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lunes, 24 de febrero de 2014

FRACASO ESCOLAR O FRAKSO POLITICO (19)

Navidad divino tesoro Crea o no crea en los Reyes Magos, el 25 no es Navidad. Cuando uno mira un pesebre observa una creación humana llena de elementos que nada tienen que ver con los hechos históricos. Jesús no nació el 25 de diciembre, de hecho no se sabe ni el mes ni el año en que ocurrió; tampoco se puede afirmar que lo hiciera en Belén, algunos creen que fue en Nazaret, si es que fue allí, ya que recientes excavaciones muestran que no existía tal población durante el siglo I; los reyes magos, y según Los Evangelios, ni fueron reyes, ni tres, ni de tres colores, ni se llamaron Gaspar, Melchor y Baltasar, todo ello formó parte de añadidos medievales que quisieron regalar realismo al personaje de Cristo; por otro lado la virgen María no fue virgen, hubo un error de traducción del griego en donde ponía mujer por desposar y no virgen; el nombre Jesús, Yeixua en arameo, quizás fuera solo un apodo y no su nombre verdadero ya que significaba salvación; y por último Cristo jamás se declaró hijo de Dios en Los Evangelios, su divinidad se acordó en el siglo IV en el Concilio de Nicea. Vistos esos antecedentes cabe preguntarse, ¿qué se celebra entonces por Navidad? Pues la verdad, sólo se me ocurriría una palabra, una mentira romántica, una falacia que repetida tantas veces y durante dos mil años nos parece real pero que alimenta las causas vaticanas y nuestro sistema consumista, aunque la mejor respuesta a la anterior pregunta la hallé durante la tutoría que un docente realizaba poco antes de la milagrosa fecha, una estrategia que a su vez educaba a los adolescentes. Este colega impartía clases en un centro de Granollers en la provincia de Barcelona. Poco antes del inicio de las vacaciones les decía a sus alumnos que con motivo de las navidades tenía un regalo para ellos y para sus padres. Mientras dejaba a toda la clase con algún trabajo, hacía salir uno a uno a los alumnos y afuera les mostraba una caja cerrada. Aquí tienes el mejor regalo para tus padres. El adolescente ansioso, abría la caja para hallar un simple espejo en donde se veía reflejado. Es decir que el mejor regalo de la Navidad era uno mismo, sin la familia poco se puede compartir y celebrar. En otra ocasión otro tutor de bachillerato planteaba la pregunta en medio de la pizarra, ¿qué celebramos por Navidad?, y empezaba a desmontar como antes hicimos el mito del nacimiento de Jesús, hasta les habló que el 25 de diciembre era el aniversario de una diosa pagana que el cristianismo quiso asimilar sustituyéndola por la natividad del mesías. En fin, que se celebraba el nacimiento de Mitra, la diosa de la tierra y la fecundidad. Por tanto, ¿que se podía hacer hasta tal sarta de mentiras si el 25 no era Navidad? Y las respuestas surgían en muchas direcciones. Al final el buen pastor les conducía hacia un mensaje, que todos los días deben ser Navidad para valorar la solidaridad social y el amor entre amigos y familiares. Una tercera tutoría que me sorprendió en Navidad fue la de un profesor de filosofía que planteaba qué era la felicidad entre sus bachilleres. Las opciones se iban anotando en la pizarra hasta llenar un buen grueso de valoraciones como la salud, el dinero, el poder, las creencias religiosas o el amor. Luego les preguntaba que qué daba más felicidad, lo inmediato o lo que se conseguía con esfuerzo a lo que los estudiantes se decantaban por el valor de las cosas, lo deseado y alcanzado con la lucha. Al final les decía que sus conclusiones ya las habían propuesto algún filósofo hacía más de 2.400 años. La primera fue postulada más o menos por Aristóteles, y la segunda por Platón con su teoría de la privación. Entonces les dejaba ante otra cuestión, sus regalos de Navidad o Reyes, que cuanta felicidad merecida habría en ellos y cuanto les duraría. Ante tal pregunta les decía que no esperaba respuestas, que aquello era algo muy personal que debían valorar ellos en su intimidad. Como se ha podido ver en los profesores anteriores, la Navidad fue utilizada para enseñar historia, mitos y moral. De todas formas estas vacaciones también deben ser indicadas como un periodo para el descanso y la reflexión. Otro profesor de filosofía solía comentar a sus tutorados que utilizaran esos días para averiguar varias cosas. La primera, qué querían hacer con su vida, que si realmente el bachillerato era su objetivo personal y profesional o si lo eran otras cosas que podían realizar con responsabilidad y realismo. Si la respuesta ante las anteriores cuestiones implicaba luchar con los estudios, el adolescente debía afrontar una segunda inquisición, ¿qué errores cometiste para encontrarte con los malos resultados vigentes? Yerros que una vez detectados debían llevarle a proponer opciones a la tercera cuestión, ¿cómo pensaba solucionarlos? Bajo las tres preguntas anteriores se pretendía primero tratar al chaval como a un adulto ya que en nada se hacía intervenir a sus padres en sus decisiones. Pero en segundo lugar que hallara su camino personal y profesional si los estudios no obligatorios no iban con él. Mejor tomar una decisión clara a principio de curso que esperar al segundo trimestre cuando habrá pasado un tiempo perdido. Si se llega a las vacaciones de Semana Santa con las tres dudas anteriores no resueltas, algo más que los resultados del escolar ha fallado, también su capacidad de decisión lo ha hecho. Semana Santa Se lo crea o no, tampoco se sabe a ciencia cierta cuando murió Jesús, ni el año ni el día de su ejecución se han esclarecido. Además para confundir más el calendario de aquella defunción, la Semana Santa jamás cae en la misma fecha ya que ésta se rige por ciclos lunares y no por el calendario gregoriano. Lo que sí suele suceder es que estas vacaciones a veces coinciden aproximadamente con el final del segundo trimestre, un descanso que debe permitir la preparación del tercer y último trimestre estudiando los contenidos no adquiridos y preparando los apuntes pendientes. Son pocos días de reposo y el tercer trimestre resulta el más corto de todos. Por tanto, hay que evitar sorpresas desagradables. El tutor que le aconseje todo lo anterior demuestra un buen de nivel de preocupación por sus estudiantes. Ciencias o letras En nuestro país la falta de estudiantes que optan por formaciones científicas y técnicas brilla por su ausencia, algo que conlleva problemas económicos para el Estado. Es a finales de secundaria cuando estos escolares deben tomar una decisión crucial para su vida personal y profesional, deben optar por una formación dirigida hacia la universidad o hacia una profesión, pero además deben escoger entre los estudios cientificotécnicos o los humanísticos, el antiguo dilema entre ciencias y letras. Aunque la orientación académica se da a finales de secundaria, ésta debería prepararse ya desde inicios de etapa. La razón de ello es el gigante desequilibrio entre ciencias y letras que hunde sus raíces en primaria. La consecuencia final es que la inmensa mayoría de estudiantes se decanta por las segundas, las humanidades, al percibirlas más fáciles que las ciencias, algo que está dejando sin técnicos aborígenes a muchas empresas. Por tanto, si en un centro educativo la orientación de sus alumnos se trabaja de manera temprana será de agradecer para los estudiantes y para el conjunto de la sociedad. El pasado 18 de abril de 2013 se presentó en el Palau Robert de Barcelona los resultados de un estudio sobre 4.700 estudiantes que demostraba el anterior desequilibrio entre las ciencias y las letras. Sergio Marco y Álex Fabra de Everis exponían un resumen del mismo bajo las opiniones de Jordi Deulofeu, director del Departament de Didàctica de la Matemàtica i de les Ciències Experimentals de la UAB, conjuntamente con Roser Cussó, miembro de l’Institut de Ciències de l’Educació de la UPC. Moderó las exposiciones Enric Roca, coordinador de la Tribuna Edu21. El informe concluía que a pesar que las carreras universitarias científicas ofrecían fácil acceso y buenas perspectivas profesionales en cuanto a sueldo y contratación, los estudiantes de secundaria preferían cursar disciplinas humanísticas al creerlas más fáciles. En concreto sólo un 33 % prefería las ciencias ante un 51 % en letras y otro 16 % de indecisos. Es decir, la mitad acaban en formaciones científicas y el doble en humanísticas, un exceso de letrados que el mercado profesional difícilmente puede absorber. Lo paradójico es que este mercado sí podría contratar a muchos más técnicos nacionales si los hubiera. Otro dato de esta investigación detallaba que las mujeres eran mucho más proclives a elegir los estudios humanísticos al creer que el rol de científico era más masculino que femenino, en concreto casi el 60 % de las chicas huía de lo técnico para orientarse hacia lo social. Cabe añadir que el nivel cultural familiar también condicionaba tal elección en pro nuevamente de las humanidades. En resumen, facilidad, sexismo y familias alejadas de la investigación parecían explicar el desequilibrio entre muchos estudiantes en humanidades y escasos en ciencias. ¿Cómo corregir entonces este acuciante problema profesional? Tres vías parecen los detonantes a modificar para aumentar el número de científicos y técnicos en nuestro país. La primera los maestros en primaria, la segunda el sexismo familiar y la tercera la cultura del esfuerzo. La inmensa mayoría de docentes en primaria provienen de estudios en humanidades y no por vía científica. En algunos centros, por ejemplo, el 80 % de los maestros proceden de letras, algo que debe influir a nuestros cadetes ya en sus primeros pasos como estudiantes. Por otro lado, el predominio de maestras en las escuelas es harto superior al de hombres, y la inmensa mayoría de ellas proceden de formaciones también humanísticas. Si queremos que nuestros zagales se empapen, comprendan y les gusten la ciencias hay que incrementar el número de maestros y maestras con tal orientación. Imaginemos que el inglés de todo el país lo dieran profesores de matemáticas. Probablemente el nivel y la motivación en este idioma caería en picado en pocos cursos. La segunda vía a corregir son los estereotipos que algunas familias imbuyen a sus descendientes. Suelen ser hogares de bajo perfil cultural en donde la mujer jamás se la proyecta hacia trabajos o cargos de técnico o de científico, todo lo contrario, si es buena en los estudios se la ve bien como asistente social, psicóloga, relaciones públicas u otra formación de vertientes sociales. Este sexismo hace mella ya en la escuela de primaria. En ésta, y como ya se ha comentado, los maestros escasean mientras que las mujeres abundan, y claro está, a más maestras de letras, menos ciencias en primaria. La tercera y última vía parece ser la cultura del esfuerzo. Son muchos los docentes veteranos que afirman que el esfuerzo y la capacidad de superación ante la frustración de nuestros estudiantes ha disminuido significativamente, y sin esfuerzo no hay superación ni mentes valientes para encarar estudios supuestamente difíciles. Sociedad, leyes educativas, familias y docentes hemos bajado el listón de la exigencia y ahora nos hallamos ante alumnos que apenas se rigen por rutinas de trabajo, deberes y estudio diarios. La hora de los deberes debería ser siempre la misma ya que las rutinas los hacen autónomos y responsables. Pero en nuestra sociedad del trabajo y de las hipotecas muchas familias no pueden acompañar a estos zagales en rutinas de trabajo, estudio y descanso, y no por desidia, sino por falta de tiempo. Esta falta de tiempo de calidad hacia sus lechones se agrava en las familias de bajo perfil cultural en donde la necesidad de horas de trabajo va por delante de las de ocio. Al final, los alumnos que desean continuar estudiando, y con bajas competencias como estudiantes, desestiman las ciencias al creerlas muy difíciles ya que apenas les prepararon para éstas. En resumen, la percepción de dificultad en las ciencias, un sexismo laboral familiar y unos padres ausentes parece que fueron las causas de la falta de científicos y técnicos en nuestra educación. Es por tanto crucial que en primaria se potencien las ciencias con más maestros así formados, con docentes ilusionados en sus conocimientos técnicos y sin miedo a impartir las matemáticas, como a veces sucede en algunos centros. La orientación de los escolares debe iniciarse por tanto en primaria y continuar ésta en secundaria para mantener un flujo equilibrado y constante de científicos y técnicos en nuestra sociedad, de otro modo seguiremos encallados industrialmente en este país, y la vida no es un eterno verano azul.

