Ya se ha demostrado que el éxito de un buen sistema de
enseñanza se halla siempre en infantil y primaria. De allí, un mínimo de un 15
por ciento de los alumnos fracasan por disfunciones no diagnosticadas ni
tratadas, y otro 15 por ciento de un modelo pedagógico teórico y sin una
Enseñanza Múltiple Contrastada. Sumadas las dos se acercan tremendamente al 30
por ciento de fracaso total nacional. Las causas clínicas del descalabro
escolar ya se indicaron al exponer los resultados del informe Evaluación y
Tratamiento Psicopatológico en el Fracaso Escolar y Académico presentado en
julio de 2015 por el Hospital de la Vall d’Hebron. Ahora cerraremos el libro
centrándonos en las causas adquiridas.
En mayo de 2014 la prensa se hizo eco de unos estudios que explicaban las
causas pedagógicas del batacazo escolar. Desgraciadamente muchos docentes,
algún sindicato y asociaciones de padres llevaban décadas denunciando esas
mismas razones pero sin éxito patente. Prueba de ello fueron la multitud de
libros que ya hemos comentado en otros apartados. Pero la política de este
país, alejada de realidades demostradas, de formación más humanística que
científica, y pendiente de qué dirá la oposición, hizo caso omiso a todos
aquellos datos. Por desgracia había hecho más caso a teóricos alejados del aula
que a los que trabajaban en ella.
El primer estudio aplaudido por los medios aquel mayo fue el presentado por
la Fundación Jaume Bofill. En este se había observado que cerca del veinticinco
por ciento de los padres no ayudaba ni repasaba las tareas escolares de sus
hijos, un dato que encajaba con el casi treinta por ciento de malogro escolar
en secundaria. Desgraciadamente hacía décadas que docentes y sindicatos como
ASPEPC-SPS denunciaban lo mismo sin ser escuchados apenas. En fin, que un
escolar sin rutinas ni hábitos de estudio hogareños solía fracasar. El segundo
estudio difundido aquel mayo fue un artículo publicado en la revista PNAS por
los sociólogos Yu Xie y Amy Hsin. Ellos, y tras años de investigación, habían
llegado a la conclusión que el esfuerzo era más importante que el talento, que
si el sistema educativo no educaba en este sentido, y con gran independencia de
los potenciales innatos de los chavales, éstos no podían alcanzar resultados
adecuados. En la misma línea el sindicato ASPEPC-SPS había publicado artículos,
hasta organizado las Primeras Jornadas de Secundaria en 2012, llegando a
idénticas conclusiones. En fin, que se llevaban muchos años sabiendo las causas
del problema pero la incertidumbre política y la de sus asesores habían
frustrado todo intento de solución desde los centros educativos. Miles de
excusas dieron algunos expertos pero hay algo muy simple, la verdad
quiere pocas palabras, el fracaso nunca tiene suficiente.
Visto todo lo anterior, la mejora en la enseñanza no
vendrá de la política, y ni mucho menos de sus asesores, sino del compromiso
entre padres y docentes bajo una Enseñanza Múltiple Contrastada. Este libro así
ha recopilado todo un corolario de estrategias que simplemente funcionan
evitando pedagogías teóricas que fracasan. Ya se sabe que es mejor prevenir que
curar, y para prevenir alumnos díscolos, pasotas y fracasados sólo hay que
evitarles una mala educación de raíz, y en caso de padecer disfunciones, ser
diagnosticados y tratados de pequeños. Durante la más temprana infancia, y
tanto en la familia como en el colegio, deben existir una serie de acciones que
eviten así el naufragio escolar, acciones de probado éxito y que ahora
resumiremos.
