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sábado, 11 de junio de 2016

FRACASO ESCOLAR 9: Burrokracia española

Desde prácticamente el siglo XVI que el sistema legal español resulta altamente burocrático sea quien sea el régimen político al mando. Tras cuatrocientos años de obligar al respeto escrupuloso de leyes, la mayoría contradictorias y llenas de obstáculos insalvables, los españoles se han acostumbrado a los papeles y formularios. Muestra de ello son todas nuestras leyes educativas que más que facilitar la función didáctica, la entorpecen, la confunden y hasta la empeoran. España pretende que la ley contemple las infinitas situaciones de la realidad, y si ésta no encaja, se encorseta a la realidad dentro de una sacrosanta ley. Este prejuicio enraizado en nuestra historia no facilita en absoluto la gestión escolar sino todo lo contrario. Cada docente debe redactar un arduo informe sobre cada materia que imparte, un texto que a fin de cuentas sirve para llenar el expediente exigido por la burocracia gubernamental pero que en poco mejora el nivel educativo que uno espera del instituto. Podría pensarse que tal volumen de papeles justifica el trabajo de más funcionarios en el ministerio de enseñanza que todos pagamos con nuestros impuestos. Un profesor no debería redactar grandes y tediosas programaciones, un buen y experimentado docente valdrá más por las clases que imparta que no por sus programaciones. En fin, que irá al grano en asuntos de educar e infundir conocimientos bajo una potente Enseñanza Múltiple Contrastada. Para ello utilizará estrategias prácticas, clases ordenadas y ejercicios acordes con el nivel impartido. De programación la justa, o la de la editorial. El docente debe demostrar sus habilidades en el aula y no en la burocracia. En ello debe escoger los temas más importantes del libro, ordenarlos con lógica y pensar en clases organizadas de lo fácil a lo complejo con ejercicios actualizados, reales y acordes con los estudiantes. A menudo el ministerio impone más de lo que se puede enseñar durante un curso, véase la quinta ley educativa de nuestra democracia, la LOMCE de 2014. Lo más loable de un buen docente es que escoja con criterio las unidades más relevantes sin ceñirse al curso vigente pero observando el resto de cursos. Un acuerdo entre los diferentes profesores de una disciplina durante la ESO sería aconsejable. Luego, con los temarios equilibrados y bien acordados, debería temporizarse cuando se imparte cada uno de ellos. Un docente de gran exigencia con sus alumnos me confesaba un día que él repartía los temas de la siguiente forma. Primero computaba el número de páginas del libro de los temas seleccionados. Posteriormente calculaba cuantas horas disponibles habría para toda materia durante el curso. En tercer lugar restaba un 20% de clases que no se impartían por excursiones, actividades de centro o exámenes. Al final dividía el número de páginas entre las horas de clase previstas y obtenía que extensión del libro debía impartir durante cada sesión. Normalmente le salían unas dos planas por sesión en primer ciclo de la ESO y de tres a cuatro en segundo ciclo, algo más razonable que todo el temario exigido por el ministerio. Por tanto no se ensañe si un docente no imparte todos los temas, en tal caso divida todas la páginas del libro entre todos los días lectivos y ya verá si le salen las cuentas. En el Ministerio existen muchos burócratas que o bien huyeron de la tiza, o bien jamás la vieron. Calculado el tiempo por cada unidad, el docente sabrá como enseñar sus conocimientos. De hecho con unas anotaciones basta para impartir una clase ordenada. Un profesor veterano me desvelaba cual era su estratagema en asuntos de apuntes. Dado que el Ministerio vivía muy aficionado a cambiar temarios, leyes y libros promocionando el negocio editorial, este docente ya no preparaba apuntes nuevos en cada cambio ministerial, simplemente leía el tema y pegaba pequeños adhesivos con esquemas y anotaciones de lo que debía explicar en cada página. Añadía a los mismos conocimientos de su propia cosecha, de lo aprendido en artículos de revistas especializadas o de cursos recibidos. A su vez marcaba a lápiz los mejores ejercicios del libro para la comprensión de lo impartido. Con ello buscaba orden desde lo sencillo a lo complejo bajo la máxima eficacia impartiendo contenidos. Así pues, cuando el ministerio decidía cambiar el libro, digital o no, el anterior docente reciclaba los adhesivos del antiguo y creaba otros de nuevos para el siguiente. A veces incluso iba con las manos en los bolsillos y daba toda la clase de memoria. En resumidas cuentas, y ante la burocracia existente entre programaciones y temporizaciones, valore al docente que rellena pocos papeles que justifiquen el sueldo de burócratas, pero que sí imparte buenas y ordenadas clases a sus hijos.

