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miércoles, 25 de enero de 2017

64. ¿PROFES COLEGAS DE LOS NIÑOS?

Jesús decía de los niños, dejad que se acerquen a mi, pero no que le tomaran el pelo. Hay expertos que pregonan la igualdad entre alumnos y profesores bajo el precepto que se debe enterrar aquel docente franquista autoritario de antaño a cambio de potenciar la democracia vigente. Lo curioso del caso era que el enseñante autoritario que estos teóricos destruyen jamás fue franquista, ya existía en la república, e incluso mucho antes en Babilonia. La escuela de la disciplina y el orden extremo se creó mucho antes que la Guerra Civil dejara el país en manos franquistas. Republicano, fascista o anterior, aquel colegio de golpes y tortas era un extremo que quienes las recibieron pensaron en extinguir. Por eso ahora hay algunos pedagogos teóricos que defienden que los docentes jamás deben proferir presiones a los alumnos, todo lo contrario, que deben argumentar y dar todo tipo de explicaciones a los escolares ante cualquier decisión que les afecte. Insisten estos expertos que el esto se hace porque lo dice el maestro, debe extinguirse por completo para que los profesores se transformen en alguien cercano a los alumnos, es decir, un profesor progre y amigo de sus alumnos. Ya se sabe que ser colega de un menor no asegura su confianza. Si un adolescente ve a un adulto como a un camarada difícilmente le hará caso ante una orden o una sanción merecida. Y no se está hablando de pegar a los alumnos, algo que la ley ya prohíbe, sino de no dirigirnos al otro extremo, el de unos docentes camaradas. Y ojo, que entre amigos también se las dan y se condena.

En un instituto de Gavà en Cataluña hubo un profesor de historia que les comentaba a los chavales que los porros no eran malos, que no enganchaban, que su hija los había fumado y que nada malo le había ocurrido. Añadía que el hachís no era el camino a otras drogas duras. Durante las excursiones si los alumnos fumaban marihuana, este docente miraba hacia otra parte. Además su forma de evaluar era del todo progre ya que sólo exigía trabajos sin examen alguno dedicando gran parte de las clases sólo a ver películas. El se proclamaba a si mismo anarquista aunque votara a otros partidos y defendiera el comunismo entre sus alumnos, algo nada objetivo en sus clases de historia. Su afán de protagonismo entre sus estudiantes le llevaba a mantener amistad, según él, con sus jóvenes adolescentes. Su perfil colega y cercano a los alumnos le llevó a liarse con una de sus alumnas veinte años más joven. En fin, que por huir del autoritarismo arcaico escolar se llegó al otro extremo de la balanza sin quedarse en el término medio, la autoridad docta y objetiva, que no el autoritarismo. En fin, este profesor amigo adoctrinaba y manipulaba a sus escolares, o dicho de otra manera, abusaba de su posición superior en conocimientos y autoridad.

Conseguir que un grupo de adolescentes crea en un adulto reviste todo un arte que el educador debe manejar con gran pericia. El docente amigo de sus alumnos difícilmente alcanzará tal cima educativa, aunque si podrá manipular y adoctrinarlos. El secreto de ser justo y enseñar verdades reside en ser objetivo y saber imponerse ganándose su confianza. Si los alumnos así acceden, se hallan ante una autoridad sin autoritarismo aunque pudo haberlo inicialmente. Por desgracia la igualdad entre educadores y escolares que defienden algunos expertos es una utopía que ha hecho mella en los alumnos.

-        Se lo diré a mi padre y ya verás como te pondrá luego el consejo escolar – amenazaba un escolar a un docente.

La democratización del aula, con su consecuente ausencia de autoridad, también llega a veces a la familia. Algunos padres influenciados por este progresismo mal entendido afirman que son muy amigos de sus hijos, en fin que la democracia se comprendió fatal. Para votar hay que saber y ser adulto, ¿o acaso defenderemos que nuestros alevines puedan votar al presidente del gobierno?, ¿se imaginan lo fácil que sería manipular su voto? Ocurrió por los años veinte en Estados Unidos que el candidato a la presidencia, el demócrata William Jennings Bryan, manipuló la educación en muchas escuelas. Éste presidenciable afirmaba que la Teoría de la Evolución de Darwin era falsa en defensa del creacionismo. Hoy en día, y por culpa de esa manipulación, en Arkansas, Tennesee y Mississippi un cuarenta  por ciento de los alumnos de entonces cree que hace unos 10.000 años Dios lo creó todo. Es obvio que jamás deben confundirse esos dos mundos en la educación, el de los educadores que deben enseñar realidades y el de los escolares que deben aprender sin manipulaciones. Los primeros poseen libertad a cambio del peso de las obligaciones, los segundos deberían aprender el equilibrio entre ambas. Como dijo el escritor Fernando Savater.

