteligible y objetiva aunque a veces sea ilógica, ininteligible y subjetiva. La ciencia debe analizar, sintetizar y explicar hechos, y si un chapuzas confunde esto con sus prejuicios, simplemente se inventará sueños sin explicar realidad alguna. El constructivismo de Piaget creía que los conocimientos se construían pero los estudiantes no deben construir el conocimiento, sino reconstruirlo a partir de las enseñanzas de doctos profesores. Por desgracia el sutil error de Piaget propició la pedagogía teórica que invadió de fracaso escolar Estados Unidos, Suecia, Francia y España.
Aun así, y pasado el milenio, pedagogos constructivistas intentaron predicar y convencer con sus teorías a políticos de América latina. La rueda del error y del terror continuó girando (continua en este mismo blog. Ver LA EDUCACIÓN PROHIBIDA)
RATZINGER PAPA O MAMA
RATZINGER, PAPA O MAMA
En la sociedad del siglo XXI nos vanagloriamos de la supuesta igualdad entre mujeres y varones, pero en la Iglesia tal paridad todavía ni se supone. Argumentan los devotos que si Cristo escogió a doce discípulos sin mujeres en su sino es que rehusó a las hembras en su causa, por ello dos mil años más tarde las mozas siguen apartadas del seminario y a su vez del papado. La verdad es que quienes argumentan tal razón, Ratzinger incluido, no tienen en cuenta el contexto histórico en que el rabí Jesús predicó su ideología y el que luego escribió su historia. De hecho, no pudo ser trascrito de otra forma tras su muerte, el mundo romano y judío era machista, aunque quizás no Jesús. Si éste predicó la igualdad de derechos entre los humanos, hombres o mujeres, y tuvo discípulas femeninas, María Magdalena entre otras, no se comprende que sus descendientes apartaran a la mujer de la Iglesia Católica. Así pues, ¿qué ocurre con la ley sálica vaticana? ¿Acaso dos mil años de historia no han bastado para evolucionar? ¿Tanto les cuesta imaginar a una mujer Papa? ¿Una Mama? Y en tal caso ¿De qué tienen miedo los cardenales ante una hembra? ¿A perder su celibato? Parece obvio que de Papa a Mama hay para toda una eternidad.
Adolescentes y drogas
Olvidándonos de los díscolos, otra tipología de alumnos a tener en cuenta son los que han desarrollado alguna dependencia. Cigarrillos, porros y bebidas son la primera puerta a las adicciones y éstas a problemas mayores. El centro educativo debe dejarles muy claro el riesgo que asumen al probar sustancias adictivas. En ello una licenciada en Biología soltaba la siguiente reflexión a sus alumnos de Bachillerato.
<< Probar drogas conlleva un riesgo que nadie sabe prever. Hay individuos que se enganchan más que otros, existe por tanto, una predisposición genética en ello. A los primeros les resulta imposible dejar la adicción sin ayuda médica, a los segundos les cuesta menos y puede que lo consigan sin terapia alguna, pero en ambos casos, siempre, y digo siempre, vivirán con la tentación de volver a la droga durante toda su vida. El asunto de las dependencias es algo que nos supera a todos, tanto a docentes como a padres. Opinar sobre ello significa divagar mucho pero sin tocar la llaga del asunto. Mejor escuchar a médicos próximos al tema >>
En ese momento, y conectada a Internet, les ponía en la pizarra digital la opinión de un especialista clínico sobre drogas. El director del Instituto Hipócrates y especialista en adicciones, el doctor Ángel Rubio, afirmaba lo siguiente, la enfermedad de la adicción afecta cada vez a más personas y, sobre todo, a personas más jóvenes. Somos el primer país de Europa en consumo de cocaína y cannabis y se está entre los tres primeros en ingestión de alcohol. Ante tal situación, el asunto de las drogas es grave y debe preguntarse qué lo provoca, si el entorno como afirman algunos teóricos, o la genética, como los expertos argumentan. Según algunos médicos especialistas la adicción no es un vicio ni una mala costumbre, es una enfermedad cuya base fisiológica se encuentra en ciertas predisposiciones del cerebro humano, es decir, en su genética heredada. Ya se ha indicado que hay una minoría de individuos que toman drogas de manera eventual pero que jamás sienten una fuerte adicción, pero hay jóvenes que al principio las consumen moderadamente para luego desarrollar una fuerte dependencia. Los primeros dejan las drogas por ellos mismos, los segundos les resulta imposible sin tratamiento.
