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lunes, 6 de febrero de 2017

71. Como ser un buen docente

      Para seguir enseñando es necesario seguir aprendiendo. Poseer viva la llama de la inquietud trasciende en los alumnos y hasta los puede motivar. Si por lo contrario el profe no desea aprender y se transmuta en ese zombie con sus apuntes rancios y de color amarillento, entonces deviene un fósil viviente. Ejemplos de ello son el profesor de música que no se emociona con ninguna melodía actual, el de literatura que ya no lee y el de biología que no se entusiasma ante su mascota. Esos personajes son el vivo retrato del docente que sólo imparte clases por inercia. Por tanto, elogie al educador que va a congresos, escribe artículos y actualiza sus conocimientos. Lo que llena su mente llegará también a la de sus hijos.

        LLegados a este punto cabe detallar las características que se aproximan a un buen profesional educativo. Dice el dicho que cada maestrillo tiene su librillo, pero en asuntos de ser bueno y eficaz hay unas normas básicas que asientan a este personaje.

        Primera, y ya se ha dicho anteriormente, un buen docente jamás debe ser amigo, aunque tampoco enemigo, de sus alumnos, sólo debe ser respetuoso y respetado. Recuérdese que la amistad se fundamenta en la igualdad de deberes y responsabilidades entre los interesados. Un profesor y un alumno todavía no comparten ni las mismas obligaciones ni los mismos derechos, simplemente no son iguales. Un docente debe saber sancionar, evaluar y valorar a un escolar. Éste, falto de suficientes conocimientos, no sabría hacer lo mismo.
        
      Segunda, un buen maestro debe exigir trabajo y respeto con ciertas dosis de distancia al principio. Ya habrá tiempo que los alumnos descubran la parte humana y bondadosa de éste, pero no el primer día. Cuando ello ocurra dejarán de pensar que el mentor es alguien distante para convertirse en alguien con quien compartir buenas conversaciones. En ese instante el docente se habrá convertido en lo que más buscan los adolescentes, en un referente, y la confianza fluirá entre ambos.
        
       Tercera, un buen educador debe dominar su especialidad y la didáctica de la misma. Los estudiantes repudian con suma celeridad a los docentes que cojean de conocimientos pero en cambio valoran a quienes explican las lecciones con claridad. Por eso en Estonia y Finlandia escogen como docentes a los mejores alumnos que salen del bachillerato. Éstos futuros maestros recibirán clases de los mejores profesores de universidad. De esta forma la profesión de docente atrae a los más inteligentes y ambiciosos con un salario bueno aunque no excesivo. En Estonia y Finlandia un buen educador debe dominar su especialidad con un lenguaje preciso, correcto y culto. Añadamos que los docentes finlandeses tanto de preescolar como de infantil y primaria deben ostentar un título universitario equivalente a una licenciatura o máster. Toda esta formación en Estonia y Finlandia persigue que los educadores dominen su asignatura, el currículo, las necesidades de los alumnos y las técnicas didácticas básicas en general. En China, otro país con excelso éxito académico según PISA, los maestros sólo enseñan una materia que dominan al dedillo, algo que nos muestra otra vez que existe una clara relación entre lo que saben los docentes y lo que aprenden los alumnos. De hecho es imposible que un profesor enseñe bien algo que no sabe. En España se defiende que el mentor sólo sea un guía del estudiante sin necesidad de dominar su especialidad. Quizás nos falte algo de filosofía oriental.

Cuarta, un buen profesor debe practicar la humildad, algo que a su vez le otorgará una gran autoridad y confianza con sus escolares. El docente que busca impresionar para ser admirado creará distancia con sus alumnos. La pedantería académica no suele resultar un puente de correspondencia. Por el contrario, el educador que ordene deberes bajo el formato de una pequeña investigación otorga a sus alumnos un protagonismo educativo. Ellos defenderán en clase sus disquisiciones y el docente luego corregirá los errores. Quien más se equivoca más aprende y quien más corrige más enseña. La humildad se halla en ambos bandos.

Quinta, un buen profesor debe saber defender los intereses de sus alumnos por encima de otros malos maestros o educadores. Si ese aspecto llega a oídos de sus alumnos, éstos sentirán un profundo respeto por su mentor.

Sexta, un buen docente educa también con el ejemplo. Con el respeto y los buenos modales siempre estará en posesión de su autoridad. En todo caso, y si un día fallara, demostraría ser imperfecto, algo que también mostraría su humanidad.

Séptima, un docente debe siempre quejarse si el sistema educativo resulta deficiente. Si cree que él o ella no deben elaborar tantos materiales didácticos como muchas modas pedagógicas imponen, han de hallar argumentos y razones para oponerse. En este sentido los profesores de Finlandia suelen usar libros y manuales que han funcionado en otros cursos para sólo dedicarse a su función esencial, transmitir conocimientos.

Octava, un educador experto debe mantener un buen orden y silencio en sus clases para facilitar que sus alumnos se concentren y aprendan bajo un esfuerzo menor que si la algarabía reinara la sala. Además un ambiente tranquilo permite algo fundamental, el desarrollo sistemático de la lengua bajo el esfuerzo y la perseverancia. En Estonia y Finlandia los alumnos se les enseña y obliga desde infantil y primaria a permanecer atentos y quietos para aprovechar al máximo el colegio y alcanzar la máxima comprensión lectora, algo fundamental ya que aprendemos la mayoría de conceptos con palabras. Parece pues obvio que un docente no debe aceptar que un alumno pueda molestar a los demás bajo simpatías y privilegios. En tal caso los demás se verán animados a perpetrar lo que el díscolo les mostró.

Y novena y última, un buen docente debe informar de los errores escolares a los alumnos y a los padres de éstos. La entrevista suele ser un buen puente de contacto.

jueves, 2 de febrero de 2017

70. ¿Por qué los buenos docentes no son asesores?