viernes, 21 de febrero de 2014

FRACASO ESCOLAR O FRAKSO POLITICO (18)

Mejorar la redacción Un factor fundamental y responsable de bajos resultados académicos es una redacción deficiente. En cambio quien escribe bien suele alcanzar buenas notas al saber expresar correctamente los conocimientos adquiridos. Para aprender a redactar hay miles de formas, pero la más eficaz a largo plazo es la lectura periódica y de calidad. Infundir por tanto el manejo de textos ya en edad temprana resulta fundamental para alcanzar la máxima comprensión y el óptimo aprendizaje. Simple, si un alumno ha leído en calidad, cantidad y atención, aprenderá a redactar con elegancia, corrección y orden. El problema actual es la calidad. Algunos pedagogos teóricos piensan que El Quijote, El Lazarillo de Tormes o La Celestina deben ser relegados de la lista de lecturas aconsejadas. Argumentan que tales escritos son sexistas, racistas o clasistas aunque contengan una calidad y variedad de vocabulario excelsas. En su lugar proponen textos cortos redactados por ellos mismos o afines, pero no por literatos expertos. Los pasajes van cargados de actitudes emocionales evitando con sumo cuidado caer en sexismos, racismos o clasismos y por tanto sin jamás utilizar literatura clásica en donde se aprendían dos cosas: hechos históricos de sociedades anteriores, sexistas o no, y a leer con elevada calidad lingüística para convertirse en buenos lectores. En estos libros un negro no puede ser un gran deportista para diluir racismos, una mujer no puede acompañar a sus hijos al colegio al promover el sexismo o un banquero no puede ser más inteligente que un barrendero al exaltar el clasismo. En detrimento de eliminar buenos clásicos en donde a veces se daban racismos, sexismos y clasismos aunque con elevadas dosis de vocabulario y sintaxis, se proponen libros simples, dulzones y hechos a medida de cabezas mediocres que en nada enriquecen las mentes de nuestros estudiantes, lecturas que borran por completo nuestra historia bajo la excusa de programas para cambiar nuestra sociedad, algo que jamás significa mejorarla. Por cierto, los manuales de clase de los años cincuenta eran también lecturas de calidad. Antes apenas existían figuras, fotografías y dibujos en los libros de clase pero sí mucho texto que se debía leer y comprender. Ahora la cosa ha quedado separada con manuales de aula con poco texto y mucha viñeta mientras la lectura ha quedado relegada a unos pocos libros, textos que se hallan a menudo bajo el yugo de la mediocridad antes detallada. Introducir el placer por la lectura de calidad cuesta cada día más. Hay docentes, que simplemente buscando buenas lecturas, pasan de las prohibiciones a lo Fahrenheit 451, y utilizan estratagemas para que sus estudiantes devengan buenos lectores. En este sentido conocí a un profesor que para lograr que sus alumnos lo hicieran, optaba por algo innato en los humanos, la curiosidad. Como primates emparentados con bonobos y chimpancés, nosotros somos altamente curiosos. El docente anterior se dio cuenta que llamaba mucho la atención comentar libros sin relación aparente con la materia en cuestión. Eso sorprendía al adolescente, ¿qué tenía que ver la ecuación de segundo grado con una novela de Isaac Asimov? En arte, literatura, o visual y plástica hablar de libros sobre teorías de caos abría la puerta a lo básico en cualquier obra artística, la creatividad. En cálculo, mezclar la ciencia ficción de la novela Contact de Carl Sagan con el lenguaje para contactar con alienígenas, las matemáticas, dilataba las pupilas de más de uno. En historia hablarles de ensayos del ilustre biólogo Stephen Jay Gould les mostraba los prejuicios culturales del momento. En todas las anteriores situaciones el factor sorpresa de lo ilógico llamaba la atención de muchos púberes y les encendía la curiosidad por ciertos libros. Otro docente leía en voz alta parte de un artículo de educación para dejar el final pendiente a sus alumnos. Luego comentaba la noticia con los chavales. Cabe señalar que hay pocas noticias que hablen sobre educación en revistas y periódicos, de hecho en España la mayoría de diarios no presentan una sección de enseñanza mientras siempre hallará extensos artículos en deportes, cultura y espectáculos. Un nuevo profesor de historia esgrimía otra treta parecida pero en esta ocasión les hablaba de la trama de la historia pero les dejaba el final colgado, algo que encendía la indagación de sus escolares. En otras sesiones dejaba una novela sobre la mesa pero con la portada a espaldas de la vista. Muchos alumnos al pasar por allí giraban el libro por la simple curiosidad de saber de qué iba. Otra de las argucias de este mismo docente era comentar alguna obra con la coletilla que bueno, que no era para su edad, que ellos eran demasiado jóvenes todavía, todo un reto para unos adolescentes ansiosos por demostrar su madurez. Todas y otras insinuaciones como las anteriores pueden aplicarse también por casa para animar a nuestros zagales a leer. Por ejemplo, y en el caso anterior, prohibir un libro y luego dejarlo olvidado encima de la mesa del comedor será toda una afrenta hacia su púber. Asimismo los adultos debemos leer ante los chavales y que ellos nos crean un referente. De muy infantes es harto comprobado que aprender canciones les entrena a leer, algo que potencia su concentración y mejora sus redacciones. De forma similar leerles cuentos y dejarlos a medias para que ellos los sigan anima a lo mismo. Hay que entender que aprender a leer es algo chocante, muy a menudo rechazado y hasta frustrante para los alumnos. Aprender a leer puede ser de todo menos algo natural. Por tanto, y desde pequeños, los progenitores deben tomar conciencia que acompañar a los hijos a la biblioteca resulta un estímulo primordial para la lectura. Leer da al alumno todo lo necesario para evitar en gran parte el abandono académico aunque saber leer requiere obligatoriedad. La lectura periódica en uno, dos o más idiomas regala vocabulario, fluidez en el habla, mayor soltura en la escritura y en muchos casos, hasta conocimientos. Leer de todo es fundamental para crear una sociedad crítica y que no sea voluble ante los intereses de los dirigentes, leer es básico para crear individuos a quienes no se les pueda vender la moto bajo un Fahrenheit 451. Y no le quepa la menor duda que los alumnos que más leen no suelen pertenecer al grupo de los que cuelgan los estudios sino todo lo contrario, ellos sí que saben concentrarse y aprender más que el resto. Como decía Joseph Brodsky, invertir en bibliotecas fue siempre ahorrar en sanidad, a largo plazo se evitaban las consultas a los psicólogos. La prueba de todo esto la hallamos en el aplaudido modelo finlandés de enseñanza, un sistema con una auténtica pasión por la lectura y que lleva la delantera del éxito escolar por toda Europa. Si el abandono escolar español, una vez o no alcanzada la ESO, osciló entre un 30 y un 25 % durante los años 2009 al 2012, en Finlandia se mantuvo a menos de la mitad del nuestro, en el 9,8 % durante el 2011. Y eso que los niños y las niñas finlandeses empezaban la escolarización obligatoria más tarde que aquí, a los siete años. A pesar de ello, sus niveles de comprensión lectora estuvieron siempre por encima de nosotros y de todos los países europeos. En este sentido existen estudios en donde se ha visto el llamado efecto Mateo, quién tenga heredará, y quién no tenga lo perderá. Me explico, los alumnos que a final de preescolar dominan menos de 700 palabras devienen en primaria bajo un aprendizaje lento o nulo, algo que sólo se corrige con más horas de clase escuchando a educadores que dominen correctamente el idioma. En cambio las familias que han invertido tiempo en estimular y atender a sus zagales bajo un amplio y buen dominio de la lengua logran que éstos superen las 700 palabras, un contexto que impulsa un aprendizaje rápido y exponencial durante la primaria de estos rapaces. En fin, la buena lectura regala extensa cultura. Con respecto a las bibliotecas que antes mencionábamos, existen una serie de estadísticas preocupantes. En Noruega, en España y en otras naciones europeas la asiduidad a las bibliotecas cae en picado entre los 8 y los 16 años, momento durante el cual se cuece y finalmente arde el fracaso escolar. Pongamos por ejemplo la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona. Durante el año 2005 se registraron 15.871 libros en préstamo entre lectores de 0 a 7 años. De los 8 a los 16 el registro se desplomó por debajo de la mitad del grupo anterior, en concreto fueron 7.180. Las cifras no vuelven a recuperarse hasta que los asistentes de las bibliotecas cumplen los 24. Datos parecidos aportan los estudios realizados por el Consell Català del Llibre per a Infants i Joves del 2005. Parece obvio que la lectura es una asignatura dura y que la ausencia de lectores en las bibliotecas es más acusada durante las edades en donde el fracaso académico más se manifiesta, durante la adolescencia. Finalmente, y para que todos los consejos de este apartado surjan efecto y la lectura aflore entre nuestros chavales, debe existir un entorno que lo permita. Tanto en el hogar como en clase debe existir mucho silencio y mucha calma. Todo ello, y de cumplirse, potenciará la lectura regalando al zagal gran estabilidad emocional, capacidad de concentración y conocimientos. Valore nuevamente el profesor que impone la clase en silencio ya que éste, el silencio, permitirá la concentración para adquirir capacidad lectora y adquisición de conocimientos. Las reuniones de evaluación No sólo de ejercicios, exámenes y capacidades de redacción se nutre la evaluación de los estudiantes, existen reuniones periódicas, unas dos por trimestre, durante las cuales todos los profesores analizan cada uno de los alumnos para conocer mejor sus necesidades y matizar, si lo requiere éste, algunos de sus resultados académicos. La primera reunión a mitad de trimestre sirve para pronosticar resultados académicos del escolar, y la segunda a final del mismo, para limar notas. A estos encuentros los padres no pueden asistir, pero sí deben ser informados de su chaval. Para ello una entrevista con el tutor, un comunicado por escrito o unas observaciones vía agenda, Internet o en el boletín de notas servirán al efecto. Agradezca en este sentido los comunicados claros y sin eufemismos. Cuando una observación de su hijo empieza por parece que posiblemente su hijo tenga algunas dificultades, mal creo que le van a informar. Al hablar de los alumnos es necesaria la máxima diligencia e información. Debe quedar clara la deficiencia del estudiante y las pautas de intervención que se aconsejan para mejorar su situación. Ser más constante, ampliar las horas de estudio bajo el silencio y la concentración, o simplemente recibir un refuerzo externo suelen ser consejos claros y sinceros. Un viejo amigo mío, y experimentado docente, informaba a los padres de una manera del todo poco ortodoxa, a través de los alumnos. Uno por uno les comentaba lo acontecido sobre él durante la reunión de evaluación, es decir, le comunicaba lo que pensaba el claustro de profesores al púber, algo que implicaba tratar a estos como les gusta, como adultos. Al mismo tiempo les hacía apuntar tales apreciaciones en los comunicados de la agenda bajo el pacto que esa misma noche explicarían y mostrarían el mensaje a sus mentores. Una semana más tarde el tutor mandaba una carta a los padres indicándoles que su hijo había sido informado con detalle de su rendimiento y comportamiento, que deberían hallar tal comunicado anotado en la agenda y que si lo deseaban podían acordar entrevista con el tutor lo más pronto posible. Con la anterior carta se lograban varios objetivos. El primero informar a los padres que tenían un mensaje sobre el estado estudiantil del mancebo. En segundo aparecían los escolares que escondían tal información al no ser sinceros con sus padres. De hecho, y en breve, los progenitores que no hallaban tales datos en la agenda llamaban al tutor. En tercer lugar se filtraban muchas entrevistas innecesarias de padres ya bien informados o de otros cuyos hijos iban a buen ritmo sin la necesidad de una entrevista terapéutica urgente. Finalmente, entre boletines, mensajes y entrevistas, el trimestre quedaba zanjado y llegaban las esperadas y balsámicas vacaciones.

