Sabemos que el déficit español equivale a todo
el PIB nacional, es decir, debemos más de un billón de euros a bancos
extranjeros. Algunos políticos acusan a las autonomías del déficit pero ello es
un engaño a tenor de los datos que publica periódicamente el Estado. La
administración central, que tiene muchos menos gastos que las autonomías, debe
mucho más de la mitad de ese billón de euros. En fin que es el propio Estado
quien ostenta menos costes pero más debe lastrando realmente la economía
nacional. Cabe preguntarse en donde pivota tanto gasto y vemos que la
administración central se va a gastar este 2018 más de 20.000 millones de euros
en defensa militar. Cabe sumar a lo anterior el derroche en aviones militares
que se adscriben al Ministerio de Industria, el mantenimiento de las bases
militares puestas en el Ministerio de Obras Públicas y los gastos de enviar
tropas al extranjero. Todo el conjunto anterior superará con creces el 4,5 por
ciento de todo el presupuesto nacional, casi el doble que en educación, sanidad
o investigación. En cierta forma nuestro Estado da prioridad a las armas en
detrimento de la enseñanza, algo que como profesor no puedo comprender. Defensa
resulta uno de los ministerios más caros del Estado ante una ETA que ya no
existe y ante unos enemigos que hay que buscar a miles de kilómetros de
distancia. Así pues, y con los números publicados por el Estado, lo podemos
decir claramente, nuestro Gobierno central, que no autonómico, prima las armas
a la educación. Ruego a su majestad Felipe VI, Capitán General de nuestras
fuerzas armadas, que cuando afirma que España es una democracia avanzada,
interceda en pro de menos defensa y más servicios sociales. Muchos escolares se
lo agradecerán.