¿Por qué los docentes, y expertos reales, tienen tan poca influencia en la mejora de la educación nacional? Según Josep Playà, periodista de La Vanguardia, es porqué los docentes apenas salen en los medios mientras que sí lo hacen pedagogos y demás expertos. Esta falta de incidencia docente en prensa, radio y televisión sucede por las razones siguientes. Primero, los docentes no se hallan agremiados en un lobby poderoso e influyente como sí las facultades y asociaciones de pedagogos, todo lo contrario, la mayoría de profesores rehuyen incluso de los sindicatos por recelo crítico hacia ellos. Segundo, los maestros y profesores, tienen el tiempo tan ocupado que difícilmente intentan en bloque salir en prensa, Twitter, Facebook, televisión o crear un buen diario digital sobre educación. Tercero, muchos sindicatos específicos en educación no poseen un gabinete de prensa potente y bien conectado con los medios o un diario digital sobre educación proyectado con buen diseño. Cuarto, existen cada vez menos periodistas especializados en educación primando el reportero generalista que busca la noticia rápida y en tiempo real. En ello cabe detallar que en las ruedas de prensa, y muy a menudo, este tipo de periodista redacta in situ la noticia sin contrastarla con especialistas. Desde allí mismo manda inmediatamente la primicia para no ser pisada por el resto de reporteros allí presentes. Esto hace mella en la realidad educativa sin llegar la verdad a la sociedad que bebe de los medios. Y quinto, y en resumen, la hoja de ruta educativa nacional no la trazan los docentes sino otros que bajo un lobby que posee más poder, influencia e impacto en los medios, se otorgan a si mismos el papel de expertos en educación sin serlo realmente.

Las soluciones a todo lo anterior, y con el objetivo de aumentar la presencia de los doctos docentes en los medios serían básicamente tres. Congresos periódicos de educación expuestos por docentes; un diario digital sobre educación con ágiles puentes al Facebook y al Twitter bien organizados; y un gabinete de prensa unificado entre los sindicatos de educación. Todo ello provocaría que un mayor número de docentes se afiliara a un sindicato especializado en educación dando mayor poder a estos ante el lobby de los pedagogos, la política falaz y la difusión de los medios.

Otro aspecto que conlleva la baja influencia de los docentes en el sistema es su mala imagen ante la sociedad. Según un estudio en 2013 de la Fundación Botín titulado El Prestigio de los Docentes en España, éstos se hallan en la posición 21 de las profesiones con una nota de 3,7 sobre 5, algo que contrasta con la imagen que los propios educadores creen proyectar hacia la sociedad. Los docentes se puntúan con un 4,5 sobre 5 pensado que la sociedad les pondrá un 2,5 sobre 5, todo ello muy distante de la evaluación que la sociedad les otorga realmente. En fin que en España la profesión docente es de las más criticadas y menos valoradas. ¿Y por qué esta percepción negativa de nuestros educadores? Según el estudio esto se halla en diferentes factores. El primero, y más indicado, es su falta de autoridad en el aula. El segundo, y en infantil y primaria, los bajos conocimientos de los maestros en su especialidad. El tercero el cambio tan frecuente de leyes en nuestra estado. El cuarto la percepción que este colectivo posee demasiadas vacaciones. El quinto su sueldo bajo, congelado y actualmente recortado. Y el sexto y último, lo que se critica de ellos en prensa. Parece pues que los más importante a corregir es la autoridad y la formación de los maestros según la sociedad. De hecho el 68 por ciento de los encuestados afirman que el maestro debe dominar su especialidad y conocer las técnicas pedagógicas. Un 73 por ciento declara que se debe ser más exigente en la selección de los estudiantes que deseen ser docentes, algo que conllevaría la recuperación del prestigio docente perdido y la recuperación de la disciplina en las aulas, a mayor nivel de disciplina mayor prestigio, y a mayor prestigio mayor rango de disciplina. En España un tercio de los aspirantes a maestros de primaria provienen no del bachillerato, sino de la formación profesional. De estos, y en junio de 2014, el 60 por ciento no superó las pruebas de aptitud personal para acceder a la carrera de maestro (PAP), mientras que entre los bachilleres ese porcentaje bajaba hasta el 9 por ciento. Fue más que evidente que dejar acceder a la gente de formación profesional a maestros de primaria no era apostar por la excelencia de los futuros docentes del país. En Estonia y Finlandia el maestro tiene un prestigio social tremendo y el nivel que se le exige es de sobresaliente en su bachiller. Además en estos dos países mucha gente desea llegar a ser docente para ostentar un gran respeto entre la población. Y no es un asunto de sueldo ya que sus docentes cobran más o menos lo mismo que los nuestros y su nómina es la misma entre primaria y secundaria al ser todos licenciados. Lo que sucede es que desde la familia ya se educa en esa admiración hacia los docentes y el proceso para llegar a serlo es altamente selectivo por notas, formación y aptitudes sociales demostradas. No todo el mundo sirve para educar en el aula y muchos son los aspirantes que son rechazados en Estonia y Finlandia. El docente debe poseer un gran dominio en su especialidad, en los idiomas, en las técnicas didácticas pertinentes y en su capacidad de empatía con los escolares. En caso de fallar en tan sólo una de estas exigencias, es descartado para estudiar como docente.

martes, 31 de enero de 2017

VAGA d’ENSENYAMENT ESTAFADA


(La Vanguardia: dijous, 02/02/2017)

La gran majoria de sindicats havien convocat una vaga d’ensenyament públic per a aquest 9 de febrer. Aquest cop no es demanava més sou per als docents sinó la millora en la qualitat de l’escola pública. Fou el Departament d’Ensenyament, qui amb les seves retallades de fa set anys, anomenades temporals, va condicionar la situació educativa actual. Cal recordar que aquelles retallades implicaven que els professors treballessin més hores de classe, amb més alumnes i amb menys nòmina. Vet aquí perquè la mateixa CUP va reclamar una partida de diners a tal defecte per als pressupostos de la Generalitat. Doncs bé, la setmana passada el Govern va semblar accedir a alguna de les demandes de la vaga per tal de reinvertir totes les retallades. En conseqüència alguns dels representants sindicals es mostraren eufòrics en declaracions als mitjans. Alhora això insinuava que la mateixa vaga del 9 de febrer es dissoldria. Dies més tard també la CUP s'animava a aprovar els pressupostos del Govern. Però arribada aquesta setmana, i alhora de signar l’acordat sobre ensenyament, el Govern diu que allò que havia promès als sindicats calia redactar-ne la lletra petita. I el que havia de ser reinvertir les retallades de fa set anys s'ha convertit en paper mullat. Per exemple la reducció d’una hora de classe setmanal per tal que els docents atenguessin millor l’alumnat, passava a ser una possible hora de guàrdia, és a dir, una altre hora de classe. En resum, menys u, més u igual a tot resta igual. No obstant això, els sindicats generalistes signaran l’oferta del Govern tot i que els específics de secundària no (ASPEPC-SPS). Potser tot ha estat una estratègia del Govern per a il·lusionar a alguns sindicats, convèncer d’uns pressupostos a la CUP i fer combregar amb rodes de molí a tot un poble. La prova és que el Govern continua contravenint la llei d’ensenyament, la LEC. En aquesta s’indica clarament que del PIB autonòmic el 6 % ha de destinar-se a ensenyament. Desgraciadament avui dia no s’arriba ni al 3 % .

lunes, 30 de enero de 2017

69. ¿Asesores y expertos educativos?