TVE DEBATE ANTIEDUCATIVO

Este viernes 21 de febrero en RTVE2 se emitió un debate educativo que sólo cabe calificarlo como demencial. Sólo Albero Royo, profesor y presidente del Sindicato de Profesores de Secundaria en Navarra, dijo cosas coherentes y reales gracias a su experiencia docente. Los otros dos invitados hablaron de cosas alejadas del aula y sin argumentos reales, sólo opiniones de opiniones prohibiendo la memorización en nuestros estudiantes. Sebastián Barajas, licenciado en Económicas, defendía que si pasaran un examen de física a los docentes de humanísticas éstos lo suspenderían ya que fueron conocimientos innecesarios. Pues claro que suspenderían un examen así, pero antes de decidir qué querían ser, tuvieron que memorizar muchos conocimientos para poder elegir con libertad qué querían estudiar o aprender profesionalmente. La verdad os hará libres, dijo un profeta. Insistía este economista que para hacer una paella o pasar el examen de conducir no hace falta memorizar cosas, sólo practicarlas, algo que paradójicamente conlleva conocimientos memorizados durante mucho tiempo, como saber leer, comprender un texto o los cálculos de las proporciones de los ingredientes, todo ello memorizado en el colegio bajo gramática, sintaxis y matemáticas. Este economista no se daba cuenta que estaba hablando de adultos con conocimientos previos y no de niños que todavía no saben lo que les adultos sí saben. Maria Acaso, artista e investigadora de ciencias de la educación, defendía que los docentes no deben dominar ampliamente su especialidad, que los niños ya saben y que por tanto no deben memorizar. También defendía que para enseñar a los alumnos hay que ser colegas de los estudiantes y comer con ellos el bocadillo. En fin, ¿qué pintaban allí un economista y una artista en un debate así? Pero lo más flagrante fue que estos tertulianos sólo supieron INTERRUMPIR, que no desargumentar, al profesor Alberto Royo. Si tanta educación predicaban y defendían, ¿cómo no la supieron demostrar? Por favor, que la televisión pública que todos pagamos seleccione mejor a los tertulianos, para debates así ya tenemos la telebasura de otras cadenas.

jueves, 20 de febrero de 2014

FRACASO ESCOLAR O FRAKSO POLÍTICO (17)