En diciembre de 2012 la OCDE volvió a ratificar que
España ostentaba el récord de fracaso escolar en la Unión Europea, algo que
ocurrió en plena polémica con la nueva ley de educación, la LOMCE del ministro
Wert. Poco antes del informe de la OCDE se habían convocado en el Col·legi de
Doctors i Llicenciats de Catalunya en Barcelona unas jornadas educativas que
los medios de comunicación no atendieron. El viernes 30 de noviembre de ese año
se celebraron las I Jornades de Secundària para debatir concretamente las
causas y las soluciones del desastre escolar nacional. Cuatro expertos de
renombre como Inger Enkvist
de la Universidad de Lund en Suecia y miembro del Consejo Sueco de Educación,
Ricardo Moreno catedrático de Matemáticas y autor del libro El Panfleto
Antipedagógico, Oriol Pi De Cabanyes antiguo docente y periodista de La Vanguardia y Gregori Luri pedagogo, catedrático de
Filosofía y autor de La Escuela contra el Mundo, expusieron sus datos y resultados al respecto.
Se añadieron a ellos más de cien docentes con
experiencia probada que manifestaron sus acuerdos con los conferenciantes. El
resumen de las jornadas fue enviado a los medios de comunicación, al
Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya y al resto de partidos
políticos. ¿Que por qué actualmente nuestros estudiantes suspenden más? Pues
porque estudian menos. Así de simple. Quien quiera ahora que lo complique pero
vistas las causas hay que preguntarse lo siguiente, ¿cómo resolver entonces el
hundimiento escolar vigente? En caso de falta de capacidad por disfunciones
cognitivas o sensoriales hay que diagnosticarlas y tratarlas ya en infantil y
primaria. En caso que el alumno con capacidades simplemente estudie menos caben
las siguientes soluciones.
Primero debemos evitar a los pedagogos teóricos, que
alejados de las aulas redactaron una LOGSE, una LOCE, una LOE y ahora una
LOMCE, haciendo imposible el correcto desarrollo de la actividad docente en las
aulas. Como en
breve argumentaremos, la pedagogía no puede hallar la solución al chasco
escolar vigente. Lleva casi un par de siglos probando experimentos educativos y
la cosa sigue igual o peor. En este sentido los cuatro
expertos de aquellas jornadas respondieron lo mismo por separado. Todos ellos
afirmaron con rotundidad que si hoy mismo se cerraran todas las facultades de
pedagogía, el sistema educativo nacional no sufriría declive alguno, es más,
mejoraría. Y uno de ellos es pedagogo.
Segundo, es muy importante que desde niños, tanto en casa
como en la escuela, reine un ambiente de orden, silencio y concentración para
facilitar la memorización y la comprensión de conceptos.
Tercero, la existencia desde muy pequeños de rutinas en
clase y en casa a nivel de trabajo, estudio y descanso. Y en caso de ver
anomalías rápidamente hallar la intervención de expertos que corrijan
dislexias, faltas de lateralidad o problemas de percepción, algo que ya se ha
insistido en todo el libro.
Cuarta, los alumnos necesitan ya en primaria maestros con
excelentes conocimientos en su especialidad y con un dominio rico, elegante y
preciso de los idiomas oficiales.
Y quinta y última, mucho esfuerzo aprendido, enseñado y
adquirido ya desde infantil y primaria para alcanzar un alto nivel de
comprensión lectora y sintaxis. Sin destreza en el lenguaje no se pueden
comprender, memorizar o expresar los conocimientos.
Con los preceptos anteriores el sistema educativo formará
personas cívicas, profesionales expertos y mentes críticas en base a
conocimientos reales. En caso contrario estaremos derrochando mucho dinero en
nuestros centros educativos para repetir los errores pedagógicos de los últimos
más de cien años. Aun así, los pedagogos insisten que hay que invertir más
dinero en sus teorías pero desgraciadamente estas divisas llegan más a
la burocracia formada por los teóricos de la educación que a las aulas. Cabe
añadir que entre el 2000 y el 2010 el gasto en educación española aumentó casi
un 30 por ciento mientras, y según todos los informes PISA, descendían los
resultados académicos de nuestros estudiantes. De todas formas, y durante la
crisis económica del 2008, los recortes aplicados en educación evidenciaron que
España no estaba apostando por el conocimiento. Es más, se invertía más en
turismo que en educación. El Gobierno Balear de Bauzà, que daba prioridad al
turismo, invertía tres veces menos que la media europea en educación. Países
como Dinamarca o Estados Unidos invierte un 8,7 por ciento de su PIB en
educación con índices de desempleo muy bajos y con una gran competitividad
empresarial (en España se invierte cerca
de la mitad, sobre el 4 por ciento). Y otro dato, el 44 por ciento de
los doctores formados en Estados Unidos halla trabajo en el sector productivo
mientras que en España la cosa no llega al 12 por ciento. La inversión en
educación, en investigación y en I+D se halla ligada a todo lo anterior. Cuando
Finlandia pasó a invertir tres veces más en investigación que en España, el
número de sus patentes subió exponencialmente, es decir Unamuno se equivocó con
su que inventen ellos.