Los maestros deben ser conservadores hoy por rectitud de conciencia para que algunos alumnos puedan mañana ser revolucionarios con conocimiento de causa.

No es aconsejable que seamos colegas de los adolescentes ni que los docentes lo sean también. En el tan aplaudido modelo finlandés y estoniano se practican tres premisas que les otorgan el mayor éxito académico de toda Europa, su conservadurismo, su profesionalidad y su autoritarismo. En los modelos educativos anteriores no se cometieron los errores de nuestro país. Cabe indicar aquí que en el aula no deben confundirse los siguientes conceptos. Lo que viene a continuación es del profesor Ricardo Moreno.

Primero, la flexibilidad de las normas que defienden algunos pedagogos no debe confundirse con la ausencia de éstas. Muy a menudo durante los botellones que cada jueves suceden en la Universidad Autónoma de Madrid se opta por permitirlos con una brigada de limpieza que borra toda huella del delito.
Segundo, tolerancia no significa permitir la falta de respeto ya que tolerar no es educar en libertad, es educar bajo la dictadura del capricho.
Tercero, un educador cercano a sus estudiantes no es un colega, simplemente es quien irradia empatía y confianza, no tolerancia.
Cuarto, facilitar el aprendizaje no se corresponde con el sobreproteccionismo. En muchas ocasiones vemos como muchos padres acompañan a sus hijos en selectividad o en las colas de matriculación universitarias.
Quinto, amenizar las clases no implica una educación sin esfuerzo ya que sin éste no se valora lo que se aprende ni quien te lo enseña, el docente.
Sexto, promover la participación en las clases no equivale a que todos opinen de todo ya que todo no lo saben y sin conocimientos difícilmente se puede argumentar correctamente.
Y séptimo y último, aprender por competencias jamás debió significar la rebaja de los contenidos ya que se menosprecia la memorización de los mismos.

Recuerdo el caso de una profesora de primero de la ESO que para dejar clara la distancia entre educador y estudiante, pero sin imponer disciplinas arcaicas, se inventó un sistema del todo curioso y eficaz, los puntos verdes y naranjas. Con la lista de clase colgada en el tablón del aula, iba poniendo puntos de clorofila o de mandarina según lo aplicados que resultaban sus preadolescentes, verde para lo positivo, naranja para lo fallido. Al final ellos mismos, con o sin resquemor, iban al tablero y se autoadjudicaban sus puntos. Jamás la susodicha profesional utilizó tal competición para imponer notas, sólo resultó un juego en donde los infantes comprendieron sus obligaciones en el aula, no la democracia estatal de sus adultos. Un sistema de enseñanza es democrático si asegura que no deja atrás a sus aprendices, algo que Finlandia y Estonia tienen muy claro. Y por cierto, nuestra democracia no es tal ya que el pueblo manda bien poco. Si impusiéramos el actual modelo democrático entre profesores y alumnos estos últimos todavía serían menos de lo que realmente son.

lunes, 23 de enero de 2017

Vaga d'ensenyament a la vista

La gran majoria de sindicats han convocat una vaga per a la millora de l'ensenyament públic aquest 9 de febrer. Aquest cop no es reclama una millora de sous per als docents sinó que es denuncia la manca de qualitat dels centres per les retallades. Tampoc es reclamen les pagues extres que es deuen a tots els docents des de 2012. Es busca, per tant, que el Departament d'Ensenyament restauri el que fa uns set anys va dir que eren retallades temporals i que ara està perpetuant. La mateixa CUP està reclamant una partida de diners a tal efecte en els propers pressupostos de la Generalitat. El que es demana són coses tan bàsiques com les substitucions d'un mestre malalt a l'endemà, i no passats molts dies com ara obliga la llei; es prega que no es tanquin més línies escolars en molts centres, i no tractar l'ensenyament públic des d'una visió neoliberal; es requereix reduir el nombre d'alumnes per classe millorant l'atenció individual, i no les aules atapeïdes de molts centres públics; i finalment s'implora que els docents tinguin una càrrega d'hores de classe com abans de les retallades, condició necessària per a un ensenyament públic de qualitat. Tot i la lògica de les reclamacions, la consellera no hi ha accedit contravenint la llei de la LEC. Aquesta diu que del PIB autonòmic el 6 % ha de destinar-se a ensenyament. Desgraciadament avui dia no s'arriba al 3 %.