Las clases tradicionales Los buenos docentes se interesan por los métodos didácticos que funcionan, que conocen a fondo y que les merecen confianza. De esta manera eluden publicaciones pedagógicas con ideas teóricas sin comprobar y alejadas de la realidad escolar. Ya vimos que la pedagogía teórica con su subordinación del conocimiento al método no resultó ser una ciencia ya que sus teorías no hallaron demostración ni resultados exitosos, todo lo contrario, la aplicación de las mismas implicó el aumento del fracaso escolar en Estados Unidos, Suecia, Francia y España. Queda claro por lo tanto, que la pedagogía teórica no resultó nada pedagógica. En cambio la didáctica tradicional lleva decenios dando buenos resultados ya que subordina el método al contenido. Decía Inger Enkvist que la educación tradicional funciona mejor que la nueva porque desarrolla la lengua de un modo sistemático y continuo, algo que en Finlandia llevan aplicando con logros máximos y con el mínimo fracaso escolar europeo. Ya hemos indicado la importancia de la lectura en la más temprana edad para alcanzar el máximo de comprensión lectora. Aunque los humanos no nacimos para leer, sí somos educables y sin saber leer jamás se entiende lo que se debe aprender. Cabe recordar que en la antigua Sumeria se empezó a enseñar a leer y a escribir en cuneiforme, algo que llevaba a los aprendices algo más de 10 años con unas 10 horas al día para aprender algo más de 7.000 símbolos. Hoy en día la importancia en la lectura sigue siendo crucial para vivir en nuestra sociedad llena de manuales, anuncios y órdenes por escrito. De hecho la lectura resulta esencial en el éxito educativo del modelo finlandés. Añadamos que todo buen docente sabe esto y por ello debe conocer el nivel lingüístico y conceptual del cual parten sus alumnos, algo que averigua con exámenes de nivel o con la información de los profesores del curso anterior. Luego debe impartir conocimientos de manera ordenada de lo más fácil a lo más complejo con disertaciones, esquemas y ejercicios claros, acordes y bien estructurados. Durante las explicaciones debe vocalizar con tranquilidad, sin prisas, con dominio del idioma y con disciplina en el aula. Ya comentamos que muchos docentes noveles padecen de taquilexia, es decir, por culpa de sus nervios e inseguridad hablan deprisa y con estridencia, craso error. Al hablar así transfiere a sus estudiantes tensión e intranquilidad. Lo mejor es dominar la materia para poder hablar despacio dando tiempo a los alumnos en sus anotaciones. Si uno se siente inseguro cae a menudo en los nervios, el titubeo y la taquilexia. Cabe repetir que una técnica fácil, si se domina la lección, es regalarse pausas moderadas y tomar aire durante las mismas. Eso permite tres cosas, por un lado dar tiempo a los alumnos a escribir, por el otro relajarles y por último relajarse uno mismo, todo un 3 en 1. Después de las explicaciones hay que ordenar los ejercicios para afianzar los conocimientos explicados. El orden de éstos debe también seguir la misma lógica que las explicaciones, de lo fácil a lo complejo. Todo educador bien reglado actuará en este sentido sin caer en la ignorancia de su materia, en el desorden durante sus clases y en el caos entre sus alumnos. Al final de todo lo anterior, los exámenes deberán responder a tales estructuras y exigir según el currículum del curso. Calendario de exámenes Los exámenes suelen acumularse durante la mitad y final de cada trimestre por razones obvias de calendario. Tal confluencia de controles ocasiona sobre los alumnos escenas de nerviosismo y hasta de pánico colectivo. Un docente versado sería el que tendría presente este nudo de pruebas actuando con antelación. Observe quien lo hace y distinguirá a los educadores experimentados de los más olvidadizos. Un matemático que conocí se indicaba en su agenda electrónica las siglas PC cuatro semanas antes de la mitad y fin de cada trimestre. PC significaba pactar los controles y así concertaba fecha con los alumnos evitando colapsos con otras materias. En cierto modo los adelantaba y alejaba de donde la mayoría de profesores. No cabe mencionar lo agradecidos que le estaban sus alumnos y que los resultados obtenidos eran mejores que si el examen se fijaba en la semana fatídica de los demás docentes. Por otro lado, el mismo educador salía ganando en ello, ya que su final de trimestre era menos estresante, él ya poseía medias y notas antes que sus compañeros. Insistamos aquí otra vez que un buen docente controla su trabajo y entra en el aula con tranquilidad y seguridad. Los finales de trimestre son para muchos profesores días de malas clases por nervios y correcciones pendientes. Exámenes El contenido en los controles halla todo un conjunto de teorías pedagógicas muy alejadas de la realidad práctica del aula. Saber si los exámenes que recibe su hijo son los adecuados es fácil de ver. La enseñanza es como la dieta mediterránea, variada y rica en vitaminas vegetales. En una ensalada por ejemplo brillan los distintos colores de sus componentes, rojo del tomate, verde de la lechuga, beige del atún, amarillo del maíz y castaño oscuro de las pasas. Los exámenes deben saber a lo mismo, a variedad. Habrá preguntas para evaluar la redacción y sus capacidades lingüísticas con definiciones; habrá otras de desarrollo en donde el alumno demostrará el orden mental que tiene de las cosas; habrá también cuestiones de razonamiento en donde el escolar deberá relacionar conceptos distintos para elaborar una conclusión propia; al mismo tiempo preguntas puramente de conocimientos deberán jalonar un examen para demostrar la capacidades de memoria pura del alumno. En fin, redacción, razonamiento y memoria son una trilogía aplicable a la mayoría de materias. Obviamente cada especialidad desarrollará un tipo de examen u otro en función de las preferencias del docente equilibrando el trípode anterior y sin pasarse de una hora de trabajo. Aquellos exámenes de más de 45 minutos evalúan al púber durante su cansancio y no en su lucidez. Una vez diseñado el ejercicio de evaluación queda lo peor, la hora de examen. Al inicio de un control es altamente profesional relajar a los alumnos para obtener el máximo de ellos. Eso lo hacía un profesor de bachillerato antes de dar el pistoletazo de salida. Una vez les entregaba la hoja, que prohibía comenzar, les decía, tranquilos, el examen está dispuesto para resolverlo en unos 45 minutos y pensado para que todo aquel que trabajó apruebe. Luego les insistía que lo primero era poner su nombre, y acto seguido evitar ponerse a escribir de inmediato bajo la ansiedad del momento, les insistía que debían relajarse. Para ello leía una a una todas las preguntas por si había dudas, e incluso daba alguna pequeña pista de regalo. Una vez cerradas todas las incertidumbres, ahora sí, empezad. Algo que uno puede valorar de los docentes es su tipo de exámenes. Estos son muy variopintos en función del país, nivel, profesor y materia. De todas formas las próximas características pueden resultar útiles para discernir entre buenos y malos exámenes. El objetivo de todo control es bien claro, descubrir lo que realmente sabe el escolar y no intentar suspenderle. La mente del adolescente no la podemos ver pero sí sus palabras, por tanto a través del lenguaje escrito debemos evaluar si sabe o no sabe expresar lo aprendido. Un profesor de naturales de Zaragoza opinaba que un examen debe permitir ver el esqueleto mental de las ideas del púber, para ello planteaba exámenes muy cortos en donde, directa o indirectamente, preguntaba casi todo lo explicado aquel trimestre. Él no buscaba que le escribieran una enciclopedia, todo lo contrario, sólo quería que le mostraran los conceptos bien aprendidos y bien relacionados. Al final, y como corolario, a partir de uno de los esquemas, ponía una pregunta de redacción para evaluar el nivel de escritura. Estos exámenes cortos lograban dos cosas, no estresar a los alumnos durante su desarrollo y una corrección rápida evaluando todo lo exigido, en fin, mínimo esfuerzo pero máximo rendimiento. Así pues, este docente proponía exámenes de síntesis de tal forma que el escolar debía mostrar el bosque pero sin dibujar ningún árbol. Por eso pedía esquemas, cuadros sinópticos o tablas de los contenidos enseñados. En primer ciclo dejaba tales esbozos a medias para que los alumnos los rellenaran pero en segundo ciclo y bachillerato los estudiantes debían realizarlos al completo. En materias instrumentales como lenguas y matemáticas, o de tipo abstracto como la química, este tipo de examen le indicará el docente que sí tiene las cosas claras ante sus adolescentes. En materias tipo flor, las fáciles de aprobar, la estrategia a seguir puede ser otra. Un profesor de optativas dejaba realizar un control con el libro de una manera muy peculiar. Éste les mandaba que realizaran un esquema visual de un capítulo del libro o de una serie de páginas, todo ello con símbolos matemáticos y ninguna redacción, sólo síntesis y estructura de las ideas. Luego de un esquema debían desarrollar una redacción, algo altamente práctico para los alumnos. A ello les había estado entrenando