El equipo del Instituto Hipócrates afirma rotundamente que no se cae en la adicción, como tampoco se cae en una gripe, en un infarto o en una diabetes. Todas ellas son enfermedades que se desarrollaban dependiendo de un estilo de vida, de las influencias educativas y de una predisposición genética. Es decir, si a un contexto neurológico previo se le suma una exposición reiterada a la sustancia, aparece la adicción. Entorno y genética comparten responsabilidades conjuntamente, y no de forma separada como algunos expertos a veces defienden. Por tanto, la mejor forma de evitar futuras adicciones es evitar el inicio del consumo, así de simple. Una vez el adolescente empieza el consumo, ya está en manos de su predisposición genética y cerebral. En fin, que educadores permisivos, con bajo control sobre sus púberes y fumadores de marihuana ante ellos, están abonando una mayor probabilidad de potenciar un adición irreversible. Tal entorno puede disparar el trastorno y abrir la caja de Pandora ya que, insistimos, la dependencia se potencia desde un bagaje genético heredado, no una determinación del destino.
El discurso anterior da una información clara a unos adolescentes que quizás ya han probado algunas drogas y que ahora pueden corregir futuros hábitos. Por tanto, lo importante es trabajar las adicciones de pequeño, el más vale prevenir que curar. En este sentido una tutora de primero de ESO organizaba el siguiente taller sobre drogas. En medio de la clase ponía una bandeja llena de caramelos y les hablaba a los chavales sobre las adicciones, que la causa principal era el no saber decir que no bajo la poca capacidad de reprimir deseos de placer. Después de ofrecer ciertas informaciones sobre drogas duras y drogas blandas, sobre los porros como primer camino a otras adicciones y sobre sus consecuencias, les ofrecía los caramelos que los zagales ávidamente consumían. De repente les miraba sorprendida y les decía, habéis caído, sabéis que en clase no se comen dulces y no habéis sabido decir que no a un placer. Con las drogas pasa lo mismo.
jueves, 7 de febrero de 2013
EL GOZO INTELECTUAL (un libro de Jorge Wagensberg)
De ideas bien pensadas, revisadas y excelentemente expuestas. Elaboración, reelaboración y reflexión del porqué los humanos hallamos placer en algo innato, antiguo y esencial como es la belleza de la curiosidad y su consecuencia, el aprendizaje, un camino que cruza sus tres puentes hasta llegar al gozo intelectual, la trilogía del estímulo, el diálogo y la comprensión. Tras una primera parte teórica y en algunos puntos provocadora de nuevos planteamientos educativos, la segunda, y más extensa, invade de ejemplos el libro de manera elegante y estimulante. Wagensberg nos expone multitud de paradojas, conversaciones e historias enigmáticas en donde su desenlace siempre conlleva la misma magia, el gozo intelectual.
jueves, 31 de enero de 2013
AULA DIGITAL FRACASO INTEGRAL
Cuando se habla de cómo enseñar en el aula hay quienes aseguran que las clases con un ordenador por alumno son la vanguardia y el futuro, que no hay vuelta atrás. Cierto que las nuevas tecnologías invaden útilmente nuestro progreso pero no por ello se justifica la digitalización total de nuestra enseñanza. Nuestro cerebro sigue idéntico al de nuestros antepasados del Paleolítico, al de los primeros sapiens de hace 200.000 años. Lo único que ha cambiado no es nuestra inteligencia, es nuestra tecnología. Un asno sigue siendo un asno por más ordenadores que tenga a su alrededor. Por tanto, y primera premisa, inteligencia y tecnología son cosas muy distintas. La segunda la escuché de un neurobiólogo que sí utilizaba potentes ordenadores en sus investigaciones pero no creía oportuno que cada alumno viviera embaucado ante una pantalla personal en el aula. Gracias a la neurobiología sabemos que la mano ocupa un volumen de neuronas enorme en nuestro cerebro, más que piernas y tronco juntos. Cuando un alumno anota lo escuchado, copia un esquema o pasa unos apuntes a limpio, estimula un número tal de neuronas que sin darse cuenta razona, piensa y memoriza lo que está observando, algo que con un clic en el ordenador no se desarrolla. Este argumento tan simple y demoledor jamás fue escuchado por los partidarios de un ordenador para cada alumno. Durante una conversación personal que mantuve el 23 de Noviembre de 2011 en el Parlament de Catalunya con el anterior consejero de educación de la Generalitat de Catalunya, el señor Ernest Maragall, se vio claro lo que ocurría. Maragall defendió a ultranza el proyecto de un ordenador por alumno, el proyecto llamado 1x1.