miércoles, 8 de junio de 2016

FRACASO ESCOLAR (8): Hablemos de sexo escolar

Durante la adolescencia explota la libídine y con ello hay que comprender algo biológico en nuestra especie, y es que los humanos somos hipersexuales, es decir, amamos más al sexo de lo que nos imaginamos. Analicemos las siguientes facetas y luego saquemos una conclusión. Como escribía Desmond Morris, somos monos desnudos. A diferencia de la inmensa mayoría de animales no poseemos pelo por todo el cuerpo. Nuestra piel, desprovista de pilosidad, es fina y sensible para captar mucho más que frío o calor ambiental. Las caricias, los masajes, incluso las imposiciones de manos nos encantan y dan placer. Por otro lado nuestra piel está dotada de infinitud de puntos muy sensibles y orógenos. Pezones, labios bucales, labios vaginales, cuello, orejas, clítoris, glande, escroto, ano y demás zonas, despiertan una inmensa literatura parda entre adultos y adolescentes. Añadamos que la insinuación a distancia existe de manera física y olorosa. Los pechos femeninos no están hinchados de leche, están hinchados de grasa para darles la forma redonda y turgente que todo hombre, disimuladamente o no, otea. De igual forma las nalgas femeninas también acumulan grasas para embellecer y reclamar la mirada furtiva del macho. Pero no sólo de formas se reviste el sexo, también de olores corporales en axilas y pubis. Éstos emiten almizcle para potenciar la excitación sexual. En muchos perfumes se añade tal producto para agradar más al consumidor y a quienes desee atraer, ¿o nos perfumamos para las moscas? Existen más rasgos que nos alejan del resto de animales. El sexo humano resulta algo muy peculiar, singular y exclusivo. Así pues, y en el juego amoroso, los toqueteos y husmeos de la piel son fundamentales en algo que ningún otro vertebrado posee, una precópula muy larga. El juego y la insinuación a través de nuestra piel ocupa su tiempo en nuestra especie, y aunque exista el aquí te pillo, aquí te mato, predominan las largas estimulaciones antes de la masturbación o de la penetración. La variedad de posturas y prácticas sexuales en los humanos roza el infinito (véase para los incrédulos el Kamasutra), contorsiones que nuestras mascotas jamás realizan. Caricias y besos en el cuello, orejas y pezones, más morreos, felaciones, cunilingus, besos negros y demás estimulaciones son la muestra que el resto de vertebrados, excepto el bonobo, no practican. A diferencia de nuestros congéneres también el orgasmo en nosotros es distinto, muy largo e intenso, infinitamente más que muchos mamíferos próximos. Los monos penetran y la sacan en fracción de segundos. Pero lo que más nos distancia del resto de animales es que no tenemos celo estacional marcado. Cuando las mujeres ovulan, los machos no lo saben. Sin estro que las delate se puede hacer el amor durante todo el año y por tanto el sexo en nuestra especie no está atado sólo a la reproducción, sino a dos cosas más, al placer para bajar la ansiedad y a la mejora de los vínculos de pareja. En resumen, podríamos decir que la mayoría de vertebrados practican el sexo sólo para la reproducción. En cambio los humanos lo practicamos por placer y para reforzar el amor. Todo ello es algo normal, natural y lícito ya que así nos diseñó la evolución biológica. Si uno defendiera los antiguos creacionistas, hoy llamados del diseño inteligente, debería admitir que Dios creó a nuestra especie con ese don, el placer sensual. Por tanto, hablar de sexo con los zagales debería ser algo normal, natural y lícito. Hemos detallado, por tanto, que la especie humana se caracteriza por ser hipersexual, es decir, nos encanta eso del coito y el orgasmo más que a ningún orga-nismo del planeta. Insisto, poseemos el precoito, coito y orgasmos más largos de toda la fauna de la tierra. Ante tal alarde de placer es innegable nuestra apetencia natural por el sexo, conjuntamente con la existencia de la homosexualidad, la bisexualidad y otras prácticas. Por desgracia, y ante la hipersexualidad humana, muchas culturas la han intentado reprimir bajo terribles consecuencias. La ablación, la homofobia, el religioso pederasta y hasta alguna infidelidad son ejemplos de una represión sexual contra natura. Si Dios nos hizo así, fue a su semejanza. Saque ahora usted sus conclusiones. En resumen, el sexo en los humanos es algo pero que muy importante. Las conversaciones entre adolescentes son una prueba titánica de ello. Escúchenles y ya me dirán. Ellos mimos nos muestran que el libídine es algo natural. Por todo ello deben aprender, y a cada edad, la realidad de nuestra condición humana. El amago, la coacción y la represión son actos contranaturales. No obstante el autocontrol forma parte de una buena educación. Sin ello la violencia de género y las violaciones serían todavía mayores. Ante lo anterior se hace necesario que en las clases se explique todo ello. En segundo o tercero de la ESO se hace ideal trabajar el tema. Pero hay que evitar hacer apología gratuita del sexo ya que este debe entenderse como algo adulto. Todos sabemos que la virginidad se pierde cada vez más temprano, pero si en el aula se hace apología del sexo, se propicia el riesgo de embarazos no deseados o de enfermedades por descuido de goma. Se debe insistir que el sexo es una decisión madura y que en el momento de hacerlo por primera vez han de existir tres elementos básicos. Primero saber qué vas a hacer con la información impartida en clase, a mejor conocimientos mejor toma de decisiones. Segundo como lo vas a hacer para evitar riesgos innecesarios. Y tercero y último, con quién lo vas a hacer para tener claro si será por placer, atracción o amor compartidos. La edad del coito la debe poner el alumno bien informado y no el ignorante. Conocí a un docente muy atrevido que en su clase de tercero de ESO daba reproducción sexual de forma muy original. Al principio avisaba a sus alumnos que se iban reír si les hablaba de sexo por el simple hecho que nos da pudor y nerviosismo conversar de algo tan íntimo. La reacción natural de los seres humanos ante una tensión interna es la carcajada, de hecho el humor se basa en ello, en crear una situación absurda que se resuelve de manera inesperada. Nuestro cerebro en ello sufre una contradicción y cuando aparece el desenlace entre lo lógico y lo ilógico, descarga la tensión en forma de sonrisa. Analice la mayoría de chistes y se dará cuenta de ello. Por tanto los alumnos se reían durante la primera clase al hablar de la hipersexualidad humana, de los pechos hinchados de las mujeres, o de la diferentes prácticas sexuales. A la segunda clase el nivel de carcajadas disminuía considerablemente ya que la tensión era menor y el grado de novedad también. A la tercera se hablaba sin pudor de las posturas sexuales, de sus riesgos, de sus placeres y de todos los métodos anticonceptivos. Las preguntas surgían y se daban detalles de la anatomía de los puntos G, U, clítoris, ano, oreja, cuello, labios bucales, labios vaginales y todos los tacos que conllevaban. Asimismo se les mostraba sus equivalentes cultos mencionando el cunilingus, la felación y los nombres de muchas posturas ya sin pudor y sin chistes como el 69, el sexo oral y hasta el anal. Se llegaba a la masturbación, masculina o femenina, que daba placer y restaba ansiedad ante los exámenes u otras situaciones, algo sano, natural y necesario. En fin que el sexo por placer existe pero que el sexo por amor refuerza los lazos entre la pareja, aunque sobretodo la goma siempre por medio. En todo aquello no había cachondeo en clase, sólo curiosidad y aprendizaje. Un docente así no lo tema, quiéralo en el aula. Al final de la unidad, no oficial en el libro, este profesor les soltaba la bomba, que si estaban preparados a su edad para hacer el amor. Eso daba una nueva vuelta de tuerca al asunto, una nueva tensión y algunos alardes de masculinidad pero sin respuesta clara. La mayoría decían que no, al menos en los tres años que tal docente impartió la materia. Ya sabemos que una minoría calló al no ser vírgenes y otros vitorearon sus hazañas por el patio. Lo importante aquí de un docente en el instituto fue su neutralidad y su madurez. Me comentaba este profesor que aún sin estar de moda reprimir el sexo, tampoco debía animarlo con apología del mismo. Hablar de sexo en el aula era muy divertido pero muy peligroso. Él les decía que encontraran el momento en su madurez, que amando a alguien mejor pero que si lo hacían por placer era digno y natural también. De todas formas entre docente y alumnos pueden existir riesgos en asuntos de sexo: el de la seducción y el del enamoramiento. Recuerdo un docente que se vio asediado por una alumna bajo deseos más allá del pupitre. Ella le esperaba siempre a la misma hora ante su automóvil. Un día, y a final de curso, ella quiso abrazarle y besarle. El pobre hombre esquivó la intención y entró en el coche con un despido verbal y cordial. En otra ocasión supe de otro profesor acusado por una alumna muy díscola de agresión. La directora del centro exigió explicaciones al docente y al descubrir que la escolar se autolesionó no sancionó a ésta, ni exigió que pidiera disculpas al educador. Desde ese día, me confesaba este docente, aprendió un truco para no ser acusado jamás de tales difamaciones. En caso de tener una charla con una alumna en clase, o en la sala de entrevistas, dejaba siempre la puerta abierta para estar a la vista de todo testimonio y ahuyentar cualquier rumor sobre posibles acosos. Por tanto, de sexo se debe hablar tanto en casa como en el centro pero con seriedad. En ello es aconsejable cierta distancia para no inducir seducción alguna con los escolares. En familia debe también existir ese diálogo. Las cenas sin televisión pueden dar mucho de si entre hijos y padres. Al fin y al cabo, deben saber hacer el amor, sus relaciones de pareja pueden depender de ello. De todas formas, en naturales no haremos prácticas en el laboratorio, no tema.

