Se lo crea o no, tampoco se sabe a ciencia cierta cuando murió Jesús. Ni el
año ni el día de su ejecución se han esclarecido. Además para confundir más el
calendario de aquella defunción, la Semana Santa jamás cae en la misma fecha ya
que ésta se rige por ciclos lunares y no por el calendario gregoriano. Lo que
sí sucede es que estas vacaciones a veces coinciden aproximadamente con
el final del segundo trimestre, un descanso que debe permitir la preparación
del tercer y último trimestre estudiando los contenidos no adquiridos y
preparando los apuntes pendientes. Son pocos días de reposo y el tercer
trimestre resulta el más corto de todos. Por tanto, hay que evitar sorpresas
desagradables. Además a final de este último trimestre muchos adolescentes
deben elegir su destino. Los de tercero
de la ESO los itinerarios de cuarto, los de cuarto módulos o bachiller. En caso
de este último hay que elegir entre diferentes opciones científicas o
humanísticas.
Pero algo que mejoraría
enormemente el calendario escolar no se contempla bajo estas vacaciones. Antes
hemos visto que un descanso de dos semanas en Navidad tras el primer trimestre
era adecuado y provechoso, ¿que tal entonces hacer lo mismo con el segundo
trimestre?, ¿que tal dejar fijada la Semana Santa a finales del mismo?, ¿que
tal pasar del antiguo y arcaico calendario lunar del Antiguo Testamento? En
otros países europeos así lo hacen y mejor les va educativamente. En éstos
dejan dos semanas de descanso tras finalizar el segundo trimestre para encarar
el final de curso. El problema en nuestro país resulta la falta de lógica en
ello y el peso de las creencias sin didáctica, ¿con la Iglesia hemos topado
Sancho?
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