Pero ya hemos demostrado que tanto
la inversión en educación como el perfil de los educadores no devienen el
factor diferencial que justifique nuestro treinta por ciento de fracaso
escolar. Es obvio que tanto docentes como progenitores
educamos bajo muchos errores. La lista de perfiles defectuosos en un lado y en
el otro es muy larga. Profesores blandos, ignorantes y pasotas vienen seguidos
de padres protectores, justificadores y ausentes, todo un corolario de gazapos
que nos dicen que simplemente no somos ni mejores ni peores que el resto de
Europa. Y es más, el porcentaje de malos educadores es muy bajo. La mayoría
tiene claro lo que la familia puede exigir a su centro para que éste alcance la
excelencia, pero también lo que ésta debe o no debe hacer para educar en casa y
fomentar esa excelsitud entre sus hijos. Es obvio que sin padres los maestros
no tendrían trabajo, hacen falta hijos para llenar escuelas, pero sin docentes
no se enseñarían los conocimientos correctos que necesita nuestra sociedad, y aún
menos se habrían recogido todas las estratagemas de este libro bajo la EMC, la Enseñanza Múltiple Contrastada. Lo
más paradójico de todo ello es que quienes deberían arbitrar entre familias y
docentes para mejorar nuestro sistema educativo, los gobernantes, todavía
siguen lejos de la realidad pero cerca de pedagogos teóricos que acusan a los
docentes de estar detrás del fiasco académico. Mientras los demagogos continúan
debatiendo leyes sin consenso que no sólo no han mejorado la enseñanza
nacional, sino que la han empeorado. Muchos políticos han utilizado los
informes PISA con intenciones partidistas para criticar el sistema escolar sin
analizar globalmente todo el sistema educativo. Es decir, no han procurado
hallar y aplicar medidas correctoras reales como, por ejemplo, sí hizo Estonia.
Esta nación alcanzó así una envidiada excelencia y su equidad educativa. Si en
España por los años 80 se logró un consenso entre todos los partidos a nivel de
sanidad, ahora debería ocurrir lo mismo con la enseñanza.