martes, 7 de junio de 2016

PRESSUPOSTOS ANTIEDUCATIUS

La CUP fa la seva pressió per tal que els nous pressupostos de la Generalitat siguin el més socials possibles, una idea lloable i lògica. El problema és que els recursos catalans no són infinits. Per tant la Conselleria d’Economia ha buscat on retallar i una part ha tocat a ensenyament. De fet ara no en diuen retallades sinó reassignacions. Tot i així acaben d’augmentar les hores als docents majors de 55 anys, han tret pagues extres als professors interins, i han dit que ni retornaran les pagues pendents ni pagaran tota l’extra d’aquest any al cos docent català. Deixant si això són retallades o reassignacions, el que resulta clar és que han reduït inversió en l’escola pública. Davant el preu de l’ensenyament privat, sovint subvencionat estatalment, l’escola pública esdevé l’únic ascensor social per a moltes famílies del país. És a dir, sense formació pública de qualitat molts joves no poden assolir millors opcions laborals. En conseqüència, l’augment de pressupostos socials en detriment dels educatius ens porta a una conclusió decebedora, pa per avui però fam per demà enlloc de ensenyament per avui i oportunitats per demà. Podem regalar moltes subvencions a les famílies i obtenir una recompensa electoral immediata, però ens estem carregant fa temps l’ascensor social de les classes humils, l’escola pública. Potser abans que uns pressupostos tan socials foren millor uns pressupostos més educatius. O volem encara més NINIS i aturats subvencionats?