        Existe un corolario de asesores pedagógicos que sin dar muchas, o ninguna clase, lucen su título de magisterio, pedagogía, sociología, sicología u otras ramas ante quienes les preguntan sobre educación. Otros, que no poseen licenciatura ni grado alguno, se llaman a si mismos expertos en educación y andan también regalando sus consejos. Añadamos a todos los anteriores un buen grueso de docentes que sin gustarles el aula y sus alumnos, logran abandonarla para impartir cursos de como dar clases a quienes se quedaron en ella y que sí saben hacerlo. Todos estos fugitivos de la tiza ofrecen orientaciones a políticos, docentes y padres aunque no hayan trabajado un largo tiempo con adolescentes en el aula. En fin, olvidaron, o jamás supieron, que la práctica de la Enseñanza Múltiple Contrastada siempre fue el mejor máster en educación para poder aconsejar a los demás. Por desgracia, y en asuntos de práctica, muchos teóricos, con o sin título, cojean en demasía. De asesores educativos buenos de haberlos los hay, pero éstos saben muy bien lo que es dar clase a treinta escolares por aula durante más de veinte horas por semana. El resto, los malos, discurren por centros, partidos políticos y hasta en el propio Ministerio como carroñeros de defectos en donde aferrarse para succionar el sueldo que se les paga. En el argot empresarial se les cataloga, con mi más humilde perdón hacia los insectos dípteros, de moscas cojoneras, aunque en el argot escolar se les bautiza como pedagogós, pedabobos o hasta de parásitos educativos sean algunos pedagogos, psicólogos, sociólogos, docentes que lo dejaron, teóricos sin titulación, economistas, abogados y escritores. Véanse para los últimos tres ejemplos claros: Sebastián Barajas, Eduard Punset y Paulo Coelho. Todos estos expertos poco conocen la realidad diaria de un aula pero se proclaman expertos en ello. No es de extrañar que afirmen que memorizar no sirve para nada (Sebastián Barajas), que Uri Geller debe ser un referente educativo (Eduard Punset) o que el niño debe encontrar los conocimientos en su alma (Paulo Coelho). En definitiva, si en su centro existen en demasía estos supuestos expertos mal va dirección. Muy probablemente el equipo directivo no sepa cómo resolver los asuntos que debería saber y ha contratado a alguien externo para ello. Sería como si trabajara de arquitecto y contratara a un albañil para diseñar un rascacielos, o como si el ministerio de sanidad estuviera en manos de curanderos. Desgraciadamente eso mismo le ha sucedido a nuestro sistema educativo. Atienda a los siguientes ejemplos ocurridos en distintos centros.


-        Acordamos que los alumnos no podrían ir al baño a beber agua durante las clases – sentenció la asesora pedagógica sin titulación durante una reunión de profesores en Cerdanyola del Vallès -. Y hay que dar ejemplo de ello, los profesores tampoco podéis.
-        Perdón – intervino uno de los docentes -, yo siempre voy tomando sorbos de agua en el aula.
-        Pues si los alumnos no pueden, nosotros no deberíamos dar mal ejemplo, ¿entiendes?
-        Sí, pero el curso de foniatría que nos aconsejaste el año pasado nos informó que para evitar afonías, pólipos y otras patologías en la voz, debíamos beber agua para humectar la garganta durante las clases.
-        Ya lo preguntaré – con cierta rabia interna - y os daré una respuesta en la próxima reunión.

Y no hubo respuesta en la siguiente sesión. Parece claro que algunos asesores pedagógicos les pesa más la invención que la práctica.

-        Para imponer una mayor disciplina en el centro – sentenciaba la flamante asesora pedagógica en el mismo centro de Cerdanyola -, de ahora en adelante los tutores se encargarán de revisar cada semana todas las faltas que sus alumnos hayan perpetrado en las diversas asignaturas. Consecuentemente deberán sancionar aquellos alumnos que se les ha llamado la atención por charlar en clase, no traer los deberes o haber sido expulsados del aula.
-        Perdón – intervino un profesor asustado -, ¿pero no sería mejor que cada docente sancionara al momento, y no esperar que a final de semana lo hiciera el tutor?
-        No – contestó la pedagoga -, el tutor debe centralizar todo lo que ocurre en su grupo.
-        Sí, pero los que no son tutores no tomarán cartas en el asunto. Luego vendrá el de tecnología y me dirá que mis alumnos no le respetan. Por mucho que castigue a mis escolares sólo lograré que me sigan respetando a mi, y no al de manualidades electrónicas.
-        Ya lo preguntaré – otra vez con rabia - y os daré una respuesta en la próxima reunión.

Y tampoco la hubo.

Vistos estos sucesos, parece claro que muchos pedabobos y pedabobas, por justificar el sueldo que les paga, se dedican a entorpecer la labor de los docentes con asuntos teóricos y ajenos a la realidad educativa. Lo más perverso de este tipo de malos educadores es que resultan hábiles relaciones públicas y alcanzan grandes cotas de reconocimiento social. Muchos al abandonar el aula y dejar de soportar las consecuencias de sus propias teorías, consiguen dedicarse a diseñar leyes y cursillos para quienes todavía permanecen en clase, es decir tienen mucho tiempo para llegar a los oídos de políticos y dirigentes deformando sus mentes. Los consejeros de esta estirpe les pesa más la teoría que la práctica, y está cantado que los pedabobos y las pedabobas, por justificar el sueldo que se les paga, se dedican más a convencer a altos cargos de su importancia que realmente a mejorar el sistema de enseñanza en su globalidad, es decir alteran sólo el sistema escolar sin mejorar administración educativa, igualdad social y condiciones familiares.