durante todo el trimestre. Escribir sobre algo requiere que ese algo esté ordenado y con una conclusión final. Confeccionar esquemas antes de responder una pregunta permite eso mismo, ordenar las ideas, redactar correctamente y alcanzar una síntesis final. Si oye que un docente hace eso mismo en clase y en los exámenes, está ante un buen diablo experto. El mismo docente anterior, y durante el mismo examen, pedía a los alumnos que le mostraran sus apuntes de clase. De esta manera veía quienes habían trabajado las anotaciones en casa y quienes no. Las dos valoraciones, la del examen y la de los apuntes, le daban una idea bastante exacta del esfuerzo y conocimientos del alumno. En otra ocasión, un profesor de filosofía dictaba más de cincuenta preguntas básicas a los alumnos. Tales cuestiones respondían a lo que debían saber ese trimestre a nivel fundamental. En el examen les ponía diez de esas preguntas. Con ello daba clara opción de obtener un buen resultado a todo aquel que llevara bien los apuntes y el estudio. ¿Resultado final? Aprobaban quienes aprendían. Independientemente del tipo de examen que escoja el profesor de su hijo, hay algo que deben enseñarle antes, a responder bien a cualquier pregunta. En ello un buen docente aconsejará una serie de pasos que el alumno debe seguir y acometer. Primero, y obviamente, leer y comprender la cuestión, en caso contrario que pida aclaraciones, si es que fueran oportunas. En segundo lugar que realice un esquema mental o escrito de lo que cree que debe responder. Tal estrategia permite ordenar las ideas antes de lanzarse a redactar una respuesta sin ton ni son. El tercer paso es volver a leer la pregunta para saber como iniciar la contestación. Si preguntan “por qué” hay que comenzar la respuesta con “porque”, si la cuestión pide una definición hay que anteponer un sujeto a la frase y luego añadir una serie de complementos decrecientes en importancia. En tal caso el número tres da gran equilibrio a las respuestas. Definir triángulo como figura geométrica plana, de tres caras y con tres ángulos que suman 180 grados, sirve al efecto. Hay que hacerles hincapié que en muchos arengas políticas el tres da estabilidad al discurso. Los alumnos deben apreciar que si alguien habla de más de tres cosas queda disperso. Si alguien dice que en la vida hay tres tipos de personas, los de izquierdas, los de derechas y los políticos, la cosa queda cerrada. Ahora pruebe con cuatro o más atributos, la frase pierde su gracia y efecto. En cuarto y último lugar, y con el esquema preparado y la pregunta bien encajada, se debe comenzar la redacción bajo el orden que le dará la sinopsis antes elaborada. Durante la misma no debe abusar de las subordinadas, muy ampulosas a veces, de fácil desliz en sintaxis y de alto riesgo en confusiones. En fin, mejor frases sencillas, enlazadas en coordinación o con puntos y seguidos que ribetes gongorianos. Por otro lado, un estudiante jamás debe alargar la respuesta con coletillas y añadidos. Si ya se respondió lo que se pedía, no hay que arriesgarse. Éstos añadidos muestran la inseguridad del alumno y lo peor, aumentan el riesgo de contener errores que restarán puntos en el examen. Lo que se diga en una frase que lo no digan cientos. Evaluar Una vez los alumnos han puesto por escrito sus respuestas, toca descifrar su nivel de conocimientos y su habilidad en expresarlo, es decir toca evaluar. Para ello el examen no será la única herramienta, también las actividades en el aula sirven al efecto. En ello hay que promover la cultura del esfuerzo tan mencionada. Durante los deberes de clase es harto importante que no les demos la solución a la primera demanda, él o ella pueden aprender mucho más si los dejamos unos minutos solos ante el peligro. Uno no querría algo mascado y digerido para su boca, con las soluciones de los deberes, ejercicios y exámenes ocurre lo mismo, el adolescente debe masticarlos y asimilarlos por si mismo y no recibirlos ingeridos y vomitados por otros. Recuérdese el juego de espabila aplicado a los adolescentes de primer ciclo en donde estos no podían preguntar nada durante la realización de una actividad. Ellos mismos debían correr con el riesgo de equivocarse y luego, terminado el juego, preguntar al profesor para anotar sus errores y la ejecución correcta del ejercicio. En cuanto a los exámenes su corrección corre por otros derroteros que no el juego de espabila. En ellos hay que observar la capacidad del alumno para desarrollar y responder las preguntas propuestas. No vale aquí la frase, es que se lo sabía aunque respondió mal. Si un médico respondió mal siempre a sus exámenes pero al suponer que se lo sabía se le aprobó, ¿usted querría que le visitara? Con los exámenes preparamos el futuro personal y profesional del estudiante, no el perdón de sus pecados. La educación persigue un objetivo muy claro, preparar a los chavales para el mundo adulto, es decir crear personas responsables, profesionales expertos y con ello psiques fuertes ante la frustración, algo fundamental para hallar la felicidad que de vez en cuando te ofrece la vida. Platón decía que la felicidad residía en la privación, es decir, lo que más se sufre más se valora. Si un púber ha vivido bajo la excesiva protección de sus educadores jamás sabrá valorar el esfuerzo, aunque lo peor vendrá cuando no logre obtener lo que desea y sentirse infeliz. En fin, es muy importante, y tal como sucedía con los ejercicios de clase, que los escolares aprendan de los errores de sus exámenes, cuanto más se equivocan más aprenden. De hecho esta era una frase que les repetía un profesor a sus alumnos para infundir el esfuerzo y evitar errores futuros. Añadía que la vida está llena de situaciones y decisiones que ellos, los ahora adolescentes, deberán resolver y evitar con la experiencia adquirida. En las líneas venideras se describen multitud de modalidades de corrección que muchos docentes aplican bajo el objetivo anterior. Los exámenes son una ventana para no repetir errores del pasado. Una primera estratagema es la autocorrección. Aquí, y sólo en algunas ocasiones, el profesor reparte los exámenes a sus alumnos para que ellos mismos los corrijan y se pongan la nota. Una a una comenta y detalla las soluciones para luego recoger nuevamente los controles y corregirlos de nuevo. Si ellos se equivocan en su nota por exceso, les dice, la nota disminuirá, algo que en realidad no aplica. Con este tipo de corrección se logra que los adolescentes se fijen en sus errores y que aprendan de ellos. Otra forma de corregir exámenes para lograr lo mismo es la confección de apuntes de errores. Mientras el profesor comenta el examen, los alumnos deben anotar las respuestas correctas más los trucos que el docente les brinda para mejorar en el próximo control. En fin, se obliga al escolar a tomar apuntes de los errores perpetrados para mejorar ejercicios venideros. Al volver a estudiar de esos apuntes, repasan las pifias cometidas y las memorizan, algo mucho más práctico que tengan el examen fotocopiado en casa y que jamás se lo miren. Se insiste, cuanto más se equivocan más pueden aprender si toman notas de ello. Por otro lado, los exámenes deben permanecer en la escuela para demostrar la nota que han recibido en su boletín de trimestre. En una ocasión conocí a un profesor de Granollers que le exigieron que dejara fotocopiar los exámenes fuera del colegio con el riesgo de extravío. Él insistió que era mejor que sus alumnas anotaran sus errores en los apuntes pero la jefe de estudios consideró que era mejor contentar a las alumnas de aquella escuela privada, ¿quién llevaba la razón? Una tercera estrategia para que los exámenes sirvan al efecto de aprender de los errores es la corrección y la firma del contrato. En algunos centros se manda al alumno con el examen corregido para que lo firmen los padres o tutores. Con ello se informa a tales del nivel que lleva su retoño. Hacerlo siempre puede resultar tedioso pero puntualmente da avisos a los alumnos y a sus padres. Si uno lo cree oportuno, pídalo de vez en cuando en su centro, sabrá como va su hijo y sabrá como son los exámenes. Un nuevo sistema para que los alumnos aprendan de sus exámenes es la corrección sin corregir. Aquí el docente subraya los errores sin dar la solución de los mismos. Nuevamente el alumno debe anotar en los apuntes sus errores para luego deducir donde se hallaban y estudiarlos a posteriori. Algo parecido es la corrección sin nota en donde se entrega el ejercicio corregido pero sin poner la nota obtenida. Tal estrategia crea en el escolar una inmensa curiosidad ya que debe ser él quien deduzca su nota anotando sus errores en los apuntes. Al final, y cuando terminó de apuntar, se le comunica la nota obtenida. Loe por tanto a los docentes originales que arbitran en el esfuerzo de anotar los errores en los apuntes. Todas las correcciones anteriores difieren en gran medida de la clásica en donde se señalan los errores en rojo, se indica la solución y se evalúa al final. Si el rojo parece ofensivo para algunos teóricos remilgados existe el color verde que evita la asociación del bermellón con la sangre y el fuego.