Pero por desgracia la
hipocresía política entre gobierno y oposición ha empeorado el sistema de
enseñanza nacional por falta de un consenso entre partidos, por la ausencia de
una visión estratégica conjunta y por culpa de una miopía sólo centrada en la
escuela como sistema escolar. Los gobernantes en sus leyes han olvidado todos
los demás factores del sistema educativo como son las familias, las empresas y
los medios de comunicación. En resumen, que España es un gigantesco, inmenso e
infinito dinosaurio que nadie sabe como alentar por una simple razón, yace
muerto educativamente. Un profeta dijo que la verdad nos hará libres, pero para
alcanzarla hay que saber contrastar verdades, evitar los engaños de quienes
puedan manipularnos y finalmente tomar las decisiones correctas. Sólo si se
ostenta una enseñanza de calidad se garantiza la libertad de criterio y de
elección correctas en nuestra democracia, en caso contrario ésta expirará bajo
la mediocridad de los estúpidos, los intereses de los pícaros y la manipulación
de los perversos. Y mucho hay de ello en nuestros políticos y en sus asesores
en educación. Los creyentes en la arcaica pedagogía teórica andan proponiendo
teorías globales desde hace más de cien años bajo conceptos abstractos como la
libertad, la creatividad y la felicidad del niño. Todo ello con la fatua
ilusión de hallar una técnica mental universal para el aprendizaje fácil y
feliz. Por desgracia todas estas esperanzas low cost no han logrado
jamás reducir globalmente el fracaso escolar en todos nuestros centros
educativos, más bien lo contrario, al sustituir el saber real por felicidad outlet
lo han alentado. El idealismo alemán, la pedagogía progresista, la pedagogía de Clarapède, el constructivismo de Piaget, la pedagogía Summerhill, la pedagogía de Tonucci, la escuela inclusiva, la pedagogía crítica, las inteligencias múltiples y la escuela por
proyectos llevan más de cien años predicando la imaginación, la felicidad y la
creatividad individuales como teoría central de un aprendizaje espontáneo en la
especie humana. Y aunque alguna de ellas haya podido funcionar localmente en
alguna escuela, lo hizo cuando el sistema educativo global estaba por la labor,
es decir cuando administración, terapeutas, familia y centro educativo
ostentaban un gran nivel de compromiso y conocimientos eficaces. Dicho en otras
palabras, toda innovación funciona bien entre los alumnos que ya aprueban pero
no saca de su pozo a los que suspenden una y otra vez, a no ser que haya una
profunda dedicación médica y educativa sobre estos zagales. Por lo tanto el
gran problema de las pedagogías teóricas es que jamás logran tener éxito
universal. Cuando estas hipótesis educativas han sido aplicadas bajo leyes
nacionales no han reducido el desastre escolar sino que lo han aumentado. Lo
anterior nos debe retar a preguntar algo muy simple, ¿por qué fracasan tanto?
Pues estas son las respuestas.
Primero, las pedagogías teóricas buscan cambiar la
educación bajo UN SOLO PRECEPTO BÁSICO SIMPLIFICADOR que haga del aprendizaje
algo fácil y feliz para cualquier niño, pero la enseñanza no responde a un
único factor general y primordial sino a un entramado de causas y efectos de
alta complejidad que sólo grandes docentes llegan a vislumbrar. Debería
realizarse una gran tesis doctoral sobre enseñanza para poder opinar con rigor
y criterio al respecto. El sistema de enseñanza es tan complejo que no existe
un principio organizador sencillo en donde hallar una teoría pedagógica real.
Perseguir eso es no darse cuenta de la diversidad del sistema y de nuestra
mente. Sólo cuando todas las partes se hallan implicadas y coordinadas en
prácticas de eficacia comprobada se reduce el fracaso escolar. Es decir cuando
leyes, administración, centros y familias siguen praxis demostradas y
diagnósticos acertados, la pérdida escolar cae bajo mínimos. De ello la
propuesta de esta investigación bajo la Enseñanza Múltiple Contrastada más los
diagnósticos psiquiátricos de disfunciones en infantil. Desgraciadamente, y
pese a la complejidad extrema del sistema educativo, muchos pedantes se sienten
capaces de opinar al respecto con toda impunidad, mucha temeridad y escasa
capacidad. Desde políticos ingenuos hasta prepotentes sin perspectiva, pasando
por pedagogos que no imparten clases y otros supuestos expertos, todos se atreven
a opinar sobre enseñanza sintiéndose plenamente autorizados en ello. Tal
atrevimiento resulta totalmente falaz, equívoco y perverso, sobretodo cuando
muchos de ellos no se atreven a opinar sobre la reparación de su ordenador, de
su coche, o sobre el diagnóstico de cáncer dado por su oncólogo. El educativo
es un sistema todavía más complejo, caótico y multifactorial que un ordenador
personal, un motor de explosión o que una metástasis corporal. La razón es
simple, sabemos como funciona un xip, un coche y un tumor pero desconocemos
todavía como nuestra mente aprende. No obstante, y hoy en día, se opina,
critica y exige tanto al sistema de enseñanza que parece un partido Barça –
Real Madrid, todo el mundo sabe de fútbol pero nadie juega en el campo.