lunes, 6 de junio de 2016

FRACASO ESCOLAR (7): A cada edad lo suyo

Analizados el centro de su adolescente, los objetivos de toda educación y el día a día en su casa, debemos vislumbrar las fases escolares de su hijo durante su aprendizaje. Hay que ser conscientes de las necesidades de cada etapa y aplicar las pautas acordes a su edad. Los modelos que vienen a continuación son generalizaciones que en la mayoría de casos encajarán con su hijo aunque siempre habrá excepciones. Cabe añadir que las chicas van siempre avanzadas con respecto a los varones. Veamos ahora las etapas y sus necesidades educativas. Al terminar infantil y primaria hay algo primordial que deberían dominar todo estudiante, el idioma. Su nivel de comprensión lectora y sus habilidades en sintaxis deberían ser óptimas. Sin ellas no podrá ni estudiar los contenidos escritos ni podrá plasmar lo que sabe bajo una correcta redacción. Su gran puente con el saber es la lengua y si esta falla, todo falla. En Finlandia este resulta uno de los factores fundamentales de su éxito educativo. Otro aspecto importante de los zagales al terminar primaria es su capacidad de apuntar y memorizar. Sin ello la tabla de multiplicar, el cálculo mental y su agilidad en la lógica quedan para siempre castrados. Si su hijo ya está en primero de la ESO la palabra juego es primordial. Ellos, los alevines de secundaria, son muy niños y el ambiente lúdico les encanta ante cualquier otra opción más rigurosa. Bajo esa percepción se les puede decir en clase que se va a jugar a los controles piratas, es decir, ejercicios de evaluación sin previo aviso. Ellos lo aceptan mucho mejor que si se les amenaza con un examen semanal. Conocía a un profesor de naturales que se inventó el Juego de la Evolución para evaluar los conocimientos de zoología semana a semana de sus zagales. Les entregaba una ficha con tres ejercicios sobre un grupo de organismos. El primero era rellenar una tabla de características de cada grupo, por ejemplo el chimpancé, el gorila, el orangután y el hombre. Para ello podían consultar el libro o un texto acorde para ello. El segundo otra tabla donde los chavales contabilizaban los caracteres coincidentes entre todas las parejas posibles, entre gorila y chimpancé, entre chimpancé y hombre, etc. Los que tuvieran más coincidencias, más cercano tendrían su antepasado común. Al final, el tercer ejercicio consistía en levantar un árbol evolutivo con los organismos analizados. Quienes lo lograban primero obtenían un sobresaliente, los segundos notable y así sucesivamente. Semana a semana, y con suma celeridad, los alumnos iban conociendo los rasgos principales de los reptiles, de los peces y de los demás organismos vivos deduciendo su evolución jugando. En realidad esa técnica no era un juego sino algo utilizado por los estudiantes universitarios de Biología llamado cladística. En otro caso, un tutor de primero de ESO se inventó un juego para que sus alumnos le escucharan en situaciones de cansancio o tensión excesivos. El objetivo era que se sentaran correctamente y que dejaran cualquier objeto de las manos que les distrajera. El juego se llamaba hands up y consistía en estirar brazos y espalda con toques teatrales. De esta manera los alumnos dejaban las manos libres y colocaban bien la espalda en el respaldo de su silla a la vez que se quedaban todos mirando al docente, algo que les dejaba bien sentados y sin nada en las manos con qué distraerse. Ahora el docente les regalaba los oídos con alguna anécdota relacionada con la clase del día. Para amenizar el curso, y que la cosa no se volviera monótona, había hands up de verano, de otoño, de Navidad, de invierno, de primavera y hasta de vacaciones. Ah! Y si alguien ponía los pies sobre la silla, le reprimía argumentando que lo que se pisa por la calle quizás se lo ponía en la boca al tocar la silla. Añadía el caso de un excremento de perro y los alumnos de inmediato retiraban sus calzados de las sillas. La postura en la silla resulta harto importante para no cansarse en clase y para conservar la salud lumbar. La espalda bien pegada al respaldo, la mesa cerca del pecho para no arquear la espalda y los pies delante o detrás de las rodillas permiten minutos y minutos de clase bajo un cansancio mínimo. El docente que así lo explique a sus estudiantes muestra gran lógica. Lo mismo puede decirse para el estudio en casa. Los alumnos sin buenos hábitos de asiento en breve sienten desidia por los deberes al hastiarse por su mala postura. Algo semejante ocurre al mascar chicle, al principio parece relajar pero pasados los minutos las barras mandibulares se cansan, se tensan los nervios y se oprimen los vasos sanguíneos. Al final la concentración es menor y el chaval se siente cansado y sin ganas de trabajar. El relax en clase y en casa es fundamental, y una buena postura lo ayuda y potencia. El docente que así se lo indique sabe lo que se hace con su hijo. Otro profesor, y para estimular la autonomía de sus alumnos creó el juego de espabila. Tras explicar un concepto de la materia dejaba a los alumnos ante una actividad afín. Durante la realización de la misma los escolares no podían preguntar nada, ni el color del bolígrafo a utilizar, pregunta muy frecuente en primero, ni el tipo de papel, de igual índole. Si insistían en hacerlo se llevaban la frase “espabila” más un negativo con una sonrisa, el negativo sólo era apuntado de manera fingida. Pasados unos minutos los alumnos podían y debían realizar todas sus preguntas para resolver o corregir la actividad. Asimismo debían anotar los errores cometidos en la libreta y pasar el ejercicio a limpio en casa. Otro de los juegos que uno puede valorar en el centro era el que se le ocurrió a un docente de matemáticas para frenar la ansiedad y la desesperación de sus treinta alumnos. A menudo éstos levantaban la mano deseosos de poder responder la cuestión que otro compañero cabizbajo no atinaba a responder. Ante tal alzamiento de brazos, primero se los hacía bajar y luego les contaba lo siguiente, si todos tenéis las manos levantadas os ponéis vosotros nerviosos pensando saber la respuesta pero también ponéis tenso al preguntado quien se siente bloqueado. La clase debe ser un ambiente de relax y tranquilidad, sin ambas no aprenderéis bien las cosas. Por tanto nadie levantará la mano y solo cuando yo diga la palabra mágica podréis hacerlo. Entonces el primero que lo haga podrá ser preguntado, ¿y cual era la palabra mágica? Pues, voluntarios. El juego anterior daba su efecto evitando miles de brazos levantados ante un alumno avergonzado por todos los demás al no saber la pregunta, o creer que la sabían los demás. El tenso y todos tensos, algo que no permite que las mentes estén relajadas para captar y fijar en sus memorias los conceptos impartidos del día. Todas las estratagemas anteriores, y otras muchas más, traen consigo la palabra juego, algo que pueden utilizar los docentes de primero de la ESO aunque en ello no haya juegos sino actividades, trabajo y esfuerzo. Y pasamos a segundo de la ESO, un curso en donde el juego todavía puede surgir efecto, pero ojo, las feromonas empiezan a dar sus resultados y por tanto el esfuerzo debe verse más eficiente. Aquí es más frecuente ver las primeras parejas con roces evidentes, sin tapujos y hasta con ostentación de ello ante los demás compañeros. Las estratagemas de primero de la ESO suelen tener su éxito pero hay que pensar en las de tercero y mezclarlas en su justa mediada. Pasemos entonces de curso para saber qué combinar en segundo. En tercero de ESO la explosión de feromonas se expande por todos los rincones de clase y del instituto. Con tal subidón los chavales exigen que se les vea como adultos, que se les trate como a tales, aunque no lo sean. Ellos así quieren sentirse y por ello imitan ciertos roles, buenos o malos, de los supuestos adultos, nosotros. Así aparecen los primeros cigarrillos, con o sin añadidos, los primeros combinados, con o sin resaca, y hasta las primeras relaciones sexuales, con o sin amor. Debo matizar que con ello no se está haciendo apología de las drogas, del alcohol y del sexo, todo lo contrario, porros, bebida