Catalunya Vanguardista 26.02.2020
El gobierno vigente propone una nueva reforma educativa, la Lomloe. Con
ella ya llevaremos unas siete leyes nuevas desde nuestra democracia. A
sabiendas que los niveles de conocimientos impartidos en nuestras aulas han
descendido estrepitosamente en cada nueva reforma, y que las leyes
gubernamentales lo han propiciado, no se entiende que la Lomloe no lo corrija.
Es más, su proyecto pretende que los docentes impartan disciplinas ajenas a su
especialidad. Es decir, la Lomloe se cargará al docente especialista y docto al
permitir que otros ajenos impartan sus materias. A cambio la pedagogía vigente
propone una educación bajo la diversión y el juego. Así pues parece evidente
que el descenso de conocimientos aislará y discriminará más a nuestros hijos por
el mero hecho que no les ofrecerá saber para ser críticos. La enseñanza
obligatoria no debe ser un entretenimiento obligatorio ya que diezma nuestra
futura sociedad. Es más, ello propiciará que los populismos adoctrinadores hallen
un caldo de cultivo óptimo para sus votos. De hecho esto ya ocurre ante un 30 %
de fracaso académico real más otro 30 % de paro juvenil. Por lo tanto ya no
existe una izquierda que antes defendía la ilustración de todos sus ciudadanos,
a lo sumo la izquierda está haciendo el trabajo sucio a los neoliberales que
desean mano de obra barata y sin criterio sabio. La pedagogía vigente no es la
solución al problema, a lo sumo deviene una ingeniería neoliberal al dotar a
las empresas de mano de obra barata y sin conocimientos doctos. Si los alumnos
no saben concentrarse en el aula ninguna pedagogía funcionará. Cabe con
urgencia reducir este 30 % de fracaso escolar, evitar el ataque a los
profesores doctos, y mantener a estos docentes como profesionales sabios en sus
disciplinas.