Segundo, todas la pedagogías antes mencionadas se definen
como innovadoras contraponiéndose a otras didácticas actuales. En ello
confunden innovador como mejor, y malo como presente. Es decir, les resulta más
fácil atacar y desprestigiar la didáctica profesional que sustituirla por
prácticas eficientes. Ello lo perpetran por un simple hecho, no las conocen.
Aún así las pedagogías teóricas siguen llamándose a si mismas innovadoras
aunque hundan sus raíces pretéritas en el idealismo alemán del siglo XVIII, en
su posterior pedagogía progresista del XIX o en su heredero constructivismo de
inicios del XX. Es decir, como mínimo tienen más de dos siglos y por tanto poco
de innovador pueden acreditar. Sólo los ignorantes en historia se obstinan en
llamar innovadoras a las pedagogías teóricas. Además no se trata de innovar el
sistema educativo, se trata de mejorarlo. Queme usted su hogar y lo habrá
innovado pero en el caso que crea que lo ha mejorado, no provoque un incendio
en casa de los demás. Este ha sido el error de las pedagogías teóricas, les ha
parecido muy divertido organizar unas fallas valencianas en vivienda ajena.
Tercero, todas las pedagogías anteriores se preocupan más
de la felicidad del infante que de las necesidades de la sociedad en su
conjunto. La felicidad resulta un concepto abstracto y relativo que cambia
radicalmente si lees al socrático Platón, al constructivista Piaget o al
nacionalsocialismo de Mi Lucha. Por tanto, y si no hay acuerdo universal
en el concepto de felicidad, resulta vana toda pedagogía que se fundamente en
un término tan subjetivo, inconcreto e intangible. En cambio sí se está
mayoritariamente de acuerdo que la enseñanza debe llenar a los individuos de
conocimientos reales para su óptima inserción útil, cívica y cultural en la
sociedad adulta. Sorprendentemente la rudimentaria pedagogía teórica no está de
acuerdo con la memorización del saber.
Cuarto, y lo más obvio, mientras no sepamos como capta,
compila y transcribe nuestro encéfalo la información, poco podremos teorizar de
cual es la mejor pedagogía para el aprendizaje. Sin saber hoy en día como
nuestra mente memoriza y ordena los conocimientos resulta dar palos de ciego
cualquier hipótesis que asegure saber como hacerlo de manera fácil y feliz.
Nuestra mente adquiere y cataloga las enseñanza de muchísimas maneras
desconocidas por lo que no puede existir una pedagogía central y única del
aprendizaje cómodo y alegre. De hecho lo poco que científicamente sabemos de
nuestro encéfalo no encaja con ninguna de las pedagogías teóricas anteriores.
Por ejemplo: no existen inteligencias múltiples confinadas en zonas cerebrales
distintas, pero sí ignorancias múltiples para quien lo defiende; no hay
conocimientos previos en el individuo sin la instrucción de un educador docto;
y por último la mente humana tiene adaptaciones claras al premio y al castigo
para hacerse adulto con esfuerzo, todo ello muy lejos de la antigua pedagogía
del aprendizaje libre, fácil y espontáneo.
Quinto error, sin conocer todavía como funciona la
compilación y encriptación de datos en nuestro encéfalo, la idealista pedagogía
teórica ha elaborado muchas conjeturas para luego diseñar estratagemas en el
aula, es decir, ha construido la casa desde el tejado. Pero en cualquier
ciencia básica primero son los datos experimentales y luego la elaboración de
una teoría. Primero debemos recopilar todas aquellas técnicas que mejoran el
aprendizaje en el aula, nuestra EMC, y después construir, si es que existe, una
didáctica global. Por ahora, y sin saber como funciona la compilación y
encriptación de datos en nuestro encéfalo, no podemos todavía desarrollar una
teoría educativa correcta. Por tanto, y lo único que podemos hacer es registrar
y ordenar todas aquellas estratagemas didácticas que han demostrado su
efectividad contrastada en la enseñanza. Este es el objetivo de la EMC, la
Enseñaza Múltiple Contrastada. Toda técnica que haga aprender ha sido fruto de
muchas pruebas y errores. Éstas se han adaptado a nuestro cerebro dándonos
pistas de cómo realmente éste funciona. Hacerlo al revés, proponer una teoría y
luego un experimento, es saltarse la lógica del método científico
contraviniendo los datos neurobiológicos actuales. De hecho esta es la forma
como trabaja la descabezada pedagogía teórica. Así se explica que llegue a un
total absurdo ya que nos impone como debe aprender nuestro cerebro pero no nos
explica como realmente lo hace.