y coitos pubescentes son la primera puerta a las adicciones y a embarazos no deseados. Eso hay que dejárselo muy claro tanto en casa como en el colegio. Pero lo más impresionante de este curso es que pasan ante los adultos tensos, estirados y retirando el saludo por pasillos y clases del instituto. Ese momento resulta algo fascinante. Si en primero, y hasta en segundo, siempre saludaban y se acercaban a sus docentes preferidos, ahora el pacto cambió. Ellos, los chavales, aparentan estar muy serios ante los adultos, como diciendo, he cambiado, que no lo ves. Y cortan el puente de comunicación con los adultos, incluso puede que les lleven la contraria, si uno es del Barça se hacen del Real Madrid, si uno es centralista se vuelve independentista, si uno es de izquierdas él de derechas.... Y esa rotura de puentes hay que contársela, hay que mostrársela como algo natural, hasta previsible, pero para ello mejor un tercero, un tutor reciente, un profesor externo, un vecino ajeno. Si han roto lazos con quienes antes los tenían, éstos ahora se hallan vetados en restablecerlos, nuestros púberes ya no confían en sus próximos. Quien llegue hasta ellos, el nuevo tutor, debe decirles que lo que hacen es algo fabuloso, algo que les conduce a la madurez, que como adolescente era PREVISIBLE que lo hicieran. Llamarles previsibles resulta una afronta que les revela y hasta disgusta, ellos jamás pretenden ser previsibles sino todo lo contrario, buscan ser diferentes a todo. Con ello el tutor logra que estos púberes vuelvan a saludarle. A los adolescentes no les gusta sentirse previsibles. En fin, que los puentes de comunicación se han abierto de nuevo. Cabe recordar que la falta de comunicación provoca la desconfianza, la desobediencia y el desafío entre púberes y adultos. Por eso, y en tal situación, los gritos no tardan en llegar, unos berridos que intentan imponer el orden que ellos no quieren secundar. Allí nos topamos con un rapaz que, ante la bronca, se nos pone más bravo. Si su adolescente se queja de recibir gritos, pruebe con el siguiente argumento que el tutor puede repetir en su clase: la vecina del tercero ni chilla ni quiere ni le importa lo que haga el adolescente de turno, en cambio sus padres sí le gritan, quieren y se preocupan por el púber, ¿conclusión? Una bronca puede traducirse en otra frase, me intereso por ti, me importas. Si el grito no gusta, a veces se cae en lo contrario, en el arrullo, algo que también repele a los adolescentes. Ellos no desean sentirse tratados como a niños pequeños. Su acné y su interés por algunas revistas de anatomía comparada delatan ese rechazo. Las vocecitas y los canturreos lindos llenos de algodón les reafirman todavía más en su negación del saludo y les muestra al adulto como un ser infantil, falto de autoridad e hipócrita. Por tanto el docente y el resto de adultos deben dirigirse a ellos sin tratarles como estúpidos y sin pensar que son chiquillos, hay que hablarles con franqueza y seriedad, algo que sí abre puentes con ellos. Y algo muy importante, tengan o no tengan razón, hay que escucharles cuando estén en calma y respeto. En caso contrario límites y a esperar que amaine el vendaval. Sólo cuando esté pasado lo caliente será efectivo hablar con él de lo ocurrido con prontitud. De esa forma el escolar acepta de mejor grado la autoridad adulta y empieza a entrenarse para la siguiente fase, el cuarto de ESO y en el cambio de la razón. En cuarto de la ESO ni se le ocurra la palabra juego. Si en tercero ya era un riesgo usarla, en cuarto los alumnos han pegado un vuelco. Ahora la efervescencia de sus feromonas pasa a cierta calma bajo la presión de una nueva herramienta, su cerebro. Si antes se debía sancionar con celeridad y luego, y en frío, razonar, ahora puede hacerse al contrario, se puede razonar sancionando. Si antes ellos no se sentían escuchados ahora puede que le escuchen a uno con mayor empatía. En fin que los púberes de cuarto de ESO razonan con menos feromonas y con más arbitrio ya que comienza a declinar el máximo de su adolescencia. Nuevamente al conversar con ellos es muy importante que el educador, padres o docentes, lo haga con voz calmada y tratándoles como adultos. No hay que engañarles con argumentos pueriles ya que ellos se dan cuenta. Si ello ocurre pierden la confianza en su mentor, vuelven a cortar el puente y levantan el muro de tercero. Hay un asunto que muchos adultos llevamos fatal ante los alardes pubescentes, nuestro histerismo. Si un adulto se sale de sus casillas, ellos lo consideran inferior y falto de autoridad, es más, a menudo van a por él y le provocan. En cambio el mentor templado, de razonamientos lógicos y de coherencia en sus decisiones, infunde en ellos lo que necesita cualquier humano para el diálogo, la confianza. Si ellos confían en uno está siendo aceptado y respetado por su clan, sin pertenecer a él, claro está. En tal situación sus demandas sobre ellos serán escuchadas y muy a menudo cumplidas sin necesidad de gritos ni imposiciones. Por eso es tan importante entablar esa confianza entre educadores y aprendices. Por desgracia, y por nerviosismo, el mentor recurre al grito en el momento no adecuado. Un alarido puntual, ensayado y en el instante necesario suele ser muy útil para llamar al orden, pero hacerlo por costumbre y sin control disuelve su posible efectividad. Al final los púberes le tomarán por el pito del sereno. Por otro lado, los gritos engendran gritos. Si desde infantes ellos, los hijos, aprenden que el lenguaje para comunicarse en caso de conflicto es el bramido, imitarán esas costumbres de adolescente y entonces, tanto en casa como en el aula, mucho ruido y pocas nueces. Por tanto, la imposición a modo radical no suele funcionar a esta edad. En función de cómo es un adolescente puede resultar más efectivo negociar con ellos, pero ojo, siempre al alza. No negocie a la baja con sus adolescentes. Si en casa un padre quiere que recoja la bolsa de deporte, pídale entonces que ordene toda su habitación. Si su hijo le dice que no va a cenar pero que quiere conectarse a Internet, no le pida a cambio que cene. Cenar hubiera cenado igualmente, suelen tener mucha hambre, lo de Internet se lo colado a lo Messi, como un gol. En asunto de notas algunos educadores defienden recompensarlas económicamente aunque mejor no pagar demasiado. Roland G. Fryer, economista de Harvard, propuso que se ofrecieran recompensas monetarias para motivar a los estudiantes de algunas escuelas de Nueva York y Dallas con elevado fracaso escolar. En un programa que se puso en marcha durante el 2006 en Nueva York, los maestros evaluaban a los alumnos cada tres semanas y recompensaban con pequeñas sumas, del orden de 10 a 20 dólares, a quienes lograban calificaciones altas. Los primeros resultados parecieron prometedores pero jamás fueron definitivos. Al final se acostumbraban y la cosa salía cara. La verdad, con la crisis sufrida, mejor ahorrar. En fin, mejor ser avaro durante el curso y premiar sólo al final. Llegados a bachillerato y formación profesional existe un argumento que puede crear un vínculo entre instructor y alumnos muy poderoso, el ánimo. Decirles que sus ganas de continuar formándose voluntariamente es algo digno de mención y felicitación; que la sociedad necesita de gente como ellos; que un país sin ciudadanos con iniciativa es un país muerto y abocado a la desidia; en fin, que sin personas como ellos jamás habrá buenos profesionales capaces de brindar progreso a la sociedad que les pagó los estudios. Añadir que demasiados dirigentes mediocres llegan sin formación a ostentar cargos en donde luego cometen demasiados errores también da mayor sentido al discurso anterior. Ellos, nuestros alumnos, son quienes pueden mejorar esa situación en un futuro próximo. En cuanto a disciplina en bachillerato y grados vale lo mismo que todo lo dicho en cuarto pero con más dosis de autonomía y trato adulto. Hay que pensar que los chicos ya se afeitan, las chicas ya son mujeres y que todos juntos ya le pasan a uno más de uno un palmo. Parece obvio que a esa edad se alcanzan noviazgos plenamente adultos, ¿hablamos entonces de sexo?

