Muchos docentes opinan que algunas teorías educativas no les permiten construir un mundo mejor desde la enseñanza. De hecho poca gente contrasta estas teorías con datos reales. Para mejorar el sistema educativo son necesarias más demostraciones y menos opiniones. Hay que observar los hechos probados y sistematizarlos. He aquí cartas de prensa, artículos en los medios y capítulos numerados que ofrecen un amplio corolario de datos contrastados para mejorar realmente la enseñanza y la sociedad.
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miércoles, 11 de diciembre de 2013
HIPERACTIVIDAD BAJO DUDA
El pasado 6 de diciembre el psicólogo clínico Joseph Knobel afirmaba en prensa que la hiperactidad no existía. Tras sus argumentos en la contra de un conocido diario muchas cartas surgieron a favor o en contra de la existencia del TDAH. Llevo veinte años impartiendo clases entre adolescentes con muchos hiperactivos por medio. ¿Qué decir de la hiperactividad? Pues que sí, que existe, pero no como una enfermedad sino como un mal hábito adquirido desde muy pequeños. Malas costumbres al dormir, abuso de azúcares antes de ir a la cama, ausencia de rutinas en casa, ausencia del esfuerzo en tales rutinas, ausencia de disciplina y de límites más la impulsividad que ello conlleva, son las causas probadas que muchos estudios clínicos han demostrado y que explican como la sociedad permisiva de hoy en día aumenta los casos de TDAH actuales. Hay más, ¿cómo un trastorno que se diagnostica por observación, y no por análisis clínicos, se trata con química? Parece más lógico pues que la hiperactividad resulta algo adquirido por unos malos hábitos que no debería tratarse con psicotrópicos, drogas que cuestan 30 euros la cajetilla y con efectos secundarios no deseados. Debo mencionar aquí que la mayoría de alumnos hiperactivos que he conocido sufrían algún desmayo en clase bajo tales narcóticos. Si un experto insiste que hay que priorizar los fármacos a los hábitos correctores, está haciendo un flaco favor al hiperactivo al tratarle como un enfermo paralizado y no como a una situación a superar. Sería como si a alguien olvidadizo por no utilizar la agenda se le recetaran pastillas. Convertir a un alumno en un enfermo significa transmutarlo en un inválido intelectual, alguien que luego es incapaz de superar con su propio esfuerzo el mal hábito adquirido y que espera que los fármacos le resuelvan el problema. Muchos de los hiperactivos que he conocido pasaron de esforzarse a tirar la toalla al poco de comunicarles su diagnóstico y rebajarles los niveles educativos por su supuesta invalidez. Es decir pasaron del TDAH al QTTT, que trabaje tu tía, ¿o éste, el QTTT, será el nuevo trastorno?
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