Sexto, la descabellada pedagogía teórica no resulta
ciencia alguna ya que carece de paradigma único consensuado. Las ciencias como
la Biología, la Geología, la Física o la Química tienen su teoría global que
permite explicar como funciona la realidad y hacer ciertos pronósticos. La
pedagogía, en cambio, con sus muchas teorías durante la historia, no ostenta
paradigma central alguno ni nos explica como funciona la mente humana, y ni
mucho menos puede prever qué aprenderá un chaval. Sólo hay que ver todas las
teorías pedagógicas que fracasan universalmente para darse cuenta de este
hecho. Desde la pedagogía progresista y la pedagogía de Clarapède pasando por el constructivismo de Piaget y la pedagogía Summerhill, hasta llegar a la pedagogía de Tonucci y a la de las
inteligencias múltiples se ha cruzado todo un muestrario sin paradigma central
alguno. Ya hemos detallado por tanto, que la antediluviana pedagogía teórica no
es una ciencia contrastable sino muchas imaginaciones sin fundamentos reales,
algo menos que un autoengaño bajo una creencia demagógica. En fin que la
pedagogía teórica, sin saber como trabaja nuestra mente, propone hipótesis a
ciegas sin hechos neurobiológicos que la respalden. Es así de simple y nada
más. Se insiste, la centenaria pedagogía teórica no tiene fundamentos
científicos ya que ha creado quimeras educativas desde la nada más absoluta. El
científico honesto sabe lo que el presente le brinda pero desconoce lo que el
futuro le deparará. El pedagogo teórico ignora lo que la neurobiología le
brinda pero afirma lo que el futuro nos deparará. Por desgracia el futuro es
incierto y creerse, sin hechos contrastables, con la verdad educativa resulta
pura prepotencia. Todo ello explica que llevemos más de cien años con
experimentos pedagógicos que no mejoran el rendimiento escolar, todo lo
contrario, lo entorpecen una y otra vez. En enseñanza hay que ir siempre sobre seguro. Nuestros
alumnos no son ratas de laboratorio, son nuestra más preciada inversión. Por
tanto hay que enseñarles a través de una Enseñanza Múltiple Contrastada y no
con más experimentos pedagógicos. De otra
manera estaremos empezando la casa por el tejado sin fundamento sólido alguno.
Por ahora, y sin saber como funciona el cerebro humano, debemos fiarnos de las
prácticas que países, centros o docentes aplican con éxito para construir un
marco legal consensuado que proteja tales praxis. Con ello crearemos una
Enseñanza Múltiple Contrastada fundamentada en hechos, y no en hipótesis
imaginarias, que deberemos ampliar a medida que lleguen más métodos eficaces.
Este es un proyecto abierto que ahora empieza, una nueva perspectiva que
deviene como algo realmente innovador. Éste ha sido el objetivo de este ensayo,
evolucionar para mejorar la enseñanza y así reducir el fracaso escolar vigente.
Toda educación debe resistirse a la aplicación de las pedagogías teóricas.
Éstas llevan décadas entorpeciendo la didáctica docente. En caso de seguirlas a
nivel estatal abonaremos nuevamente la pura creatividad de los ilusos
repitiendo una y otra vez los errores de los últimos cien años. La antigua
pedagogía teórica no es una ciencia, es una creencia.
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