COVID y el Silencio del Rey

El otro día para encender una barbacoa en un lugar público a tal efecto, utilicé unos viejos periódicos que traje al asunto. Una transeúnte, alarmada, me gritó, “Estás quemando una foto del Rey”, viendo la portada del periódico dedicado a la pira. Con la COVID que está cayendo, y la crisis económica del país, no he visto arder en deseos a muchos ciudadanos para exigir que el Rey, emérito o vigente, ofrezcan su inmensa fortuna, heredada de antaño o sufragada por diferentes ministerios, para ayudar a su pueblo. Sería una servicio inestimable que el Rey hiciera acto de presencia para apaciguar los ánimos ofreciendo los miles de millones de euros que posee. Quizás hace falta que la monarquía ponga agua donde otros encienden el fuego. Solo diciendo que ésta se pone a disposición de su pueblo para resolver esto, quedaría bastante bien. Su absentismo en todo esto, y la carencia de sus declaraciones, pueden hacer pensar que no se gana el sueldo y economía que su pueblo le sufraga. Dado el matrimonio del Rey con la democracia, y su impunidad, que hable ahora o que calle para siempre, es decir que haga de jefe de Estado o que dé un paso al lado. En otro caso el país quedará centrifugado sin una pira mortuoria. La COVID es una guerra en donde los humildes ostentan más bajas que las monarquías, éstas, históricamente, siempre han propiciado más muertos que nuevos natos con garantías. Recordemos las guerras del zar contra Japón o las borbónicas por Europa. Ahora nuestra monarquía tiene que hacer un papel neutral para defender a su pueblo, aunque poco se la ve en los medios aportando su fortuna en este objetivo. De hecho parece alejada de la realidad nacional sin explicar la fortuna ilegal de Juan Carlos I y Felipe II. Y quedan atrás los pactos de esta monarquía con otras dictatoriales como la marroquí o la de los árabes. Y mucho más atrás, y donde nuestra monarquía no dijo nada sobre la invasión de Irak bajo las afirmaciones de Aznar de armas de destrucción masivas, que al final resultaron falsas. De aquello ahora sufrimos las amenazas de terrorismo islámico con calles cortadas y vigilancia perpetua en muchas ciudades. Pero lo más flagrante es que no ha aportado contingentes económicos para paliar la crisis económica de sus súbditos. En fin que esta monarquía parece olvidar la guillotina de la Revolución Francesa o el genocidio de la rusa. Quizás el Rey haya utilizado un periódico con mi foto para encender su hogar sin más consecuencias.