sábado, 21 de enero de 2017

67. ESTONIA versus FINLAND

In January 2017 Viivi Lokk, a member of the Education Department of Tallinn, the capital of Estonia, came to Barcelona. In fact she was invited by the School Council of Catalonia during a conference on education in the Cosmocaixa. Viivi explained the educational model of Estonia without details about Finland. So it was not clear why Finland goes down in PISA results and Estonia goes up. In fact the educational model of Estonia was inspired by Finland with families very committed to education, consolidated language teaching in primary school, financial aid to families without resources, didactic basis with equal principles, schools of municipal administration, demanding training to be a teacher, professionally assessed directors, autonomy of centers, detection and therapies in very young students with difficulties, evaluation of centers and teachers, low immigration and bilingualism in their centers. So what is the significant difference? Apparently none. In fact the two educational models are almost clonic. Perhaps the answer would come later during the debate. After the conference came a two-way conversation between Lokk and EFEA President, mister Xavier Chavarria. There was nothing insinuated about it. It was later, when I could have a personal conversation with Viivi Lokk, that I solved the riddle. At first she said that she didn't see significant differences explaining the divergences in PISA between Estonia and Finland, but when I detailed some theories about it he added that others in Estonia thought similarly. And there was the inequality between the two countries: the level of the curriculum. While Finland had been curtailing content for years because its pedagogues thought that teachers teach too much things at schools, Estonia did not. There was more, Estonia's state curriculum was common to all its centers without rebates or exceptions. Each center had autonomy to teach it but in 3rd, 6th and 9th levels there are some state tests to be passed in science, mathematics and languages. This model demands a lot from the centers and their students. So the first and second examinations ensure that all students master one or two languages ​​before secondary. Lenguage is the mental basis for all conceptual teaching. In fact, 25 percent of students in Estonia are Russian-speakers. Significantly they obtain lower marks than the Estonian speakers in the Estonian state tests. Language is the basis of knowledge, thought and reasoning in teaching.

In short, if Estonia has surpassed Finland in PISA it has not done by casual statistical data. On the contrary, it has been by maintaining a common, homogeneous and demanding curriculum for all its centers. The same reason has the best country in PISA, Singapore. All these are not interpretations, they are facts that the numbers tell us. Of course, mathematics is not common knowledge among many education "experts". Perhaps teachers of arithmetic have been hated too much.

INNOVACIÓ EDUCATIVA MADE IN CATALUNYA

Ada Colau i el Consorci Educatiu de Barcelona han fet seves les idees d’innovació educativa d’Escola 21, de l’ICE i de l’Associació de Mestres Rosa Sensat. Ara l’Ajuntament aplicarà aquestes innovacions per a totes les escoles públiques de Barcelona i posteriorment el Departament d’Ensenyament farà el mateix per a les de la resta del país, si més no aquesta és la intenció del programa Xarxes per al Canvi. Parlen tots plegats d’una gran revolució pedagògica que portarà l’excel·lència i l’equitat a tots els nostres centres públics. Per tal d’assolir tot això caldrà que els docents treballin més hores, amb més ganes i amb més formació. Tant d’esforç anirà destinat a fer jugar més els escolars per així educar-los amb més facilitat. Els propis alumnes podran escollir què volen fer cada dia i així motivar-se millor. I a més de deures no se’n posaran o seran minsos. Però no tot són flors i violes. En alguns centres pilot d’aquesta revolució educativa els alumnes es queixen dient, ens agrada molt jugar, però ¿quan aprendrem coses? De fet, tota aquesta revolució pedagògica presenta molts problemes. Primer, no hi cap estudi científic ni dades contrastades que demostrin la millora del nostre ensenyament sota aquesta revolució, i ni molt menys que això vagi a reduir el principal problema del nostre sistema educatiu, el gegantí fracàs escolar. Segon, això implica que es farà un experiment amb els nostres fills als centres públics però no pas en els privats o concertats. Tercer, aquesta revolució pedagògica cau majoritàriament sobre els docents però poc sobre l’administració i les famílies. I quart, el més flagrant és que aquesta innovació educativa no ho és pas ja que es fonamenta en remotes pedagogies de finals del XIX i principis del XX, que per cert, van fracassar. Que tal si ensenyem fets i causes contrastables per tal que els alumnes de demà puguin ser revolucionaris amb coneixement de causa.