<< El 1x1 mejora el aprendizaje de los alumnos y los hace más libres de conocimiento – me insistía el consejero -. Ahora cada escolar desde su portátil puede acceder a la información y eso es un gran avance para los alumnos, les socializa y elimina las desigualdades económicas como nunca lo había hecho ninguna herramienta pedagógica. El 1x1 ofrece igualdad de oportunidades a los alumnos de toda clase social, ¿no se da cuenta del alto porcentaje de inmigrantes en nuestro país? Este sí es un problema importante de hoy en día, la gran desigualdad social entre nuestros alumnos [...], el aula digital elimina estas desigualdades. Ahora todos estos alumnos pueden acceder a la información a través de su ordenador y de Internet. Incluso se llevan el ordenador a su casa, se llevan EL MUNDO A SU CASA. Ellos con su ordenador pueden buscar toda aquella información que les falta o necesitan [...]. Ahora más que nunca tienen acceso a toda la información por la red, ahora más que nunca pueden tener igualdad social >>
Algo que le insistí a Maragall es que todo aquello era al revés. Primero que la gran mayoría de estudiantes ya poseen ordenador en casa, móvil con Internet o simplemente locutorios sin necesidad de regalarles, subvencionarles u obligar a los padres a pagar un ordenador para cada alumno. Segundo que si lo que queremos es la igualdad entre todos los alumnos, inmigrantes o no, lo que debemos hacer es impartir los conocimientos contrastados que recibieron los docentes en nuestras universidades. En caso contrario, y dejando libres a nuestros estudiantes con su portátil, se enfrentarán a informaciones sin criterio en Internet. Y tercero, un ordenador para cada alumno aísla a todos los alumnos de los conocimientos contrastados del docente, sobretodo cuando se conectan al Facebook en clase.
<< Ya, es que el 1x1 requiere más esfuerzo por parte de los docentes – me argumentó Maragall -. Es la escuela la que debe adaptarse a la sociedad y no al revés. Con más esfuerzo docente el digital funcionará. Los docentes deben procurar que los alumnos no se conecten al Facebook durante la clase >>
Y así se hace en los centros con programas que bloquean el acceso al Facebook y otras redes sociales pero, y a pesar del esfuerzo docente, los alumnos consiguen programas piratas de Internet para saltarse las barreras y se conectan nuevamente al Facebook o donde deseen, un hecho que por la cara que puso Maragall, obviamente desconocía. En fin, que un ordenador por alumno había complicado más que mejorado la enseñanza. Ahora muchos estudiantes se aislaban de la lección sin prestar atención a quien si poseía información contrastada, el docente. La igualdad de la que Maragall hablaba quedó extirpada ya que los conocimientos del profesor jamás eran impartidos entre sus escolares. Siempre fue mejor una sola pantalla digital, si funcionaba con igual celeridad que la de yeso, para explicar la lección a 30 alumnos, que no 30 ordenadores para cada uno de ellos. Jamás la modernidad justificó un ordenador para cada párvulo ya que los distrae más que los alecciona, los desiguala más que les informa, y los confunde más que les aclara.
<< Usted se opone a la modernidad – me comentó Maragall -, ahora las nuevas tecnologías ofrecen mucha información a todo el mundo. Hay que cambiar. Enseñamos igual como hace cincuenta años (y nos reproducimos como hace un millón, y no nos ha ido nada mal, ya somos 7.000 millones en el planeta). Las nuevas tecnologías son imparables y la escuela debe aplicarlas >>
Las nuevas tecnologías desde los ochenta que se aplican, para prueba las miles de aulas de informática y pizarras digitales que existen por todos los centros de España, pero eso no justifica ni un portátil por alumno pagado por sus padres ni que el 1x1 sea imparable. Afirmar que algo es imparable sin más no demuestra ni su mejora ni su imparabilidad, sólo las ganas de imponer una obstinación. En 1940 también se profetizó que un movimiento social vitoreado por millones iba a ser imparable, el nazismo. Por suerte muchos lo detuvieron.
La tercera premisa que atendí sobre el 1x1 no vino de un político sino de un economista. Un ordenador por alumno comportó un ingente dispendio público totalmente paradójico con la deuda estatal vigente, algo que Maragall también negó durante la anterior conversación. Mientras se pagaba a golpe de crédito por la instalación de cables, antenas y más ordenadores por todas las aulas peninsulares, se recortaba en número de docentes, en su nómina y en su potencial profesional al aumentarles el número de alumnos por clase y el de horas lectivas por docente. Es decir, más horas de trabajo, más alumnos y más aula digital pero menos salario, ¿cómo se comprende esto? ¿Alguien se volvió loco?