Cabe observar que los mejores asesores no pueden ser estos teóricos sino aquellos docentes que reúnen las siguientes características. Primero impartir más de dieciocho horas semanales de clase. Segundo trabajar con más de veinte alumnos por grupo y no con clases reducidas como hacen algunos supuestos expertos. Tercero llevar en la educación unos cuantos años cumpliendo las dos premisas anteriores. Y cuarto y último, haber trabajado con alumnos diversos en cuanto a nivel académico, clase social y origen étnico. Si en su centro hay profesores con esas características valore su fortuna. En Estonia y Finlandia, y por razones obvias, el número de expertos teóricos en los centros educativos es nimio, no hay. A éstos que pretenden saber mucho, estudiar poco y deslumbrar algo, se les desterró del sistema educativo. En nuestro país cada día hay más y el fracaso escolar persiste.

jueves, 26 de enero de 2017

68. AL DE MATES NO LE MATES

Contrastados los modelos finlandés y de Estonia toca volver a los diferentes tipos de profesores y uno de los menos estimados es el de matemáticas. Un ejemplo lo tenemos en alguien que la película de Ron Howard, Una Mente Maravillosa, quiso retratar pero que se quedó en mera ficción. Si bien fue verdad que en 1994 se otorgó el Nobel de economía a John F. Nash (1928 – 2015), el resto de la película mezcla historia con imaginación. Nash, como muchos de los de exactas, era muy raro, quizás el que más ya que padeció de esquizofrenia. A menudo oía voces creyéndose un líder religioso a quién los extraterrestres le escribían. John Nash resultó el tópico profesor de mates que de tan sabio no sabía explicar lo que sabía. El resto histórico no lo busque en la película.

Los docentes alejados de la realidad se repiten a menudo entre doctos profesores que ignoran como hacer llegar sus conocimientos a los estudiantes. Para que un educador de tal índole mejore su condición debe superar dos cosas, su falta de didáctica y su distancia con los alumnos. La didáctica es lo que permitirá al docente emanar atención, comprensión y esfuerzo entre sus alumnos, y si existe una asignatura de difícil atención ésta son las matemáticas. Impartirla debe revestir todo el ingenio del profesor para que resulte mundana y juguetona. Ya mencioné el caso de uno de mates que en la primera clase no daba matemáticas, daba ciencia-ficción. Les contaba primero que las mates residían por todas partes, que no sólo en los libros. Para verlas había que poseer unos ojos mágicos, una visión matemática que había que saber transmitir y enseñar. Ponía ejemplos como las figuras geométricas, los pesos de sus cuerpos o la quiniela del domingo. Luego llegaba al ejemplo más enigmático de las matemáticas, que son un idioma, un lenguaje con símbolos y sintaxis propios como el inglés, el español o el swahili. El problema de tal lengua algebraica era que el cambio de una coma o un punto resultaba nefasto, y que por tanto era un medio de comunicación muy quisquilloso. Finalmente les hablaba de poder comunicarnos con otras civilizaciones extraterrestres gracias a un lenguaje común entre mentes abstractas, las matemáticas. Ya comenté que añadía a todo ello unos toques literarios y cinematográficos con la novela de Carl Sagan y su correspondiente largometraje Contact.

Otro profesor de exactas explicaba las ecuaciones en segundo de la ESO como un juego. Para ello daba a los alumnos unas escasas normas que permitían rescatar la X de la ecuación y calcular su valor fácilmente. La primera ley era pasa quien manda, con referencia al orden de las operaciones que permiten desalojar elementos de una función. La segunda, quien pasa cambia su operación, que no su signo. La tercera, la nueva operación afecta a todos los elementos del miembro, y así hasta tres normas básicas más. Dejar la X a un lado del igual resultaba un juego de rol en donde ésta era liberada de su cárcel. Las dos estrategias anteriores, la de los alienígenas y la de las ecuaciones, acercaban las mates a los chavales evitando que las vieran como algo lejano y abstracto.

El segundo aspecto que permite que un docente sabio, pero alejado de su mente, llegue a ser cercano a sus estudiantes es que le vean humano y que confíen en él. Si este insiste a los alumnos que no utilicen la calculadora en computaciones elementales pero un día deja que los chavales le pillen haciéndolo, mostrará ante ellos su capacidad de pecar. Si durante una clase comete un error flagrante en la pizarra y en lugar de excusarse o disimular pone cara de niño travieso, hará reír a sus estudiantes a la vez que mostrará su humildad con ellos. Hay mil formas para que los adolescentes nos vean humanos imperfectos y no sabios altivos, hasta algunos alumnos aprenden más que matemáticas. Cuenta una leyenda urbana que un estudiante nefasto en matemáticas halló la manera que éstas le fueran de utilidad. Habían pasado ya muchos años entre su profesor de cálculo y este alumno. Éste último ya andaba pasados los veinte cuando un día ambos se cruzaron. El aprendiz saludó a su mentor efusivamente, hasta le invitó a su casa. El docente accedió y al llegar a su domicilio quedó sorprendido, el parco estudiante en matemáticas lucía un caro deportivo ante la puerta de un fastuoso chalet.

-        Bueno, ¿y en qué te ganas la vida? – le inquirió el docente.
-        Pues compro y vendo.
-        ¿Compras y vendes qué?
-        Pues compro cosas a 100 y las vendo a 200, y con este 2 por ciento me gano la vida.

miércoles, 25 de enero de 2017

65 y 66. ESTONIA - FINLANDIA MODELOS EDUCATIVOS

Se dice que gracias al frío y a sus pocas horas de sol, los países nórdicos sacan mejores resultados educativos que los sureños. Esta falacia es fácil de desmontar con las valoraciones de PISA. En éstas se observa que Suecia y Noruega no distan demasiado de España, y sin embargo Estonia y Finlandia aventajan a todas, nórdicas o no, con buenos resultados en ciencias. Cabe añadir que Suecia sigue bajando estrepitosamente mientras Dinamarca, Noruega y España se estancan bajo resultados similares.