martes, 17 de enero de 2017

63.¿PROFES Robocop I o Terminator II?

Para quien no recuerde la película de Paul Verhoeven, Robocop era un humanoide medio máquina diseñado en principio con carencia de sentimientos. Lo mismo ocurría en la primera entrega de Terminator. En cambio, al final de Robocop y en la segunda y tercera parte de Terminator ambos llegan a desarrollar capacidades para interpretar y aprender sentimientos humanos, hasta algunos lloraron cuando John Connor vio morir a su Terminator protector. Los docentes a menudo no saben con quien quedarse, si con Robocops insensibles o con Terminators buenazos. Ser demasiado distantes y fríos con los adolescentes conlleva no conseguir su complicidad y sí el enfado de algunos padres, hasta puede que te denuncien por apretarles demasiado las tuercas. Por otro lado, presentarse ante los alumnos como un Terminator amigo e ingenuo conlleva no ganarse jamás su respeto. Hay que empezar siendo un Robocop algo distante y ganarse poco a poco su respeto. Pasadas unas semanas, y cuando ha sido mostrada tímidamente esa parte humana hacia ellos, cae el telón de acero entre docente y alumnos. Los escolares se dan cuenta que el profe es buen jefe por tres cosas, se ha hecho respetar como Robocop, se puede confiar en él y finalmente hasta puede que les defienda en contra de otros malos educadores. Quien se queda en fase de Robocop jamás llega a sus alumnos. Hay que dirigirse lentamente hacia ese Terminator humano y casi sonriente que protagonizó Arnold Schwarzenegger. Sólo un humano es capaz de ver a otro humano. Al final, y evitados los extremos entre dictador y buenazo, se podrá charlar con los púberes sobre sexo, padres y ligues, algo que resulta mágico por el simple hecho que confían en ti al hacerlo. Ser mojigato y mantener tabúes en ciertos temas como el sexo y la pareja implica no darse cuenta de la base humana, la adolescencia que educamos.


Sabemos que hoy día la letra con sangre ya no entra, ahora se intenta con Petit Suise, chocolate Kinder o los Donuts si te olvidaste la cartera. Si ser Robocop era malo, dirigirse al otro extremo lo es peor. Aristóteles decía que lo mejor entre dos extremos era el término medio, ni Robocop ni la abuela de Caperucita Roja. Ser un blandengue con los chavales resulta un craso error. No se puede ser amigo de los alumnos el primer día y esperar que te respeten al siguiente. Primero hay que dejar claro que se es educador y que lo de amigos ya se verá el día que ellos sean adultos contigo. Un profesor blando y que no se hace respetar provoca un aula sin silencio ni atención, es decir, no consigue impartir con efectividad sus conocimientos y formación. En tal situación muchos alumnos se andan a perder ante la opción del jaleo y de la diversión. Lo grave de este profesor débil es que se queja a tutores y directiva de las faltas de respeto que sus alumnos le profieren sin darse cuenta de su error. Por eso, y por desgracia, espera que sean tutores y directiva quienes le resuelvan su falta de disciplina, algo que si éstos hacen, flaco favor van a dar al débil. Al reprimir al grupo, este docente queda todavía más desautorizado y la clase jamás le tomará en serio, al contrario, se le transmutará en una selva. Al final este profesor puede acabar con ansiedad, histerismo y depresión, y todo por no imponerse al principio.

viernes, 13 de enero de 2017

62. PROFESOR AJO O CANSINO

       La expresión, que te repites más que el ajo, es harto conocida por todos, sobretodo por quien es víctima de parejas que en su gastronomía son adictas al susodicho bulbo liliáceo, pero en el campo docente los así llamados ajos son aquellas personas que repiten lo mismo de un alumno des de primero hasta cuarto de ESO. Cabe añadir a esos cuatro años de redundancias los cursos adicionales si el escolar repitió. Tal pesadez de comentarios del ajo sucede sobretodo durante las reuniones de evaluación. En estas se comentan las notas trimestrales de cada alumno grupo tras grupo. Al final se suele opinar sobre más de cien escolares.


