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domingo, 12 de marzo de 2017

VAGA 9 DE MARÇ

SINDICALISME INCOMPRENSIBLE. VAGA 9 DE MARÇ


USTEC, CCOO i algun sindicat més van convocar una vaga d’ensenyament per al passat 9 de març. Entre altres coses demanaven revertir les retallades fetes pel Departament d’Ensenyament ara fa uns set anys. Cal recordar que aquelles retallades impliquen que avui dia els professors treballin més hores de classe, amb més alumnes i amb menys nòmina. El que resulta paradoxal és que feia pocs dies que aquests mateixos sindicats ja havien signat un pacte amb Ensenyament per revertir les retallades. És més, USTEC i CCOO es mostraren eufòrics en declaracions als mitjans dient que era el millor pacte amb Ensenyament que recordaven. L’incomprensible d’aquestes declaracions és que aquest acord obliga a una hora més de permanència dels docents en el centre, tot el contrari de revertir les retallades (veure vídeo a: https://youtu.be/65QZ-Bjw8IQ). I és més, el pacte entre aquests sindicats i Ensenyament continua contravenint la llei d’educació, la LEC, on s’especifica clarament que del PIB autonòmic el 6 % ha de destinar-se a ensenyament. Desgraciadament avui dia no s’arriba ni al 3 %. Com es menja això? És una presa de pèl? Per sort un sindicat sí ha estat coherent. El Sindicat de Professors de Secundària es va negar a signar el pacte – estafa del febrer i ara al març no es va sumar a la vaga dels sindicats pactistes. De fet no tenia cap sentit fer perdre uns 100 euros de sou, el que perd un docent per un dia de vaga, si una majoria de sindicats havien signat obeir a Ensenyament. La coherència de Professors de Secundària s’explica perquè aquests són un sindicat específic de docència i sols format per professors llicenciats o doctorats que coneixen profundament l’assumpte educatiu des de dins, des de l’aula. Clar que potser altres sindicats consideren secundaris els de Secundària o veuen primaris els de Primària.
(veure vídeo a: https://youtu.be/65QZ-Bjw8IQ)

sábado, 11 de marzo de 2017

77. Familias desvertebradas

En sentido figurado, vertebrar significa estructurar algo correctamente. Por desgracia existen familias desestructuradas que eufemísticamente han sido bautizadas como desvertebradas. El denominador común de los hijos en el seno de estas familias es la falta de estima parcial o total durante su desarrollo infantil y juvenil. Ejemplos en donde se dan tales circunstancias pueden ser hijos no deseados, alcoholismo, malos tratos, drogodependencias, abandonos e incluso separaciones y divorcios violentos. Recuerdo un caso en donde la madre reclamó y rehusó la custodia de su hijo repetidas veces durante más de ocho años. El resultado en el chaval resultó terrorífico, el perfil típico que en breve describiremos.

En algunos casos la falta de cariño es sustituida por regalos que el niño encuentra contradictorios a falta de lo importante, un amor constante. El zagal no sabe si agradecer, devolver o romper el juguete. El perfil de estas familias muestra un total abandono de la prole sin pautas constantes en disciplina, amor, atención o control del entorno. Por otro lado, y en el caso que la pareja conviva bajo un mismo techo, existe una total discrepancia en los criterios educativos y el chaval utiliza todos sus recursos para salirse con la suya. A menudo los padres se asemejan en algo a los ausentes parciales con drásticos intentos educativos que pasan por largos periodos en donde reina la total negligencia. En ocasiones, y durante estos arranques pedagógicos, los progenitores se acercan al colegio con todo el decálogo de derechos aprendidos y se quejan del servicio educativo prestado. Exigen lo que ni ellos mismos son capaces de hacer, educar.

-        ¿Saben por qué mi hijo estaba el otro día por la calle y no en el colegio? – preguntaba un padre al tutor - Pues ahora se lo digo, porque ustedes no me lo comunicaron a tiempo. Ahora cuando lo encuentre, le caerá una buena.

No debe extrañar que con todo ello surjan hijos resentidos, agresivos y caraduras. Pillarlos en plena fechoría es como dar alas a su ego. Ante los demás pretenden sobretodo ganar el protagonismo que jamás tuvieron en el seno de su familia. Obviamente llevar mal los estudios e ir a su bola pasando olímpicamente de lo que se les diga, es una forma más que evidente de demostrar su resentimiento.

-        ¿Qué hacías copiando? – preguntó el docente al verlo otear el control del vecino con todo el descaro del mundo.
-        ¿Pero qué pasa? Yo no estaba copiando profe, estaba comparando resultados.
-        ¿Quieres que te ponga un cero?
-        Me la suda lo que me pongas.