jueves, 2 de junio de 2016

Conferència: Hawai-í, la Polinèsia cremada. Dates

L’arxipèlag de Hawai ha estat un lloc mitificat per reportatges, turisme i les pel·lícules d’Elvis Presley, però aquest paradís poc conté de la cultura pionera que el va configurar, els polinesis. Hawai, cinquantè estat dels USA, es troba immers en un marc legal i econòmic que l’engoleix en una dependència total de la seva metròpolis. Els polinesis de Hawai depenen totalment de l’imperi nord-americà amb l’única sortida del turisme. Volcans en actiu, immenses colades de lava, boscos tropicals, platges paradisíaques i coves de lava són part de les joies paisatgístiques d’aquest arxipèlag. El problema és que el capitalisme agressiu els ha xuclat com un huracà sota explotacions turístiques, normatives absurdes i la doble moral americana. De fet els polinesis sols representen un 2% de la població, que lluita per conservar la seva identitat en base a una bandera, una religió i una llengua pròpies. En fi, que com moltes regions d’aquest món busquen la seva pròpia sobirania davant els imperis del planeta. Dates i llocs: Divendres 10 de juny de 2016. 19.30 hores Institut d'Estudis Vallencs. C. Jaume Huguet 1, Valls (Alt Camp). Dissabte 25 de juny de 2016. 22.15 hores Centre d'Estudis del Gaià. C. Enric Benet 4, Vila-rodona (Alt Camp). Dimecres 29 de juny de 2016. 19.00 hores Biblioteca Ignasi Iglesias, Can fabra. C. Segre 24-32, Barcelona.