VENEZUELA BAJO REPRESIÓN MILITAR

Vivo en contacto con amigos venezolanos y existe un desconcierto entre lo que priman los medios españoles y lo que sufren las gentes de Caracas. Este miércoles día 19 de febrero a las 8 de la tarde hora venezolana, llegaron los colectivos chavistas con 500 motos al centro de la ciudad. Lo hicieron disparando a los vecinos, entrando en fincas y destrozando bienes e inmuebles. Se oían gritos desesperados de mujeres gritando suéltenme, déjenme, algo horrible. Por si fuera poco a la una de la madrugada pasó el ejército con tanquetas disparando hacia los apartamentos destrozando ventanas, atemorizando a los ciudadanos y hasta que sabe que más. Ha sido una noche de terror, la peor de muchos caraqueños y mientras tanto las noticias reales no existen, sólo Nicolás Maduro lo niega todo por todos los medios venezolanos, medios intervenidos, mientras las redes se inundan de vídeos y fotos de lo que en verdad ocurre, del horror perpetrado. Parece como si España no se acordara del “por qué no te callas” del Rey a Chávez, o peor aún, nadie recuerda que el chavismo tiene casi todos los medios de comunicación intervenidos sin saberse las tasas reales de delincuencia, la inflación nacional, los casos de corrupción, la inseguridad de sus ciudadanos, la falta de independencia de sus poderes, la ausencia de libertad de expresión, el colapso de los servicios públicos y el déficit real del país. Y aquí se prima la revolución en Kiev pero se omite en gran parte la masacre en Caracas. Quizás todo sea una hipocresía occidental para no quedarnos sin el petróleo venezolano. La realidad son las protestas estudiantiles reprimidas con asesinatos, unos jóvenes que denuncian un futuro incierto desprovisto de posibilidades para tener una vida medianamente normal sin el amparo de la seguridad que TODO ciudadano tiene bajo la protección de la misma Constitución venezolana. Esta situación no da cabida a una discusión ideológica, requiere urgentemente de soluciones. Les están matando.

martes, 18 de febrero de 2014

GEOLOGIA I PALEONTOLOGIA PER A AFICIONATS de Nieves López Martínez

Recorregut geològic pel Pallars i l’Alt Urgell dirigit a neòfits emprant un llenguatge planer i entenedor. Les figures i fotografies són d’una excel·lent selecció, explicació i didàctica. En conjunt es detalla la història geològica del Pallars i l’Alt Urgell amb gran destresa pedagògica incloent amb gran argúcia el context geològic mundial. Ple de detalls geogràfics, paisatgístics i geològics, esdevé un llibre idoni com a guia turística que permet visitar la regió tant des del vessant paisatgístic com del geològic. La llàstima és que l’autora, molt lligada a aquestes comarques, va expirar ja fa uns quatre anys (Sort, 17-2-2014).