También se rumorea que una gran inversión en educación es el gran factor del éxito académico nórdico pero esto tampoco se aguanta. El sistema educativo finlandés ha logrado los mejores resultados en todos los informes PISA con menos inversión educativa que sus vecinos nórdicos: Suecia, Noruega y Dinamarca. En Estados Unidos, por ejemplo, han aumentado durante los últimos años un 80 por ciento el presupuesto en enseñanza sin mejorar significativamente sus resultados en PISA.  Además la causa del éxito finlandés no se detalla en este informe de la OCDE. Éstos estudios sólo evalúan los niveles de los escolares y no sus causas. Para conocer estos factores sólo basta leer el libro Gracias Finlandia de Xavier Melgarejo. Este ensayo ofrece simple y humildemente las estrategias triunfantes de Finlandia. Desde su honradez, humanidad y humildad, su autor, el doctor en pedagogía Xavier Melgarejo, nos regala sus amplios conocimientos sobre un sistema de enseñanza exitoso, el finlandés, un sistema que él mismo estudió y se ganó a pulso sin ayuda institucional española alguna. Merecidamente, y a finales de octubre de 2014, le fue otorgada la cruz de caballero de la Rosa Blanca por parte del Gobierno de Finlandia. Para quien conozca al autor, éste es, y por encima de todo, un espíritu bondadoso lleno de lucha, perseverancia y amor, pero que no se engañe el lector ya que este pedagogo práctico exuda crítica, sinceridad y acidez hacia la mediocridad institucional. Su lucha contra el cáncer le ha reforzado el valor que ya sentía por algo que continuamente se nos escapa de las manos, el tiempo. Si las cosas deben resolverse y sabemos cómo, ¿a qué esperamos? Si el modelo finlandés resuelve el fracaso escolar bajo la equidad y la eficiencia, ¿qué demonios hace nuestro país con la igualdad, la libertad y la felicidad en sus objetivos educativos? ¡Si jamás los alcanza! Por tanto hay que abandonar los debates aceitosos y pegajosos por fuera pero vacíos y teóricos por dentro por soluciones prácticas y plenamente probadas, una Enseñanza Múltiple Contrastada a lo finlandés.

Finlandia desarrolló su actual sistema educativo por los años sesenta cuando la URSS amenazaba con invadirla. Eran tiempos en donde la Guerra Fría convertía a este país en plataforma estratégica frente a los Estados Unidos. En la mente de los finlandeses, y viendo el riesgo de ser digeridos por el gigante soviético, creció la idea de crear un sistema educativo que preservara tanto su lengua, cultura e identidad. Es más, planearon que la cultura finlandesa deviniera indisoluble ante el maremoto ruso. Y así lograron uno de los mejores sistemas educativos europeos. Es complejo detallar qué otorga exactamente el éxito a esta estructura de enseñanza. En realidad es un laberinto de vigas que triangula la solidez de todo un edificio. Las más fundamentales son las siguientes: la didáctica que les indica como enseñar en el aula; las empresas que exigen buenos profesionales; la ciencia que determina que prácticas educativas funcionan o no; una sociedad que valora la solidaridad y el civismo; un dominio excelso de un par de idiomas como mínimo; unos aspirantes a docentes con las mejores notas de bachillerato; y finalmente, y lo más importante, unas familias altamente comprometidas en la educación de sus zagales. Cabe matizar, y para comprender todo en su conjunto, que la inmigración no finlandés - parlante es muy baja.

Todo lo anterior se estructura en dos pilares que reducen el fracaso escolar. El hecho que los estudiantes no aprendan puede ser causado por dos causas: las disfunciones genéticas que en Finlandia son diagnosticadas y tratadas en infantil; y el entorno externo cuya solución reside en la educación bajo unos buenos hábitos estudiantiles. Éste es el enfoque de este país y de este ensayo. El camino finlandés resulta pues complejo pero eficaz. Por un lado se diagnostica y trata cualquier limitación clínica del alumno ya en infantil o primaria. Y por el otro se trabajan los hábitos de aprendizaje con maestros y profesores doctos y altamente cualificados que enseñan a sus alumnos a devenir buenos profesionales y cívicas personas. Para ello, y ya en primaria, se imprime un dominio brutal y excelso de la comprensión lectora, base de todo concepto a poseer en la mente y a plasmar en un escrito o exposición oral. En todo ello la familia se siente la principal responsable de la educación de sus hijos y no la escuela. Padres y madres se comprometen a atender a sus vástagos bajo el esfuerzo en buenas rutinas de trabajo, descanso y juegos, más un hogar tranquilo, ordenado y ejemplar que todo niño necesita. La administración local, descentralizada del Estado, se encarga que todo escolar tenga las mismas oportunidades bajo una misma ley que ya fue consensuada por conservadores y progresistas hace décadas. Esta descentralización da mayor rapidez a la toma de decisiones sobre alumnos y necesidades familiares que si la cosa pasara por un Departamento de Enseñanza. De esta forma, centros educativos de titularidad municipal, familias muy presentes en el hogar y administración local conocedora del entorno, trabajan juntos configurando el sistema educativo nacional, algo que jamás ha sucedido en la península ibérica. Por otro lado el sistema finlandés parte desde su nivel más bajo, infantil, hasta llegar a la universidad alcanzando una sociedad del conocimiento comprometida profundamente con la educación. En resumen podríamos decir que el modelo educativo finlandés, y las leyes que lo han hecho posible, inciden en tres ámbitos, el docente, el familiar y el administrativo.

Los docentes son doctos expertos con una nota media superior al 9 de bachillerato y reválida, que además dominan su propia especialidad, la comprensión lectora y la didáctica empática con sus alumnos. Las familias se sienten la parte más importante en la educación de sus hijos dedicándoles tiempo, rutinas y amor. Y finalmente la administración local asegura la equidad de los alumnos gracias a un amparo legal consensuado políticamente, con poca burocracia y centros educativos bien integrados en su población. Pero además los centros educativos finlandeses, la inmensa mayoría de titularidad pública, se rigen de distinta manera que los nuestros. Por un lado existen dos líneas de currículum, uno nacional muy breve, y otro municipal extenso y adaptado a las necesidades locales. Por otro lado las clases no superan los veinte estudiantes cuyo horario está formado por sesiones que no llegan a los sesenta minutos. Éstas a su vez se distribuyen intercaladas entre pequeños descansos que mejoran el nivel de atención.

Al final Melgarejo nos dice que todo esto se lo debemos a Finlandia, y así titula su libro, Gracias Finlandia, pero realmente deberíamos decir, Gracias Xavier. Ahora que nuestra política mueva ficha y que el modelo educativo estatal no se vea sólo bajo leyes que sólo afectan a una parte del sistema, los centros, sino que se rija globalmente como en Finlandia. Por desgracia nuestras LOGSE, LOCE, LOE, LEC y LOMCE sólo legislan las escuelas y no lo demás, y ya llevamos de media una ley cada cuatro años sin que disminuya nuestro fracaso escolar, es decir, cambiar de ley cada cuatro años no mejora nuestro sistema ni escolar, ni educativo. En fin, si Unamuno dijo aquello de, que inventen ellos, ya va siendo hora que lo usemos. Gracias Finlandia y Gracias Xavier.