lunes, 30 de mayo de 2016

FRACASO ESCOLAR (6): Como estudiar mejor

El curso ha empezado y por ahora todavía no tenemos demasiada información sobre el funcionamiento del centro. Sólo podemos atender a lo que ocurre por casa y el día a día va a resultar primordial para marcar pautas claras y hábitos que se avengan con el instituto. Los chavales son ávidos devoradores de rutinas con pequeñas dosis de improvisación. Lo contrario, un océano de caos con intentos de orden, no favorece ni sus estudios ni sus vidas. Veámoslo del amanecer al anochecer. ¿Despertador? Mejor no haga un padre o madre de ello, que sean ellos quienes se responsabilicen de sus horarios y se levanten a la hora. Si se despiertan tarde, que corran y aprendan. Igual puede decirse del bocadillo matinal. Empiece por dejarle el trabajo medio hecho y que se acostumbre a prepararse el desayuno. Si hablamos de igualdad que todo el mundo aprenda a cocinar. Y no le hace falta tanto dinero para comprarse una libreta, un boli o un bocadillo cada día, ¿cree acaso que las tiendas de chuches se arruinan cerca de los colegios? Compruebe sino lo que se gasta con las caries y quizás saque ciertas conclusiones. ¿Desayuno? Pues completo y equilibrado, pero lo más importante, asegúrese que lo toma. Ocurre muy frecuentemente que muchos alumnos no prestan atención en clase como consecuencia de falta de calorías de calidad, en fin, de un mal desayuno. También el riesgo de anorexias puede andar cerca cuando no existe control en la alimentación, más si los estereotipos de belleza andan altos por su armario y costumbres. Muchas hijas durante su adolescencia intentan imitar a madres esbeltas y bellas, ello las lleva a veces a adelgazar en exceso. Más tarde se hablará de ello. Antes de salir de casa, y con el desayuno bien asentado, no estaría de más que dejaran la cama hecha, eso les enseñaría autonomía, deberes y responsabilidades desde sagaces, por otro lado, uno se ahorra un trabajo y tiempo a cambio de algo que educa a su prole bajo una Enseñanza Múltiple Contrastada. La llegada al centro educativo debe regirse por la puntualidad. Si este, el colegio, no lo regula, mal asunto. Es obligación y deber del instituto controlar los retrasos de los alumnos, dejar registro de los mismos, y si resultan redundantes, sancionar e informar a los mentores del mismo. Si sospecha de falta de puntualidad de su hijo, no espere mucho, llame al centro y pida información, aunque a menudo resulta muy útil revisar su agenda. En ella hallará las observaciones que docentes y tutor han anotado de su hijo a la espera que uno firmara pero que el zagal obvió y escondió. Faltas de disciplina, de puntualidad y de trabajo deberían figurar en tal bloc de notas. Si hay muchas deberían haber concertado entrevista personal, en tal caso, y si no lo hicieron, pídala. Antes pero, confirme que no falten páginas de la agenda, aquellas en donde había más observaciones que su hijo no quiso que uno viera. Por regla general las agendas llevan sus páginas numeradas a tal efecto. Otra manera de informar a los padres es con las actuales aplicaciones informáticas en donde se pasa lista con ordenadores y la información se halla disponible por la red. De todas formas tales modernidades topan con problemas como fallos en la batería del portátil, errores de conexión, lentitud en la misma y defectos del programa. A veces, y ante la imposibilidad de pasar lista con el portátil, algunos docentes lo deben hacer a la vieja usanza, a mano, para luego en casa pasar los datos a la red, es decir, doble trabajo. En resumidas cuentas, la informática no resulta la panacea del control escolar, y quien así se lo venda quizás lo haga por ahorrarse un trabajo que los tutores le harán, por ser un talibán de la informática o por simple ignorancia de lo que realmente ocurre en el aula. Por tanto, y por ahora, la agenda de papel resulta una buena manera de saber lo que ocurre con su polluelo, e Internet una gran herramienta auxiliar. Revisar ambas a menudo permite controlar los hábitos escolares y deberes pendientes. En caso de ver desierta la página del día desconfíe si le dice que no le encargaron trabajo y aplique lo que sigue, el hoy por mañana. Es muy simple, con el horario semanal en mano, algo que deben anotar en su agenda, el padre o la madre repasan el día de hoy y se ven todas las materias que han podido dejar deberes pendientes. Si no los hubiera siempre quedará pasar los apuntes a limpio y estudiar los conceptos impartidos. Luego hay que dirigirse a por el mañana, y se hace lo mismo en previsión de los ejercicios y estudio de las áreas que mañana se impartirán. El objetivo es obvio, repasar lo que se debe saber para comprender la clase siguiente, y como no, comprobar que los trabajos están a punto para el día posterior. En resumen, hay que ver lo que se hizo hoy y prever lo que se exigirá mañana. Él debe llevar la agenda bajo tal ordenanza y si uno así se la pide, verá como éste se pone las pilas. Otro punto de control sobre la calidad educativa del centro son los apuntes de su hijo. Revisarlos a tal efecto no debe ser tarea diaria, pero una vez cada mes le dará gran idea de cómo va su hijo. Si ve que todos los apuntes son un caos y con sesgos de información, algo pasa con su zagal, es harto imposible que todos los docentes de un centro dicten anotaciones desordenadas durante sus clases. Si observa que sólo sucede en una de las materias, o bien su hijo odia esa especialidad o bien el profesor es el desorganizado. Los apuntes son la herramienta básica de la profesión de su hijo, la de estudiante, como lo son una sierra para un carpintero o un ordenador para un programador. Por ello las anotaciones deben contemplar una serie de características fundamentales que le permitan a éste, al escolar, comprender y memorizar los contenidos impartidos de manera ágil y eficaz. Un buen docente sabrá crear esos apuntes en sus alumnos, algo que uno verá en las libretas de sus rapaces. Unos apuntes útiles deben ser sobretodo VISUALES, es decir estructurados, ordenados y con simetrías. Las figuras regulares y con colores llaman toda nuestra atención, véanse las señales de tráfico por ejemplo. La razón de tal percepción es que somos primates y por ello uno de los sentidos más afinado es la vista. Nosotros los humanos, como simios superiores, tenemos una visión excelente fruto de millones de años de adaptación a dos necesidades, el cálculo de distancias y la búsqueda de frutos maduros. El salto de rama en rama de nuestros antepasados, o la caza con lanzas y flechas, nos han potenciado una visión estereoscópica en donde los dos ojos miran al frente en lugar de a los lados como las vacas. Éstas han necesitado evitar depredadores, no saltar sobre sus presas o evitar una caída desde los árboles. La segunda adaptación, la de la fruta madura, nos otorgó la visión en color vetada a muchos organismos como perros o toros, incluso nuestros gatos son algo daltónicos, aunque los pájaros ven aún más colores que nosotros. En nuestro caso la capacidad cromática de nuestros ojos nos permitió ver a distancia donde se hallaba la fruta a punto de caramelo, algo necesario para sobrevivir si queríamos comer. Visto que la vista es la que trabaja, los apuntes de los escolares deben ser VISUALES para facilitar el estudio y la comprensión. Las estrategias que deben seguir los alumnos para lograr tal objetivo son las que siguen. En primer lugar el orden en las ideas. No es aconsejable comenzar por una ecuación de segundo grado sin antes pasar por la de primer grado, como también no se puede anotar una clasificación de elementos empezando por la excepción. En segundo lugar el uso de símbolos y abreviaturas que permiten anotar y leer con mayor rapidez los conceptos impartidos. En tal sentido tenemos toda la matemática a nuestro servicio, símbolos químicos y hasta el lenguaje de los móviles. Eso sí, en los exámenes y trabajos estará prohibido el uso de los mismos. En tercer lugar la utilización de esquemas para dar simetría a las informaciones. Ya hemos comentado que los humanos nos fijamos en figuras regulares y que las recordamos mejor que las formas caóticas y azarosas. La explicación es sencilla, frutos y presas presentan simetrías que nos llaman nuestra atención. Así pues el uso de cuadros sinópticos para clasificar, tablas para comparar, diagramas de flujo en causas y efectos, figuras geométricas para contrastar conceptos opuestos, gráficos para resumir o un simple dibujo esquema, que jamás artístico, muestran con simetría y claridad lo que uno así podrá con mayor facilidad recordar y memorizar. Combinar la observación con el dibujar hace que los alumnos se fijen más en el tema de estudio y que a su vez lo memoricen mientras lo trazan sobre su libreta. En cuarto lugar, y para que esos apuntes resulten visuales, resultará muy importante la buena presentación y que estén espaciados. Una información abigarrada, en letra pequeña y concentrada sobre el blanco de un folio es algo imposible de leer y comprender con rapidez. Por tanto, si ve que su hijo tiene unos apuntes así la solución es obvia, hay que pasarlos a limpio ampliando el tamaño de letra, el espacio entre esquema y esquema para que la presentación global sea suave y sin aprietos. Tal anotación regalará a su hijo tranquilidad al estudiar. Por otro lado, y al pasar los apuntes a limpio se logra que inconscientemente se estudie. Es harto sabido que al trabajar con la mano es estimulan muchas neuronas de la memorización, por tanto rescribir las cosas las inserta de nuevo en nuestra mente. En resumidas cuentas, el docente que imbuye unos apuntes bajo todos los consejos anteriores lo está haciendo francamente bien. En el día a día que estamos recorriendo llegaremos a la tarde como tiempo de trabajo y estudio. La zona de estudio debe cumplir también unos requisitos que ayudarán a la concentración y a la relajación del estudiante. Cuanto más se logren las dos condiciones anteriores, menos se cansará el escolar y más tiempo útil de estudio alcanzará. En primer lugar el área de estudio debe estar desierta de elementos que distraigan, no peluches, no juegos, no póster en la pared del frente, no móvil, no Facebook y no Twitter. En segundo debe imperar el silencio, a lo sumo una música suave, pero hay que alejarse de melodías rítmicas y con percusión, distraen la mente y la cansan. En tercer lugar las paredes deberían tener un color uniforme, claro y suave que de buena iluminación. Evitar los colores fuertes, no rojos y naranjas, sofocan, no azules intensos, dan frío, no colores oscuros, restan luz para el estudio, mejor tonos blancos o cálidos entre crema, marrones o verdes, es decir colores de tierra y bosque pero sin estridencias. La naturaleza aplaca y reduce la ansiedad, recuerde un paseo por un jardín o por un bosque. Rodéese de colores claros con los matices anteriores, esos matices de color pueden inducir el buen estudio. En cuarto lugar debe existir una buena ventilación ya que la concentración de dióxido de carbono al respirar adormece la mente. Y en quinto y último lugar, buena iluminación, preferiblemente luz solar, más natural, más relajante. Seguramente quedaron en el tintero más requisitos para un buen rincón de estudio, pero con los anteriores llegamos al momento de la concentración en casa. La hora de los deberes debería ser siempre la misma ya que las rutinas los hacen autónomos y responsables. Cuando ya es costumbre que a las seis se estudia, no hace falta recordárselo. Si le dice que ya terminó y sólo pasaron treinta minutos, permítase dudar. Más ejercicios habrá, los mal hechos a repetir y el estudio de lo anotado ese día. Se insiste, los deberes no son lo único, jamás, también el estudio diario refuerza conceptos y permite que su hijo siga el curso con buena continuidad. No sólo con los deberes se aprueba un curso. Eduque en la memorización y no vale aquello de ya terminé los ejercicios. Memorizar ejercita las neuronas y da inteligencia al individuo. La pura memorización de conceptos sin más entrena a nuestro cerebro y crea una mente maravillosa, no le quepa la menor duda. Para eso sirve recitar poesías, aprender canciones u otras listas de datos como la tabla de multiplicar. Las rutinas de estudio por la tarde son básicas para el éxito académico del estudiante. Un tutor de tercero de la ESO en eso dedicaba toda una tutoría para diseñar un horario de estudio y deberes semanales. Cada alumno debía presentarle con todo detalle como repartía su tiempo por la tarde situando las materias que menos le gustaban al principio, es decir, cuando se está más fresco. Luego debía colocar las que más le apetecían al final, como un regalo. En todo ello debía existir un descanso con merienda a mitad de un mínimo de dos horas de estudio diarias. A su vez debía situar el almuerzo, actividades extraescolares, cena y hora de ir a la cama. No estaba de más indicarse el día de compras para ayudar a los padres, el día de limpieza y el de orden de la habitación, hasta la obligación de hacerse la cama por la mañana. Al final se comunicaba a los padres que ese horario debía estar colgado en un lugar visible de la sala de estudio para que el alumno y progenitores supieran que hacer o demandar. De esta manera los padres tenían una herramienta básica de apoyo, que no ayuda. Cabe matizar que durante el estudio los padres pueden ayudar pero no deben resolver los ejercicios ni hacerles los deberes, eso no ofrece gran favor. Los padres deben vigilar que se cumpla el horario de estudio, y en todo caso, dar pistas e indicaciones para que el escolar pregunte en clase, eso le hará autónomo al aprender de sus errores, cuanto más se equivoque más se cultivará. En clase muchos buenos docentes hacen eso mismo, proponen un ejercicio y a periodos de tiempo gradual van dando pistas. Algunos docentes ponen notas tal que los tres primeros que lo resuelven obtienen un 10, los tres siguientes un 9 y así sucesivamente. La tarde da para mucho por lo que procure que sus hijos tengan menos tele y más obligaciones hogareñas, deportivas o escolares. Si los deberes se terminaron siempre queda estudiar para mañana, no le quepa la menor duda, o ir un rato a entrenar para distraer la mente y concentrar los músculos, práctica que la neurobiología ha demostrado eficaz para mejorar el rendimiento mental. Convertirse en un zángano ante el televisor no ejercita en demasía la mente de su descendencia. Un estudio de la facultad de Comunicación en colaboración con el Colegio Irabia de Pamplona sobre 5.600 alumnos mostraba que los escolares veían una media de 150 a 180 minutos de televisión al día, es decir de dos a tres horas que no se dedican ni al estudio ni a otras actividades lectivas. Añadía el mismo estudio que casi la mitad de los adolescentes la miran sin control de los padres prefiriendo los culebrones humorísticos y que la hora de mayor audiencia era a partir de las diez y media de la noche, algo que encendía las alarmas. La primera que durante la noche no existía comunicación familiar si se estaba tanto ante el televisor. La segunda que los adolescentes miraban más los programas adultos que los de la franja juvenil. La tercera que no parecía existir un control generalizado sobre la programación. Y la cuarta y última, que éstos iban a dormir tarde. Añadamos a esto que quienes no ven la TV, navegan por Internet o juegan con videoconsolas, y concluiremos que estamos ante una generación cada vez más insomne. Es muy frecuente en clase encontrarse con alumnos que van como alma en pena. Al preguntarles qué les ocurre responden que se fueron a dormir tarde ante la pantalla, un hecho que les resta capacidad de concentración a la mañana siguiente. Y bien, el día llegó a su fin y la cena con él. Este momento puede ser aprovechado para fines de placer y a su vez educativos. Todos en la mesa y con la tele apagada permite que uno sepa como es el colegio de su hijo o cuales han sido las vicisitudes de la familia durante el día. La palabra cura las tensiones del jornal, y con ello los niveles de ansiedad disminuyen. Apagar el televisor durante las comidas, o a lo sumo bajar el volumen, provoca que se charle de temas en la mesa. De la comunicación surge la confianza como puente de toda educación.