    Responder con violencia y provocar miedo son el lenguaje que más han desarrollado estos escolares para defenderse de los demás. Agredir al más débil del grupo suele ser una estratagema frecuente para que nadie se le ocurra cuestionar su dominio, algo que le puede llevar a cometer maltrato o delinquir en su futuro. Empujones, golpes o incluso el uso de utensilios punzantes configuran sus artes marciales. En resumen, son individuos que se muestran ante los demás atrevidos, extrovertidos, provocativos y orgullosos, aunque en realidad son ansiosos de poder, débiles de autocontrol, egocéntricos y hasta con una autoestima y nivel de frustración muy bajos. No es nada extraño que lleguen a cometer delitos o que caigan en adicciones.

lunes, 6 de marzo de 2017

PRESENTACIÓ del FÒRUM per al PROGRÉS de l'ENSENYAMENT


Imatge inserida 1

ACTE PÚBLIC de PRESENTACIÓ

Debatran sobre el futur del sistema educatiu:

Senyor Francisco López Rupérez, ex president del Consell Escolar de l’Estat.
Senyor Lluís Font Espinós, president del Consell Escolar de Catalunya.

Dimarts, 28 de març, 19 hores, Sala d’Actes del Col·legi de Doctors i Llicenciats, Rambla de Catalunya, 8, Barcelona.


Es prega confirmació enviant un missatge a : forumensenyament@gmail.com 


sábado, 4 de marzo de 2017

76. Padres ausentes

        Pagar la hipoteca, las letras del coche, los créditos por los electrodomésticos e incluso aquellos caprichos que todos queremos nos llevan a ser unos esclavos del trabajo y de su reloj. O invertimos gran parte de nuestro tiempo en el mundo laboral o nos quedamos sin dinero. El escenario anterior presenta una contraprestación si se tienen hijos. Tanta esclavitud laboral por un salario que da de comer a los tuyos sirve al final para no poder atenderlos correctamente. Uno, y sin elegirlo apenas, se ha transformado en un familiar ausente.


-        Yo no puedo estar por mis hijos, no tengo tiempo. Trabajo mucho por ellos y así tienen lo que necesitan.

Tener un hijo implica quererlo y educarlo dedicándole el tiempo de calidad que sea necesario, por desgracia nuestro mundo laboral no siempre lo permite. Existen guarderías y colegios para nuestros vástagos pero éstos jamás podrán sustituir el rol familiar. En Estonia y Finlandia la administración promueve, ayuda, acompaña, refuerza e induce a la familia hacia su papel primordial, el educativo, pero en España ocurre todo lo contrario ya que el gobierno delega cada vez más dicha función al sistema escolar. En fin que el sistema educativo español no es equitativo y depende en gran parte del sistema familiar. Si padres o tutores saben preocuparse por la enseñanza de sus hijos, las probabilidades de éxito escolar son casi del cien por cien. Sólo aquellos casos excepcionales o clínicos se escapan a esta norma.
Visto lo anterior, los padres ausentes se hallan muy aislados con sus hijos. Recuérdese que la llegada a la adolescencia conlleva la soledad pubescente al romper la comunicación con los progenitores. Por eso los adolescentes se abren a un grupo o banda, a unas nuevas amistades ávidas de referentes. Si los padres ya pertenecían al perfil de los ausentes, el problema se agrava exponencialmente en la pubertad. El zagal defiende entonces que ya no es necesario explicar mucho en casa, que los padres no le comprenden y que se puede pasar dócilmente de los estudios. En definitiva, la confianza mutua ya no existe, el adolescente se cree con más derechos que obligaciones y los padres han perdido toda comunicación y autoridad. Lo grave es que recuperar ese puente es muy difícil si no existió durante la infancia. Algo que funciona muy bien, y que ya se comentó en este sentido, es comer sin el televisor para potenciar la conversación entre adultos y adolescentes. Por desgracia el progenitor ausente interviene poco en la vida del hijo y delega mucho a terceros como tíos, abuelos, hermanos mayores o al propio colegio. Los deberes escolares o las efemérides del día son escasamente conocidas por éste, lo que trae consigo que el alumno no reciba felicitaciones paternas por mérito alguno. El control de su entorno es muy bajo y el hijo se halla con gran libertad de movimiento con la televisión, Internet, amistades o paseos fuera de casa. A veces coincide este tipo de perfil con parejas separadas y/o familias desestructuradas. Bajo un influjo así el chaval no suele crear problemas de disciplina en el colegio pero cuelga los estudios sin hacer ruido. Lo podríamos calificar de pasota dócil. Nulo o inconstante en el trabajo escolar, recurre a cierto aislamiento cordial con el grupo, un holgazán simpático. Puede incluso que se justifique y te diga:

-        No voy a estudiar porque quiero trabajar, por desgracia hasta los dieciséis no me lo permiten.