Lo anterior no resultó ser la única paradoja que sufrió la enseñanza, también, y bajo la excusa de la crisis, los recortes en sanidad, investigación y educación proliferaron por encima de los de armas, defensa y seguridad nacional. Parece de sentido común que debería ser más importante un docente bien formado con iniciativas propias que unos individuos bajo ordenanza, los primeros impulsan el país, los segundos sólo cumplen órdenes. Aún así nuestros docentes sufrieron unos sueldos inferiores al de los oficiales militares y en ello la historia nos muestra el error de antaño, un error que ha implicado que se ostentara en España el mayor fracaso escolar de toda Europa, véanse los informes PISA y de la OCDE. La historia nos cuenta que durante la Era de Oro de la educación estadounidense, entre el 1925 y el 1958, una crisis económica como la española mejoró la educación por dos razones. La primera dejó claro que la gente bien formada era un valor seguro para impulsar y gestionar el país. La segunda fue que atrajo a personas altamente cualificadas para impartir clases. De hecho, y ante el paro acuciante, el de la crisis por ejemplo, muchos doctos se ofrecieron como docentes ya que los salarios que el Estado ofrecía eran justos. De hecho la administración estadounidense decidió estabilizar las minutas a los profesores suprimiendo otros gastos estatales. El resultado fue una mejora del sistema educativo y pasadas unas décadas, la mejora del Estado gracias a eficientes profesionales y óptimos gestores administrativos. Lo paradójico es que en España se hizo todo lo contrario con aulas digitales deslumbrantes pero con docentes bajo sueldos menores, más horas lectivas y más alumnos por clase, todo un corolario que empeoró nuestra enseñanza, ¿de quién fue la idea?
Pero la cuarta premisa al respecto del aula digital provino del extranjero, y es que no existía ningún país que hubiera aplicado tal tecnología con éxito en sus institutos, a lo sumo había un par de experiencias locales que al final demostraron ser fallidas. Una lo fue en un centro de Suecia por los años noventa y la otra en el High School of Liverpool de Nueva York en 2007. Ambas fueron abandonadas por falta de resultados positivos y por la abrumadora fuerza de los negativos, los alumnos se distraían demasiado con su propio ordenador. Las TIC, o nuevas tecnologías, deben ser una herramienta auxiliar, pero no lo fundamental en la educación. En fin, que un ordenador por alumno resultó ser una quimera cara y difícil de comprender ante dos hechos: la crisis económica del momento y la gigantesca deuda estatal contraída.
martes, 29 de enero de 2013
SENADO VAMPIRO DE RECURSOS
El Senado español sale muy caro al contribuyente, más de 1200 millones de euros anuales. Si el déficit español en 2011 fue de 91.000 millones con 76 años senados así pagaríamos esa deuda. Otros países han suprimido al Senado y les va mejor que a nosotros. La función básica de este estamento es ratificar las leyes que aprueba el Congreso, en fin una duplicidad gubernamental. Ahora que tanto habla el Gobierno de adelgazar la administración repetida, ¿qué tal si empiezan por el Senado? Sin éste continuaríamos con democracia pero con menos costes para los paganos de todo esto, los votantes. Por otro lado, el Senado cada día se parece más a una oligarquía de viejos aristócratas. Todo aquel político caduco parece tener derecho, bajo el amparo de su partido y vía comicios, de pertenecer a esta entidad gubernamental para así pasar el fin de sus días. Pero para ello no hay que ostentar méritos, sólo haber ejercido un alto cargo independientemente de si se gobernó bien o mal. Pongamos el caso de dos senadores, el señor Saura y el señor Montilla. Por un lado, Saura como consejero de interior izó un plan para reducir la polución por Barcelona obligando a sus 80 kilómetros hora por todas las autovías y autopistas circundantes a la ciudad, medida que jamás, y repito, jamás, redujo la contaminación pero si impuso miles de multas. Por el otro lado, Montilla como presidente de la Generalitat catalana, endeudó a esta entidad y a España como jamás lo hizo nadie. Saura y Montilla hoy en día son dos de los 266 senadores, dos que poco aparecen en los medios después de su nefasta gestión de los recursos. En fin, en política hay que confiar en la competencia de los incompetentes. El Senado contiene a muchos de ellos.
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