-        Pues Oriol no trabaja en clase – algo que el ajo ya dijo en la reunión del trimestre anterior - ni jamás me trae los deberes terminados – algo que también comentó en todas las reuniones antecedentes a la del momento -. Además el otro día, bla, bla, bla… - suceso en que todos estaban de acuerdo ya de antemano.
Y así cien alumnos más…

Este tipo de aportaciones culinarias del ajo alargan la reunión más allá del horario sindical, todo para darse cuenta que tal estrategia muestra igual eficacia que el Nàstic durante la liga, poca cosa gana. Repetir lo que el resto de profesores sabe sobre un alumno no mejora en absoluto ni su evaluación ni su rendimiento académico. Entonces, ¿por qué el ajo lo hace? Existen tres razones para ello. La primera ganar medallas ante dirección, la segunda mostrar ante los demás cuanto sabe sobre TODOS los alumnos del centro y la tercera, utilizar el claustro como el diván de su psicólogo, es decir, como terapia gratuita. Profundicemos en este tercer hecho. De primero a cuarto de ESO el ajo repite lo mismo de cada alumno como si se tratara de un mantra necesario para desahogar su ira interior. En fin, que hace perder a los demás un tiempo valioso que en nada evalúa mejor al adolescente. Es más, condiciona al resto de docentes con su percepción negativa del alumno. Entonces, ¿qué tal si hablamos del escolar del trimestre abordado y no del alumno que el ajo sentenció hace cuatro cursos?

        Así pues el profesor ajo se vuelve cansino, ¿quién no se ha dormido alguna vez en clase? Negarlo no resultaría muy creíble, sería como disimular ese metano intestinal que todos hemos retenido en público, pero que en triste ocasión, con alivio y disimulo escapó. Una cabezadita en el aula resulta algo parecido a lo anterior, es una de esas situaciones placenteras que nuestra fisiología nos infunde pero que la ortodoxia no aplaude. Que de repente el profesor ajo te despierte por retozar sobre tu pupitre asusta al más valiente. Algunos asemejan esta experiencia a un coitus interruptus, ¿acaso no te dejó a medias?

La culpa de dormirse en el aula no es toda de los alumnos. Existen ciertos maestros que se empeñan en cansar e hipnotizar a sus escolares durante sus disertaciones. Este profesor cansino es nefasto si su materia es de las más odiadas, las matemáticas. Recuerdo un eminente profesor de cálculo que de tanto que sabía, muy poco sabía enseñar. Vivía tan lejos de la mente de sus alumnos que era incapaz de explicarse con un mínimo de didáctica. Su monótono tono de voz, más su total incapacidad de motivarnos, nos empujaba una y otra vez a disfrutar de longevas sensaciones oníricas durante su hora de estadística. Del sexo a las matemáticas poca distancia existía.