De todas formas hay quienes dicen que con la crisis vigente no sería posible aplicar el modelo finlandés por falta de recursos, que el principio de equidad saldría demasiado caro y que el Estado no podría asumirlo. Es cierto que el modelo finlandés subvenciona a las familias necesitadas para que cada alumno tenga las mismas oportunidades educativas. Según el Banco Mundial, Finlandia pertenece al grupo de los países con mayor igualdad de oportunidades entre sus alumnos ya que las ayudas estatales permiten que la mayoría de niños y niñas finlandeses no vivan en la pobreza. De esta manera sus familias pueden atenderles en rutinas, cariño y descansos. Eso conlleva que el riesgo de chasco escolar disminuya y que, en gran parte, el modelo finlandés logre los mejores resultados de los informes PISA. Por tanto estamos hablando de bastante dinero en ayudas familiares, una divisa que quizás España no posea. Pero si analizamos las cuentas estatales veremos que si hay dinero para la equidad. Pongamos por ejemplo el año 2011. En marzo de éste supimos que el déficit anual español equivalía al 8,51 por ciento del PIB nacional, es decir, 91.000 millones de euros que se debían a bancos extranjeros, más del doble de lo que dijo Rajoy un mes antes, unos 40.000 millones de euros. Algunos políticos acusaron a las autonomías del déficit pero ello fue un engaño a tenor de los datos publicados por el propio Estado. De los 91.000 millones que se debían, 55.000 pertenecían a la administración central con sólo un 21 por ciento del gasto estatal mientras que las autonomías asumían mucho más, un 35 por ciento, pero debían casi la mitad que el Estado, unos 32.000 millones. Quedaba claro que quien debía más era el propio Estado aún ostentando un gasto menor que todas las autonomías juntas. En fin, que era el Estado quien lastraba la economía nacional y no la autonómica. Pero, ¿dónde pivotaba tanto gasto estatal? Pues en defensa. La administración central se gastó gran parte de esos 55.000 millones en defensa militar en detrimento de partidas competencia de las autonomías como eran sanidad, educación e investigación. No podía comprenderse el gasto del Ministerio de Defensa en adquirir las armas más sofisticadas del mundo como tanques Leopardo, cazas EF-2000 y fragatas F-100 mientras se restaban profesores en los centros educativos. El gasto militar español subía hasta los 30.000 millones de euros anuales, pero cabía sumarle otras partidas que el Estado colocaba en otros ministerios como los costes de un avión de combate anotado al Ministerio de Industria, y los gastos de mantenimiento de las bases militares puestas en los costes del Ministerio de Obras Públicas. Todo ello significaba unos 20.000 millones de euros al año a añadir a los 30.000 millones iniciales en defensa, un total 50.0000 millones que cubrían más de la mitad del déficit del 2011 que todos los españoles estaban pagando. Defensa resultaba pues el ministerio más costoso del Estado español adquiriendo armas muy caras ante enemigos que no existían y con dinero que se recortaba a sanidad, educación e investigación. Así pues, y con los números publicados por el Estado, se podía decir claramente, el Gobierno español, que no autonómico, primaba las armas a la educación, un dinero que hubiera permitido aplicar la equidad del modelo educativo finlandés pero que el Estado lo destinaba a su seguridad nacional. De todas formas no es oro todo lo que reluce y ningún presente es para siempre. El modelo educativo de Finlandia denotó cierta caída poco antes del 2016.

Durante los años sesenta el sistema educativo de Suecia era uno de los mejores de Europa. El nivel de exigencia en contenidos desde infantil y primaria estaban en la base de aquel éxito. En 1967, y con la llegada de Olof Palme como ministro de educación, todo cambió. Él y su equipo consideró que se enseñaban demasiadas cosas en los colegios y redujo el currículum. Durante los cuarenta años posteriores el fracaso escolar se disparó hasta volverse crónico. El ejemplo anterior parece que estaba detrás de los resultados de Finlandia a partir del 2009. Entre ese año y el 2012 Finlandia cayó 23 puntos en las pruebas PISA en sus disciplinas reina, matemáticas y lengua. El gobierno finlandés atribuyó tal receso al aditivo de una corteza arbórea en las leches de los biberones, algo que afectó cerebralmente a una generación de estudiantes. Pero para el analista José Manuel Lacasa existía otra explicación mucho más lógica y universal.

Lacasa demostró en 2010 que los países con currículos rigurosos y homogéneos desde infantil, independientemente de la riqueza del país, de los factores sociales, de la formación docente o de las pedagogías aplicadas, obtenían mejores resultados en PISA que las naciones o regiones con contenidos escolares menos estrictos y más dispares entre sus centros. Casualmente Finlandia había debilitado su currículum en 2004 bajo la batuta de muchos pedagogos, hasta había eliminado las reválidas estatales. Pero algunos pedagogos finlandeses afirmaban que se estaban enseñando demasiadas cosas a los escolares y que ello los alienaba. Para ello se alentó el trabajo en grupo reduciendo los contenidos académicos y evaluando una serie de competencias y habilidades. Estas eran el pensar, el cuidarse, la expresión oral, la emprendimiento, la participación, la ICT y el multi alfabetismo.  Además Finlandia había dejado que cada centro adaptara el currículum a enseñar según sus propios criterios, su espíritu innovador y sus evaluaciones internas pero sin ser críticos con su bajada en PISA y sin exámenes externos estatales. En fin que el debilitamiento del currículum finlandés provocó la disminución de la exigencia, el acomodo de muchos alumnos y el consecuente descenso en conocimientos. Pero la autonomía de centros establecida en Finlandia causó también que cada escuela creara su propio currículum de contenidos apareciendo así centros educativos con dispares velocidades de enseñanza. Cabe recordar que en este país se trabaja con dos currículum, el estatal y el municipal. En conjunto, todo aquello explicaba la caída en PISA de Finlandia y quizás el declive de su fama como modelo educativo. Cabe preguntarse que hizo el gobierno para resolver esta situación. Pues en 2014, y con las facultades de matemáticas quejándose del receso en cálculo de los nuevos alumnos, el ministerio de educación dictaminó reducir todavía más el currículum escolar, y sobretodo el científico. Por cierto en Finlandia no existe la cuarta ciencia en los programas, la Geología, sino que todo se incluye en una de humanidades, la Geografía.