En casa no insiste demasiado en que se le compre algo, está acostumbrado a buscarse la vida y a no pedir a quien poco está en el hogar. Suelen desarrollar más la introversión que la extroversión pero siendo fuertes psicológicamente. El riesgo de fracaso escolar repitiendo curso es muy elevado. En fin, que para evitar ser un educador ausente, y desde alevines, reorganice su horario laboral para aproximarlo al máximo al de su pareja e hijos, lo contrario sería trabajar mucho para exigir más a los otros por la educación de sus retoños. En caso contrario, y si le resulta imposible, no se equivoque, no se crea culpable. Busque quien pueda acompañar bien a sus hijos y en tiempos libres que vengan a usted.

Me contaban un día que un padre se exaltaba ante un profesor diciendo:

-        Mire Rabadà, yo trabajo mucho fuera de casa para darle un futuro a mi hijo. ¿Quererlo? Él ya sabe lo mucho que le quiero. Siempre he dejado que mi hijo sea responsable, pero es la primera vez que me entero que se porta mal en clase – se refería a desafiar y faltar al respeto a los docentes -. Cuando le pille en casa se va a enterar.

El chaval estaba incubando la adolescencia y ahora empezaba a revelarse en contra de sus adultos. El padre, severo y preocupado, intervenía en la educación de su hijo en momentos puntuales, es decir, cuando las cosas se salían de madre. Cuando así lo hacía era de forma enérgica y contundente. Él era un progenitor que pertenecía al perfil de los ausentes parciales. Los padres dentro de esta tendencia son inconstantes en disciplina y en tiempo de calidad hacia sus hijos. Esa contradicción de periodos de ausencia y periodos de severidad traen consigo un adolescente confuso que desarrolla un personaje provocador y ruidoso en el aula. Son padres que no suelen reír las gracias de sus hijos y que no les justifican en demasía. De todas formas, y en algunas ocasiones, desarrollan el papel de amigos de su prole comprándoles algunos caprichos caros. En tal contexto no es de extrañar que los púberes no entiendan los cambios de exigencia y de disciplina en el hogar, situación que les empuja a ser provocativos y a tomar sus decisiones independientemente de las consecuencias que con ello puedan sobrevenirles.

Hoy salgo con mis amigos aunque me lo prohíbas.

Por otro lado, su nivel de trabajo se vuelve inconstante y su rendimiento académico con elevado riesgo a repetir. De todas formas no suelen ser chavales insistentes en sus caprichos. Psicológicamente presentan una buena fortaleza y en su entorno son sociables y abiertos.

lunes, 27 de febrero de 2017

75. Educadores justificadores


        Ver la paja en ojo contrario pero no ver la viga en el tuyo es harto común en los humanos. A menudo nos percatamos de los defectos ajenos y nos cuesta horrores reconocer los nuestros. A todo esto se le llama error por subjetividad. La evaluación de nuestros hijos está llena de ésta por una simple razón, el amor que sentimos por ellos. En fin, que el querer no resulta una lente objetiva. Recuerdo el caso de una madre que ante todos los suspensos de su hijo le justificaba así:

-        El niño estudia mucho, ¿sabe? El otro día se pasó tres horas en su habitación sin poner la tele.

Pero no estudió, sólo apagó el televisor, algo que no explicaba los suspensos en educación física, ética y plástica. Otra madre argumentaba:

-        Es culpa de los profesores, todos le tienen tanta manía a mi Christian, que por eso suspende todas las áreas.

Una tercera afirmaba:

-        Mi hijo en mates, es que verá, no es bueno. Las mates, es que le cuestan mucho, ¿sabe? Él sólo estudia lo que le gusta.

Y una de las peores se quejaba a un profesor de la siguiente forma:

-        ¿Qué mi hijo es soberbio? Todos los adolescentes lo son. Yo me pregunto entonces que nivel de soberbia es capaz de admitir usted como docente. Él, mi hijo, es como yo, y le comprendo perfectamente. Yo hago igual que él.

Ser soberbia. Y no había duda que así lo hacía. Añadiré lo que luego dijo el padre de este alumno durante la misma entrevista:

-        ¿Me está diciendo que mi hijo no se comporta bien en clase? Usted a mi hijo no le conoce en absoluto, él es muy sensible, hasta defendió el NO a la guerra de Iraq, ¿por qué no se meten con otros de su clase que fuman porros, van rapados y llevan símbolos nazis? Yo conozco muy bien a mi hijo, cosa que usted no. Deje que yo le eduque y usted dedíquese sólo a enseñar.