jueves, 12 de enero de 2017

61. DOCENTES DICTADORES

        Su pareja abandonó el hogar, sus familiares no la soportan y sus amigos, si los mantuvo, por ser como era, dejaron de serlo. La persona imponente, profesor o profesora, suele ser aquel personaje quemado por la enseñanza que perdió su capacidad de empatía con los jóvenes y ahora vive bajo el yugo de la amargura. Muchos años lleva soportando a provocadores, malcriados y pasotas, así que opta por dar clases con laxitud y distancia, pasando en parte de sus alumnos e imponiendo más sus ideas que no provocando el argumento en los propios escolares. Para el imponente hacer pensar a los estudiantes significa malograr su tiempo para beneficiar sólo a unos pocos con inquietudes. A menudo el imponente da sus clases a espaldas del grupo invadiendo la pizarra con mil trazos de tiza que los alumnos deben anotar atropelladamente, ¿se imaginan lo que ven los escolares durante ese momento? Pues algo muy sórdido, ven la rabada de su docente enmarcada por el futuro oscuro de la pizarra, un futuro muy negro. Ahora con las pizarras digitales el futuro se vuelve más claro.
        Envidiar y criticar a todo el mundo es harto normal en este perfil docente. Algunas veces, y para llenar esos océanos de antipatía, el imponente siembra islas de simpatía que los alumnos jamás ven como puerto en donde varar su navío, más bien piensan que es hipócrita. Esos acercamientos estilo madre Teresa de Calcuta no son más que intentos para curar su conciencia de imponente amargado. Durante esos pequeños intervalos de laxitud, la santa madre habla a los adolescentes como niñitos de tres años. Con ello no da con lo que estos desean ser realmente en breve, adultos. El imponente jamás comprendió que dirigirse a estos púberes como hombres y mujeres suscita mejor su responsabilidad que no tratarles como nenes ingenuos de primaria.
Alguien dijo que un buen maestro no es el que espera que le admiren sino quien desea que le superen. Imponer verdades puede ser útil y formativo pero imponer opiniones castra el potencial crítico de los escolares. Goebbles, el asesor ideológico de Hitler, afirmaba que una mentira repetida mil veces terminaba por ser verdad. Ahora imagínense si hubiéramos hecho lo mismo con las verdades. En el aula debe existir esa repetición de las autenticidades más una pizca de ingenio que haga pensar a los alumnos, que les rete, que les provoque. Ellos están en el colegio por una simple razón, para ser autónomos en la vida y destetarse a la larga de sus padres. Un profesor sólo imponente en opiniones jamás logrará potenciar su autonomía, sólo les llenará la cabeza de sus ideas, con el riesgo de estar equivocadas. Por tanto aprecie al educador que no impone sus convicciones personales, aunque sí los hechos probados. Mejor que les induzca a buscar y contrastar toda la información disponible. El filósofo Bertrand Russell hacía una broma de si mismo en este sentido, en el de ser crítico.

Si una vez muerto toda mi obra desapareciera, ¿a quién preferiría para hablara de mi? ¿a un discípulo estúpido o a un enemigo listo? Pues mejor un enemigo listo ya que el primero no me habría entendido. En cambio el segundo, a pesar de criticarme, me cuestionaría correctamente.

El buen educador debe provocar que sus escolares sean críticos incluso con las opiniones de su mentor. En este sentido vale el ejemplo de un profesor de matemáticas durante la guerra de Iraq. Al inicio de ésta pilló un día a sus alumnos de secundaria debatiendo entre un SÍ o un NO a la guerra. El tema de ese día debían ser las ecuaciones de segundo grado, ecuaciones que casualmente suelen ofrecer dos soluciones. Un SÍ o un NO a la guerra también resultaba dual. Así pues el debate substituyó la clase de álgebra y la conclusión a la cual llegaron fue asombrosa. Contrastando sus opiniones con las informaciones que les ofrecía el educador resolvieron la ecuación con gran pericia. Un alumno redactó lo siguiente:

Podemos desear erradicar la dictadura de Saddam y con ello llegar a la guerra. Podemos pensar que el petróleo mueve los hilos de la invasión y negarnos a la guerra. Son dos soluciones ante una misma ecuación pero, ¿debemos elegir obligatoriamente entre estas dos opciones? ¿O lo realmente  importante del asunto sería regalar al pueblo iraquí la libertad de poder escoger? Bajo la dictadura de Saddam poco pueden hacer, o sobreviven así o se revelan contra la opresión. Pero cualquier revolución no debe pasar precisamente por el conflicto bélico, puede pasar por la cultura y el esfuerzo. Si en lugar de enviar tropas se mandaran conocimientos puede que ellos mismos provocasen el cambio en su país. Lástima que Estados Unidos prefiera la vía rápida, la guerra preventiva, a la vía lenta, la revolución cultural. Como si se tratara de una ecuación de segundo grado volvemos a tener dos soluciones. Nosotros optamos por la cultura.

Por desgracia, y años más tarde, prosigue el conflicto en Iraq sin que la cultura haya ganado la partida.        Un profesor imponente jamás hubiera permitido ni suscitado una clase como la anterior. Y algo más, la ley prohíbe hacer apología de las ideologías del docente entre sus alumnos. En fin, quién politice a sus estudiantes comete una falta. Viene al caso algunos profesores de historia que critican el capitalismo a cambio de comunismo. Si analizamos los dos con perspectiva la teoría es buena pero su aplicación conlleva problemas. Mejor informar educando que manipular mintiendo.