Descrito lo anterior, y con el objetivo de mejorar en PISA, el gobierno finlandés contrató a más pedagogos y debilitó aún más los contenidos estatales. Durante las V Jornadas de Secundaria en noviembre de 2016 Lacasa lanzó un pronóstico en Barcelona, que Finlandia volvería a caer en los próximos resultados PISA. El 6 de diciembre de 2016 se publicó el informe PISA y la sorpresa fue decepcionante. En lectura menos cinco puntos, en matemáticas menos diez y en ciencias menos once. Es decir, Lacasa acertó y su hipótesis que debilitar el currículo traía consigo la caída de competencias y conocimientos cogía cada vez más forma. Finlandia había caído más de treinta puntos en seis años. Añadamos que Singapur, con un currículum elevado y homogéneo en todos sus centros, ganaba de panadera a todos los países del mundo. Pero la sorpresa la estaba dando un país modesto cuyo refuerzo en contenidos estaba dando su fruto. Estonia ya llevaba años viendo aumentar sus resultados en PISA. Lo sorprendente seguía siendo que, educativamente, se hablaba mucho más de Finlandia que de este pequeño estado, más si ahora aventajaba con creces a unos fineses dormidos en sus laureles. La caída de Finlandia en lectura, ciencias y matemáticas era como el Rey desnudo. Los prejuicios vanagloriaban sus vestimentas pero la observación delataba su falsedad. Hacía falta saber claramente qué tenía Estonia que no tuviera Finlandia.

Cuando cayó el muro de Berlín y el antiguo imperio soviético se desmoronó, Estonia pudo surgir con identidad propia. Fue entonces cuando diseñó su propio sistema educativo plagiándolo de su vecino del norte, Finlandia. Poco a poco fue mejorándolo hasta alcanzar a su maestro. Hoy en día, y a nivel de las pruebas PISA, le supera.

En enero de 2017 vino a Barcelona Viivi Lokk, miembro del Departamento de Educación de Tallinn, la capital de Estonia. De hecho fue invitada por el Consell Escolar de Catalunya durante unas jornadas sobre educación que se celebraban en el Cosmocaixa de Barcelona. Viivi explicó el modelo educativo de Estonia pero en ningún momento detalló el aspecto diferencial entre ellos y Finlandia, yo creo que por corrección. Así pues no quedaba claro qué explicaba el descenso en PISA de Finlandia y la superioridad de Estonia. De hecho el modelo educativo de éste estaba inspirado en el de Finlandia con familias muy comprometidas en la educación, enseñanza lingüística consolidada en primaria, ayudas económicas a familias sin recursos, base didáctica con iguales principios, colegios de administración municipal, exigente formación para ser maestro o profesor, formación pedagógica impartida por docentes, directores de profesión evaluados frecuentemente, autonomía de centros con docentes de alto nivel, detección y terapias en alumnos con dificultades ya en infantil, evaluación de centros y docentes, baja inmigración y bilingüismo en sus centros. Entonces, ¿cuál era la diferencia significativa? Aparentemente ninguna ya que ambos modelos educativos eran casi clónicos. Quizás la respuesta vendría luego durante el debate. Después de la conferencia se abrió una tertulia a dos entre Lokk y el presidente de EFEA, Xavier Chavarría. Allí nada se insinuó al respecto. Fue después, cuando pude mantener una conversación personal con Viivi Lokk, que dilucidé el acertijo. Al principio ella dijo que no veía diferencias significativas que explicaran las divergencias en PISA entre Estonia y Finlandia, pero cuando le detallé las teorías del analista José Manuel Lacasa asintió. De hecho añadió que otros en Estonia pensaban de manera similar. Y ahí estaba la desigualdad entre ambos países, en el nivel del currículum. Mientras que Finlandia llevaba años rebajando sus contenidos, Estonia no lo hacía. Había más, el currículum estatal de Estonia era común para todos sus centros sin rebajas ni excepciones. Cada centro tenía autonomía para enseñarlo como quisiera pero en 3º, 6º y 9º había unas reválidas estatales a superar en ciencias, matemáticas e idiomas, y cabe recordar que Finlandia las suprimió en su última reforma. Resulta obvio que una enseñanza con reválidas exige mucho a los centros y a sus alumnos. Ya la primera y segunda reválidas garantizan que todos los alumnos estonianos dominen uno o dos idiomas antes de secundaria, base mental para toda enseñanza conceptual. De hecho el 25 por ciento de alumnos en Estonia son rusoparlantes, herencia de la dictadura comunista hasta 1991. Estos son quienes, en las reválidas estatales en estoniano, obtienen notas significativamente algo inferiores a los estonohablantes. El lenguaje es la base del conocimiento, del pensamiento y del raciocinio en la enseñanza.

En resumen, si Estonia ha superado Finlandia en PISA no lo ha hecho por caprichos estadísticos sino por mantener un currículo común, homogéneo y exigente para todos sus centros. Cabe recordar que el país con mejor puntuación en PISA, Singapur, hace lo mismo. Esto no son interpretaciones, son hechos que nos cuentan los números. Claro está que las matemáticas no son de dominio común entre muchos de los expertos en educación. Quizás se ha odiado demasiado a los profesores de aritmética.

64. ¿PROFES COLEGAS DE LOS NIÑOS?

Jesús decía de los niños, dejad que se acerquen a mi, pero no que le tomaran el pelo. Hay expertos que pregonan la igualdad entre alumnos y profesores bajo el precepto que se debe enterrar aquel docente franquista autoritario de antaño a cambio de potenciar la democracia vigente. Lo curioso del caso era que el enseñante autoritario que estos teóricos destruyen jamás fue franquista, ya existía en la república, e incluso mucho antes en Babilonia. La escuela de la disciplina y el orden extremo se creó mucho antes que la Guerra Civil dejara el país en manos franquistas. Republicano, fascista o anterior, aquel colegio de golpes y tortas era un extremo que quienes las recibieron pensaron en extinguir. Por eso ahora hay algunos pedagogos teóricos que defienden que los docentes jamás deben proferir presiones a los alumnos, todo lo contrario, que deben argumentar y dar todo tipo de explicaciones a los escolares ante cualquier decisión que les afecte. Insisten estos expertos que el esto se hace porque lo dice el maestro, debe extinguirse por completo para que los profesores se transformen en alguien cercano a los alumnos, es decir, un profesor progre y amigo de sus alumnos. Ya se sabe que ser colega de un menor no asegura su confianza. Si un adolescente ve a un adulto como a un camarada difícilmente le hará caso ante una orden o una sanción merecida. Y no se está hablando de pegar a los alumnos, algo que la ley ya prohíbe, sino de no dirigirnos al otro extremo, el de unos docentes camaradas. Y ojo, que entre amigos también se las dan y se condena.