FRACASO ESCOLAR O FRAKSO POLÍTICO (16)

IV. QUÉ Y CÓMO ENSEÑAR Por el momento se ha detallado que debe esperar la familia de un centro educativo, como debe organizarse éste y finalmente como deben actuar los profesores en función del tipo de alumno que tienen ante si. A partir de este momento hay que decidir qué contenidos enseñarles y como hacerlo. Un problema recurrente en los institutos que no permite terminar los temarios que marca la ley son las quimeras según la moda del momento. Impartir en extremo estos monstruosos decálogos roba y resta tiempo significativo a las clases de su hijo. Me refiero a los centros en donde se invierte un exceso de sesiones enseñando cosas obvias en detrimento de los contenidos legales. Perseguir estas quimeras y luego trasladarlas a los centros educativos no es ciencia-ficción. En muchas tertulias, debates de radio y televisión se escucha a menudo, eso debería enseñarse en la escuela. Y así ocurre que un dirigente en busca de ideas hace de ello su causa y muchos problemas sociales se derivan a los centros de enseñanza. Sexualidad, educación viaria, igualdad entre sexos, coeducación, paz mundial, anticoncepción, educación empresarial, competencias básicas, maltrato de género, prevención del SIDA, uso de Internet, inteligencia emocional, solidaridad con el Tercer Mundo, redes sociales, homosexualidad, homofobia, ahorro energético, pedofilia, uso de preservativos, enjuagues de flúor, acoso, drogas, alcoholismo, tabaquismo, dinámicas empresariales, fundamentos en economía y demás causas llenan un saco bastante lleno de nuevas obligaciones que los colegios no pueden asumir al cien por cien a costa de vaciar el tiempo de los temarios. Con ello no se sentencia que el centro que acometa esos objetivos sea poco eficaz, todo lo contrario, ese instituto se preocupa por la educación de sus escolares. El problema radica en el abuso y el exceso de clases destinadas a tales informaciones. Los profesores no son la virgen María de Lourdes y por tanto no pueden hacer milagros con su tiempo. Si somos terrenales nos daremos cuenta que un alumno permanece en el colegio sólo un 9,8 % de las horas del año. Así que con ese casi diez por ciento de horas pocos milagros pueden invocar los centros en educación social y urbanismo. La solución a todo esto, y que las quimeras disminuyan en el colegio, pasa por el diálogo familiar. Aplauda a ese docente que aconseje repartirse la educación social entre escuela y padres, de otro modo sus hijos perderán muchas clases de lenguas y matemáticas. En ese sentido, y si son dos, instituto y familia, los chavales escucharán el doble tales mensajes. Por tanto, si un profesor aconseja apagar la televisión y hablar de todos estos temas con los hijos durante las comidas, no piense que es una intromisión en su hogar. El educador le está dando una información para que la familia libremente vea su utilidad y prioridad. Si uno cree que eso es imposible y que toda su familia es adicta a la caja tonta, un consejo, se puede dejar. Sólo basta con apretar un botón, el del OFF, y durante las comidas la televisión dejará de crear esa hipnosis colectiva. Un padre amigo mío se le ocurrió un día fingir que se había estropeado, la desenchufó. A partir de esa cena dejaron de verla durante las comidas pasando a compartir algo más que unos alimentos, pasaron a conllevar conversaciones y urbanidad. Por tanto, apáguela, converse y averigüe como piensan sus retoños. Luego el colegio repetirá en tutoría esos asuntos sobre corrección pero sin suprimir clases de cálculo por ello. Las materias Hace años que ya se enseñan las materias necesarias para que un adolescente tenga suficientes conocimientos en su vida adulta. Puede que un cambio de gobierno sacuda algunas horas y las quite en favor de otras disciplinas, pero lo básico siempre es lo mismo: lenguas, matemáticas, naturales, física, química, historia, ética, geografía, plástica, arte y educación física. El problema es que muchos púberes hallan aburridas muchas de estas especialidades y las encuentran distantes al mundo y por tanto, sin aplicación futura. Eso debe dar una idea a los educadores para disuadir a los estudiantes de tal percepción. Es más, sus hijos deben comprender la proximidad y la relación de las diversas materias con el entorno que les rodea. De hecho, la educación pretende impartir eso mismo, los conocimientos que necesitarán estos púberes para pertenecer en el futuro al mundo de los adultos. Ese acercamiento de los temarios hasta su adolescencia les puede motivar más que la obligación de estudiarlos. El centro que así lo vea tiene ya ganadas algunas estrellas Michelin en los fogones de la educación. En fin, que los estudiantes deben ver próximas las materias a su mundo, de otro modo es muy difícil llevarles hasta ellas por propia voluntad. Una profesora de Matemáticas acercaba a sus alumnos a tal especialidad de una manera singular. Para ello les encandilaba con una historia de ciencia ficción que si ustedes han leído la novela de Carl Sagan “Contact”, o si han visto la película que dirigió Robert Zemeckis bajo el mismo título, comprenderán mucho mejor lo que les decía esta profesora. << Si algún día entrásemos en contacto con otros seres inteligentes, con unos alienígenas, ¿cómo nos entenderíamos? Seguro que no hablarían ni español, ni chino, ni inglés. Por tanto, no sabríamos que decirnos, toda una pena. Pero hay un idioma que todo ser que haya construido grandes máquinas seguro que ha utilizado, las mates. Sin cálculos exactos es harto imposible edificar un puente o una nave espacial que soporte las inclemencias del cosmos. Las matemáticas son todo un lenguaje, un idioma muy quisquilloso, cierto. Si te olvidas de un signo, o te llevas mal un decimal, el examen queda incorrecto. Aunque quien las aprende puede explicar como funciona un cohete, predecir el tiempo que hará mañana o saber las probabilidades de ganar jugando a los dados. Las mates están por todas partes, incluso el día que charlemos con ET >> Otra profesora de sociales lograba lo mismo contándoles que la historia era como tener presente lo que te pasó con un mal amigo. La vida son causas y efectos, lo importante es no repetir los errores pasados pero sí plagiar los aciertos. Si sabes quien fue un mal amigo, deberías aprender de ello y evitar otro futuro compañero necio. En ello la memoria de los hechos pasados te ayudará. La historia es un cuento, una película, un cómic del manga que nos muestra viñetas buenas y malas de un pasado a recordar en mejora de nuestro ahora, pero la historia real debe infundir tres cosas en los estudiantes: espíritu crítico, conocer los acontecimientos y saberlos contrastar con las fuentes más próximas y originales, de otra forma no se hará historia, se hará propaganda vacua. Otro caso parecido al anterior ocurría en plástica donde el especialista les argumentaba que para enamorar a alguien hay que ser creativo y sensible, algo que se puede aprender y potenciar desde el arte y el diseño. También otro docente de inglés les contaba que para ligar con extranjeros y extranjeras la lengua sajona era bastante útil, o en educación física que para tener un cuerpo atractivo les sería práctico aplicar lo aprendido en la gimnástica. O el caso de un profesor física que les contaba que el GPS funciona con relatividad. En fin, felicite al docente que acerca su saber al mundo de los adolescentes ya que en ello verán un camino a imitar. ¿Un ordenador por alumno? Cuando se habla de cómo enseñar en el aula hay quienes aseguran que las clases con un ordenador por alumno son la vanguardia y el futuro, que no hay vuelta atrás. Cierto que las nuevas tecnologías invaden nuestro progreso pero no por ello se justifica la digitalización total de nuestra enseñanza. Nuestro cerebro sigue idéntico al de nuestros antepasados del Paleolítico, al de los primeros sapiens de hace 200.000 años. Lo único que ha cambiado no es nuestra inteligencia, es nuestra tecnología. Un asno sigue siendo un asno por más ordenadores que tenga a su alrededor. Por tanto, y primera premisa, inteligencia y tecnología son cosas muy distintas. La segunda la escuché de un neurobiólogo que sí utilizaba potentes ordenadores en sus investigaciones pero no creía oportuno que cada alumno viviera embaucado ante una pantalla personal en el aula. Gracias a la neurobiología sabemos que la mano ocupa un volumen de neuronas enorme en nuestro cerebro, más que piernas y tronco juntos. Cuando un alumno anota lo escuchado, copia un esquema o pasa unos apuntes a limpio, estimula un número tal de neuronas que sin darse cuenta razona, piensa y memoriza lo que está observando, algo que con un clic en el ordenador no se desarrolla. Este argumento tan simple y demoledor jamás fue escuchado por los partidarios de un ordenador para cada alumno. Durante una conversación personal que mantuve el 23 de Noviembre de 2011 en el Parlament de Catalunya con el anterior consejero de educación de la Generalitat de Catalunya, el señor Ernest Maragall, se vio claro lo que ocurría. Maragall defendió a ultranza el proyecto de un ordenador por alumno, el proyecto llamado 1x1. << El 1x1 mejora el aprendizaje de los alumnos y los hace más libres de conocimiento – me insistía el consejero -. Ahora cada escolar desde su portátil puede acceder a la información y eso es un gran avance para los alumnos, les socializa y elimina las desigualdades económicas como nunca lo había hecho ninguna herramienta pedagógica. El 1x1 ofrece igualdad de oportunidades a los alumnos de toda clase social, ¿no se da cuenta del alto porcentaje de inmigrantes en nuestro país? Este sí es un problema importante de hoy en día, la gran desigualdad social entre nuestros alumnos [...], el aula digital elimina estas desigualdades. Ahora todos estos alumnos pueden acceder a la información a través de su ordenador y de Internet. Incluso se llevan el ordenador a su casa, se llevan EL MUNDO A SU CASA. Ellos con su ordenador pueden buscar toda aquella información que les falta o necesitan [...]