Pero quizás el caso más triste, y real como todos los anteriores, fue el de un zagal muy díscolo y expedientado por todo el claustro en donde la madre le justificaba sentenciando:

-        Ustedes se lo han inventado todo. Sepan que mi hijo, a mi, jamás me mentiría.

Y si quieren añadamos otras afirmaciones de otros progenitores como: yo, a su edad, era igual y hacía lo mismo, u otra como, pero si es un niño, deja que haga lo que quiera, tiempo habrá que la vida le haga sufrir. En fin, que los padres justificadores existen, nada más releer los casos anteriores salta a la vista, pero ¿cómo pueden ellos saber que lo son? Y lo más importante, ¿qué consecuencias acarrean en el comportamiento de sus hijos?

Vayamos por partes, los padres justificadores defienden a ultranza a su prole consciente o inconscientemente a pesar de la culpabilidad probada de ésta. Suelen ser padres que felicitan cualquier mérito de sus hijos, les ríen la mayoría de gracias y les compran muchos artículos de consumo. Puede que dediquen mucho tiempo a sus hijos pero luego les dejan demasiada libertad de elección.

-        Mi Oriol no vino al cole ayer para estudiar en casa de su compañera de clase – añádase al asunto que Oriol jamás estudiaba y que la compañera era algo más que eso -. Y como se les hizo muy tarde estudiando, pues claro, le dejé que se quedara a dormir en casa de su compañera de clase. A la mañana siguiente, y cansados como estaban, no pudieron ir al colegio. Por eso llegaron al centro a las tres de la tarde, como usted ya fue informado.

Las justificaciones maternas al estilo anterior hacen que los hijos se adapten al ecosistema y a vivir que son tres días, más algunas noches de goce con la compañera. Los así adolescentes se transmutan en sujetos orgullosos y engreídos. Su autoestima y orgullo son tan fuertes que suelen mirar por encima del hombro al docente, todo ello a sabiendas que sus progenitores vendrán en su ayuda si lo necesitan, unos padres blandos, protectores, compradores y muy amigos de sus hijos.

-        ¡Que a mi no me ralles! ¡Que no me digas nada tío! ¡Que ya hablará mi madre contigo! ¿Te enteras profe? ¡Que me das asco!

¿Y los trabajos de estos alumnos en clase? Pues son nulos o inconstantes. Cuando lo necesitan se ponen las pilas y, si se lo proponen, aprueban, por lo que no suelen repetir curso aunque sí afectan a la mayoría del grupo con sus arrebatos en el aula. La causa de todo esto es que en el colegio hay normas y en la familia no las hay. Ante esta contradicción cabe preguntarse, ¿quién debe adaptarse a quien? Recuerdo a cierto pedagogo reformista declarar por televisión que los colegios deben adaptarse a las nuevas familias, que hay que hacer un esfuerzo para asimilar mejor la falta de disciplina familiar. En fin, y con ironía, que deberíamos dar la razón a la madre que dijo:

-        Mi hijo, a mi, jamás me mentiría.

Por desgracia éste se volvió popular por sus hurtos y fechorías. Como decía Inger Enkvist en su libro La Buena y la Mala Educación.

Si los padres defienden automáticamente a sus hijos en un conflicto sin averiguar antes lo que ha sucedido, están socavando no sólo la autoridad de la escuela, sino también la suya propia ante el hijo.

jueves, 23 de febrero de 2017

Xavier Melgarejo R.I.P.

Esta semana nos dejó un grande de la educación. Desde su honradez, humanidad y humildad, el doctor en pedagogía, Xavier Melgarejo, nos regaló sus amplios conocimientos sobre un sistema educativo exitoso, el finlandés, un sistema que él mismo estudió y se ganó a pulso sin ayuda institucional alguna. Para quien conociera a Xavier, éste fue, y por encima de todo, un espíritu bondadoso lleno de lucha, perseverancia y amor. Pero que no se engañe el lector ya que él, como tenaz y práctico pedagogo, exudó crítica, sinceridad y acidez hacia la mediocridad institucional. Finalmente su lucha contra el cáncer le reforzó el valor que ya sentía por algo que continuamente se nos escapa de las manos, el tiempo. Ahora el cáncer le arrebató todo y sólo nos dejó su espíritu. Por mi parte añoraré, añoro, nuestros encuentros personales y profesionales. Que tu buena enseñanza nos acompañe.