La relación y
síntesis entre conceptos es la consecuencia en pensar y estructurar mejor los
apuntes, trabajos de curso y respuestas en exámenes. En eso un profesor de
Ciencias para el Mundo Contemporáneo retaba a sus bachilleres cada semana con
una pregunta enigmática que requería de una correcta relación y síntesis entre
varios conceptos impartidos. Preguntas como ¿qué hay más allá del polo norte? ¿qué fue antes el huevo o la gallina? O ¿qué hay hacer antes de aprender
a aprender?, escondían todo un corolario de piezas que sin tenerlas en
cuenta la respuesta se hacía huidiza. Primero se debía recordar que era una
tautología o pensamiento circular, después que la ciencia está llena de
preguntas incorrectas e incapaces de saltarse un pez que se muerde la cola al
mezclar conceptos que son lo mismo, y finalmente que hay que alejarse del árbol
para ver el bosque. La solución residía en plantear una pregunta mejor y de
mayor amplitud que el huevo y la gallina, por ejemplo quienes fueron los
primeros vertebrados en reproducirse por huevos, algo que daba con el origen
del dueto huevo y gallina, los antepasados de los peces. En el caso del más
allá del norte se respondía el sur pero, y más allá de éste, otra vez el norte,
por tanto había que alejarse del árbol y ver otra vez el bosque planteando una
nueva pregunta de mayor calado, ¿por qué norte y sur se enlazaban cíclicamente?
La respuesta obvia es que nuestra Tierra se asemeja a una esfera. Y finalmente
en el caso qué hay hacer antes de
aprender a aprender, sería
nuevamente aprender como aprender, algo que nos lleva al absurdo del infinito
de aprenderes antes de otros aprenderes.
En resumen, y en cualquier
tautología, existen dos conceptos que son lo mismo y que nos arrastran a un
absurdo círculo vicioso. Huevo y gallina son la misma especie, sur y norte
definen la vuelta a la misma Tierra y aprender a aprender es la más
evidente igualdad para cualquier humano sensato. En pedagogía es otra cosa.