. Ahora más que nunca tienen acceso a toda la información por la red, ahora más que nunca pueden tener igualdad social >> Algo que le insistí a Maragall es que todo aquello era al revés. Primero que la gran mayoría de estudiantes ya poseen ordenador en casa, móvil con Internet o simplemente locutorios sin necesidad de regalarles, subvencionarles u obligar a los padres a pagar un ordenador por cada alumno. Segundo que si lo que queremos es la igualdad entre todos los alumnos, inmigrantes o no, lo que debemos hacer es impartir los conocimientos contrastados que recibieron los docentes en nuestras universidades. En caso contrario, y dejando libres a nuestros estudiantes con su portátil, se enfrentarán a informaciones sin criterio en Internet algo que el padre del DNS, o Domain Name System en Internet, Paul Mockapetris, tenía muy claro. Él afirmaba en la contra de La Vanguardia del 6 de febrero de 2013 que en el colegio a mis hijos les exigen Internet, pero yo me niego a que así tengan acceso a sitios nauseabundos y peligrosos. El tercer punto que le comenté a Maragall fue que un ordenador para cada alumno aislaba a éste de los conocimientos contrastados del docente, sobretodo cuando el escolar se conectaba al Facebook en clase. Y el cuarto punto era que el 1x1 podía ser una moda pasajera como si en el pasado las transparencias o las diapositivas se hubieran impuesto como sustituto de libros y apuntes en clase, que la obsesión por los ordenadores no debería llevarnos a olvidar que son medios auxiliares para educar que no se reducen ni terminan en si mismos, ¿qué utilidad tiene un 1x1 si el alumno no es capaz de asumir conocimientos significativos pero prefiere conectarse al Facebook? << Ya, es que el 1x1 requiere más esfuerzo por parte de los docentes – me argumentó Maragall -. Es la escuela la que debe adaptarse a la sociedad y no al revés. Con más esfuerzo docente el digital funcionará. Los docentes deben procurar que los alumnos no se conecten al Facebook durante la clase >> Y así se hace en los centros con programas que bloquean el acceso al Facebook y otras redes sociales pero, y a pesar del esfuerzo docente, los alumnos consiguen programas piratas de Internet para saltarse las barreras y se conectan nuevamente al Facebook o donde deseen, un hecho que por la cara que puso Maragall, obviamente desconocía. En fin, que un ordenador por alumno había complicado más que mejorado la enseñanza. Ahora muchos estudiantes se aislaban de la lección sin prestar atención a quien si poseía información contrastada, el docente. La igualdad de la que Maragall hablaba quedó extirpada ya que los conocimientos del profesor jamás eran impartidos entre sus escolares. Siempre fue mejor una sola pantalla digital, si funcionaba con igual celeridad que la de yeso, para explicar la lección a 30 alumnos, que no 30 ordenadores para cada uno de ellos. Jamás la modernidad justificó un ordenador para cada párvulo ya que los distrae más que los alecciona, los desiguala más que les informa, y los confunde más que les aclara. << Usted se opone a la modernidad – me comentó Maragall -, ahora las nuevas tecnologías ofrecen mucha información a todo el mundo. Hay que cambiar. Enseñamos igual como hace cincuenta años (y nos reproducimos como hace 200.000, y no nos ha ido nada mal, ya somos 7.000 millones en el planeta). Las nuevas tecnologías son imparables y la escuela debe aplicarlas >> Desde los ochenta que se aplican las nuevas tecnologías, para prueba las miles de aulas de informática y pizarras digitales que existen por todos los centros de España, pero eso no justifica ni un portátil por alumno pagado por sus padres ni que el 1x1 sea imparable. Afirmar que algo es imparable sin más no demuestra ni su mejora ni su imparabilidad, sólo las ganas de imponer una obstinación. En 1940 también se profetizó que un movimiento social vitoreado por millones iba a ser imparable, el nazismo. Por suerte muchos lo detuvieron. La tercera premisa que atendí sobre el 1x1 no vino de un político sino de un economista. Un ordenador por alumno comportó un ingente dispendio público totalmente paradójico con la deuda estatal vigente. Mientras se pagaba a golpe de crédito por la instalación de cables, antenas y más ordenadores por todas las aulas peninsulares, se recortaba en número de docentes, en su nómina y en su potencial profesional al aumentarles el número de alumnos por clase y el de horas lectivas por docente. Es decir, más horas de trabajo, más alumnos y más aula digital pero menos salario, ¿cómo se comprende esto? ¿Alguien se volvió loco? Cabe añadir que la instalación de los cañones digitales implicaba gastos futuros no presupuestados. Cada lámpara tenía unas 2.000 horas de vida. Una vez fundida debía cambiarse, algo que empezó a suceder en todos los centros durante el 2013 y el 2014. El precio por cada unidad rondaba los 270 euros si se compraba a través del distribuidor oficial, pero la misma se encontraba por Amazon a menos de la mitad, a 120 euros. Lo anterior no resultó ser la única paradoja que sufrió la enseñanza, también, y bajo la excusa de la crisis, los recortes en sanidad, investigación y educación proliferaron por encima de los de armas, defensa y seguridad nacional. Parece de sentido común que debería ser más importante un docente bien formado con iniciativas propias que unos individuos bajo ordenanza, los primeros impulsan el país, los segundos sólo cumplen órdenes. Aún así nuestros docentes sufrieron unos sueldos inferiores al de los oficiales militares y en ello la historia nos muestra el error de antaño, un error que ha implicado que se ostentara en España el mayor fracaso escolar de toda Europa, véanse los informes PISA y de la OCDE. La historia nos cuenta que durante la Era de Oro de la educación estadounidense, entre el 1925 y el 1958, una crisis económica como la española mejoró la educación por dos razones. La primera dejó claro que la gente bien formada era un valor seguro para impulsar y gestionar el país. La segunda fue que atrajo a personas altamente cualificadas para impartir clases. De hecho, y ante el paro acuciante, el de aquella crisis, muchos doctos se ofrecieron como docentes ya que los salarios que el Estado ofrecía eran justos. De hecho la administración estadounidense decidió estabilizar las minutas a los profesores suprimiendo otros gastos estatales. El resultado fue una mejora del sistema educativo y pasadas unas décadas, la mejora del Estado gracias a eficientes profesionales y óptimos gestores administrativos. Lo paradójico es que en España se hizo todo lo contrario con aulas digitales deslumbrantes pero con docentes bajo sueldos menores, más horas lectivas y más alumnos por clase, todo un corolario que empeoró nuestra enseñanza, ¿de quién fue la idea? Pero la cuarta premisa al respecto del aula digital provino del extranjero, y es que no existía ningún país que hubiera aplicado tal tecnología con éxito en sus institutos, a lo sumo había un par de experiencias locales que al final demostraron ser fallidas. Una lo fue en un centro de Suecia por los años noventa y la otra en el High School of Liverpool de Nueva York en 2007. Ambas fueron abandonadas por falta de resultados positivos y por la abrumadora fuerza de los negativos, los alumnos se distraían demasiado con su propio ordenador. Las TIC, o nuevas tecnologías, deben ser una herramienta auxiliar, pero no lo fundamental en la educación. En fin, que un ordenador por alumno resultó ser una quimera cara y difícil de comprender ante dos hechos: la crisis económica del momento y la gigantesca deuda estatal contraída.