jueves, 26 de mayo de 2016

FRACASO ESCOLAR (5): "pa ke studiá"

No quiero ir al cole Anda, ni muchos adultos a trabajar. El objetivo de la escuela no es el de divertir a los alumnos, que tampoco el de amargarles, la finalidad de todo centro educativo debe ser explicada y comprendida por todos los alumnos desde casa y desde el colegio. Si la vida son situaciones y decisiones, se asiste a clases para obtener conocimientos y con ellos criterios con los cuales tomar sabios caminos, se asiste para aprender a ser adulto. Saber a quien votar o a quien no, o si no votar, saber qué comprar o que no, y saber con quien relacionarse o con quien no, son asuntos de vital importancia para evitar que en el futuro estafen, manipulen o le vendan la moto a su hijo. Y eso mismo debe contarles un buen docente durante algunas clases. Ese tipo de informaciones generan el vínculo positivo entre alumno y profesor. Primero al decirles una verdad que ellos siempre agradecen más que una excusa. Segundo al darles un argumento motivador para aprender. Están en el centro para tener criterio de mayores y evitar que les vendan la moto. Pero no sólo de conocimientos se alimenta nuestra mente, también la educación escolar persigue impartir una buena formación para impulsar justos y competentes profesionales, es decir, personas cívicas, útiles trabajadores y mentes críticas que sepan devolver el favor a la sociedad que ahora les está pagando su educación. Debemos recordar que durante cualquier crisis económica, y esto son estadísticas del INEM, quienes tienen mejor formación ostentan mayor posibilidad de encontrar y conservar un trabajo, algo que regala estabilidad, seguridad y hasta felicidad a los humanos. El hecho anterior les quedó claro a los finlandeses durante la década de los noventa cuando atravesaron la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. En esa etapa los trabajadores no se podían reincorporar al mercado laboral por falta de formación, algo que propició repensar y mejorar el sistema educativo de Finlandia. Hoy en día éste ostenta los mejores resultados educativos de toda Europa. Podemos resumir que todo objetivo educativo debe perseguir convertir en adulta y crítica a nuestra prole. Para ello debe alcanzarse lo que todo buen educador infundirá a su hijo, un A.R.RE, es decir dotarle de Autonomía, Responsabilidad y Respeto. Cuando se cumplen estos tres requisitos, el fracaso escolar desaparece y el éxito personal y profesional fluye y eleva al estudiante hacia una sólida madurez. Para alcanzar este A.R.RE son necesarias normas muy claras, esfuerzo y dosis oportunas de diálogo y comprensión. Si en el centro donde su hijo aprende, o en su familia, no se hallan tales requisitos algo falla en el sistema. Añadamos que las condiciones anteriores deben impulsar que el individuo aprenda valores cívicos, control sobre sus emociones y a pensar por si mismo, todo un hito para los zagales. Antonio Machado decía, “una de cada diez cabezas piensa y nueve embisten”. Debemos comprender que uno puede ser muy inteligente, pero si no se le enseña a controlar sus emociones es entonces cuando embiste, en tal caso habremos fracasado. Puede que como primates seamos fisgones por evolución pero ello no implica que seamos óptimos filósofos. Para llegar a ello necesitamos de doctos profesores que nos enseñen conocimientos y nos corrijan los defectos bajo una Enseñanza Múltiple Contrastada.