Durante los años sesenta el sistema educativo de Suecia
era uno de los mejores de Europa. El nivel de exigencia en contenidos desde
infantil y primaria estaban en la base de aquel éxito. En 1967, y con la
llegada de Olof Palme como ministro de educación, todo cambió. Él y su equipo
consideró que se enseñaban demasiadas cosas en los colegios y redujo el
currículum. Durante los cuarenta años posteriores el fracaso escolar se disparó
hasta volverse crónico. El ejemplo anterior parece que esté detrás de los
resultados de Finlandia a partir del 2009. Entre ese año y el 2012 Finlandia
cayó 23 puntos en las pruebas PISA en sus disciplinas reina, matemáticas y
lengua. El gobierno finlandés atribuyó tal receso al aditivo de una corteza
arbórea en las leches de los biberones, algo que afectó cerebralmente a una
generación de estudiantes. Pero para el analista José Manuel Lacasa existía
otra explicación mucho más lógica y universal. Él se inspiró en otro analista, Pasi Sahlberg, quien dijo en 2009 que Finlandia caería en 40 puntos en Matemáticas. Por ahora ya ha perdido 43 y no por leches adulteradas sino por razones pedagógicas, ¿cuàles fueron? Pues Lacasa demostró en 2010 que los países con currículos rigurosos y
homogéneos desde infantil, independientemente de la riqueza del país, de los
factores sociales, de la formación docente o de las pedagogías aplicadas,
obtenían mejores resultados en PISA que las naciones o regiones con contenidos
escolares menos estrictos y más dispares entre sus centros. Casualmente
Finlandia había debilitado su currículum en 2004 bajo la batuta de muchos
pedagogos. Éstos afirmaban que se estaban enseñando demasiadas cosas a los
escolares y que ello los alienaba. Además Finlandia había dejado que cada
centro adaptara el currículum a enseñar según sus propios criterios. En fin que
el debilitamiento del currículum nacional provocó la disminución de la
exigencia, el acomodo de muchos alumnos y el consecuente descenso en
conocimientos. Pero la autonomía de centros establecida en Finlandia causó
también que cada escuela creara su propio currículum de contenidos apareciendo
así centros educativos con dispares velocidades de enseñanza. En conjunto, eso
explicaba la caída en PISA de Finlandia y quizás el declive de su fama como
modelo educativo. Cabe preguntarse que hizo el gobierno para resolver esta
situación. Pues en 2014, y con las facultades de matemáticas quejándose del
receso en cálculo de los nuevos alumnos, el ministerio de educación dictaminó
reducir todavía más el currículum escolar. Para ello el gobierno contrató a más
pedagogos y debilitó aún más el currículum con la esperanza de mejorar en PISA.
Durante las V Jornadas de Secundaria en noviembre de 2016 Lacasa lanzó un
pronóstico en Barcelona, que Finlandia volvería a caer en los próximos
resultados PISA. El 6 de diciembre de 2016 se publicó el informe PISA y la
sorpresa fue decepcionante. En lectura menos cinco puntos, en matemáticas menos
diez y en ciencias menos once. Es decir, Lacasa acertó y su hipótesis que
debilitar el currículo traía consigo la caída de competencias y conocimientos
cogía cada vez más forma. Finlandia había caído más de treinta puntos en seis
años. Añadamos que Singapur, con un currículum elevado y homogéneo en todos sus
centros, ganaba de panadera a todos los países del mundo. Pero la sorpresa la
estaba dando un país modesto cuyo refuerzo en contenidos estaba dando su fruto.
Estonia ya llevaba años viendo aumentar sus resultados en PISA. Lo sorprendente
seguía siendo que, educativamente, se hablaba mucho más de Finlandia que de
este pequeño estado, más si ahora aventajaba con creces a unos fineses dormidos
en sus laureles. La caída de Finlandia en lectura, ciencias y matemáticas era
como el Rey desnudo. Los prejuicios vanagloriaban sus vestimentas
pero la observación delataba su falsedad.
Muchos docentes opinan que algunas teorías educativas no les permiten construir un mundo mejor desde la enseñanza. De hecho poca gente contrasta estas teorías con datos reales. Para mejorar el sistema educativo son necesarias más demostraciones y menos opiniones. Hay que observar los hechos probados y sistematizarlos. He aquí cartas de prensa, artículos en los medios y capítulos numerados que ofrecen un amplio corolario de datos contrastados para mejorar realmente la enseñanza y la sociedad.
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La pregunta és, volem basar el nostre futur en les proves PISA? Proves que evaluen unes competències i matèries i en deixen d'altres de banda (quin criteri se segueix? qui decideix què avaluem? Pot ser que la resposta sigui el Sr, Capitalisme? No està prou clar que aquest model ha fracassat de la mateixa manera que ho va fer el comunisme?).
ResponderEliminarPISA no valora en valors absoluts, cert, però sí ens informa clarament de qui va millor o pitjor respecte als altres. El nostre sistema educatiu fa anys, i en totes les PISA, que va per sota de les mitjanes europees. L'educació no és un tema de capitalisme, comunisme o qualsevol altre isme, és la preparació el més objectiva possible de l'individu per tal que pugui escollir quin isme vol o no, entre moltes altres coses. Cal no caure en judicis senzills en tot això i observar amb calma les dades. PISA és una dada més, com els nostres índex de repetició el doble de la mitjana europea. Tot plegat ens indica que no progressem adequadament dins o fora del nostre capitalisme.
EliminarPISA no valora en valors absoluts, cert, però sí ens informa clarament de qui va millor o pitjor respecte als altres. El nostre sistema educatiu fa anys, i en totes les PISA, que va per sota de les mitjanes europees. L'educació no és un tema de capitalisme, comunisme o qualsevol altre isme, és la preparació el més objectiva possible de l'individu per tal que pugui escollir quin isme vol o no, entre moltes altres coses. Cal no caure en judicis senzills en tot això i observar amb calma les dades. PISA és una dada més, com els nostres índex de repetició el doble de la mitjana europea. Tot plegat ens indica que no progressem adequadament dins o fora del nostre capitalisme.
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