En un instituto de Gavà en Cataluña hubo un profesor de historia que les comentaba a los chavales que los porros no eran malos, que no enganchaban, que su hija los había fumado y que nada malo le había ocurrido. Añadía que el hachís no era el camino a otras drogas duras. Durante las excursiones si los alumnos fumaban marihuana, este docente miraba hacia otra parte. Además su forma de evaluar era del todo progre ya que sólo exigía trabajos sin examen alguno dedicando gran parte de las clases sólo a ver películas. El se proclamaba a si mismo anarquista aunque votara a otros partidos y defendiera el comunismo entre sus alumnos, algo nada objetivo en sus clases de historia. Su afán de protagonismo entre sus estudiantes le llevaba a mantener amistad, según él, con sus jóvenes adolescentes. Su perfil colega y cercano a los alumnos le llevó a liarse con una de sus alumnas veinte años más joven. En fin, que por huir del autoritarismo arcaico escolar se llegó al otro extremo de la balanza sin quedarse en el término medio, la autoridad docta y objetiva, que no el autoritarismo. En fin, este profesor amigo adoctrinaba y manipulaba a sus escolares, o dicho de otra manera, abusaba de su posición superior en conocimientos y autoridad.

Conseguir que un grupo de adolescentes crea en un adulto reviste todo un arte que el educador debe manejar con gran pericia. El docente amigo de sus alumnos difícilmente alcanzará tal cima educativa, aunque si podrá manipular y adoctrinarlos. El secreto de ser justo y enseñar verdades reside en ser objetivo y saber imponerse ganándose su confianza. Si los alumnos así acceden, se hallan ante una autoridad sin autoritarismo aunque pudo haberlo inicialmente. Por desgracia la igualdad entre educadores y escolares que defienden algunos expertos es una utopía que ha hecho mella en los alumnos.

-        Se lo diré a mi padre y ya verás como te pondrá luego el consejo escolar – amenazaba un escolar a un docente.

La democratización del aula, con su consecuente ausencia de autoridad, también llega a veces a la familia. Algunos padres influenciados por este progresismo mal entendido afirman que son muy amigos de sus hijos, en fin que la democracia se comprendió fatal. Para votar hay que saber y ser adulto, ¿o acaso defenderemos que nuestros alevines puedan votar al presidente del gobierno?, ¿se imaginan lo fácil que sería manipular su voto? Ocurrió por los años veinte en Estados Unidos que el candidato a la presidencia, el demócrata William Jennings Bryan, manipuló la educación en muchas escuelas. Éste presidenciable afirmaba que la Teoría de la Evolución de Darwin era falsa en defensa del creacionismo. Hoy en día, y por culpa de esa manipulación, en Arkansas, Tennesee y Mississippi un cuarenta  por ciento de los alumnos de entonces cree que hace unos 10.000 años Dios lo creó todo. Es obvio que jamás deben confundirse esos dos mundos en la educación, el de los educadores que deben enseñar realidades y el de los escolares que deben aprender sin manipulaciones. Los primeros poseen libertad a cambio del peso de las obligaciones, los segundos deberían aprender el equilibrio entre ambas. Como dijo el escritor Fernando Savater.

Los maestros deben ser conservadores hoy por rectitud de conciencia para que algunos alumnos puedan mañana ser revolucionarios con conocimiento de causa.

No es aconsejable que seamos colegas de los adolescentes ni que los docentes lo sean también. En el tan aplaudido modelo finlandés y estoniano se practican tres premisas que les otorgan el mayor éxito académico de toda Europa, su conservadurismo, su profesionalidad y su autoritarismo. En los modelos educativos anteriores no se cometieron los errores de nuestro país. Cabe indicar aquí que en el aula no deben confundirse los siguientes conceptos. Lo que viene a continuación es del profesor Ricardo Moreno.

Primero, la flexibilidad de las normas que defienden algunos pedagogos no debe confundirse con la ausencia de éstas. Muy a menudo durante los botellones que cada jueves suceden en la Universidad Autónoma de Madrid se opta por permitirlos con una brigada de limpieza que borra toda huella del delito.
Segundo, tolerancia no significa permitir la falta de respeto ya que tolerar no es educar en libertad, es educar bajo la dictadura del capricho.
Tercero, un educador cercano a sus estudiantes no es un colega, simplemente es quien irradia empatía y confianza, no tolerancia.
Cuarto, facilitar el aprendizaje no se corresponde con el sobreproteccionismo. En muchas ocasiones vemos como muchos padres acompañan a sus hijos en selectividad o en las colas de matriculación universitarias.
Quinto, amenizar las clases no implica una educación sin esfuerzo ya que sin éste no se valora lo que se aprende ni quien te lo enseña, el docente.
Sexto, promover la participación en las clases no equivale a que todos opinen de todo ya que todo no lo saben y sin conocimientos difícilmente se puede argumentar correctamente.
Y séptimo y último, aprender por competencias jamás debió significar la rebaja de los contenidos ya que se menosprecia la memorización de los mismos.

Recuerdo el caso de una profesora de primero de la ESO que para dejar clara la distancia entre educador y estudiante, pero sin imponer disciplinas arcaicas, se inventó un sistema del todo curioso y eficaz, los puntos verdes y naranjas. Con la lista de clase colgada en el tablón del aula, iba poniendo puntos de clorofila o de mandarina según lo aplicados que resultaban sus preadolescentes, verde para lo positivo, naranja para lo fallido. Al final ellos mismos, con o sin resquemor, iban al tablero y se autoadjudicaban sus puntos. Jamás la susodicha profesional utilizó tal competición para imponer notas, sólo resultó un juego en donde los infantes comprendieron sus obligaciones en el aula, no la democracia estatal de sus adultos. Un sistema de enseñanza es democrático si asegura que no deja atrás a sus aprendices, algo que Finlandia y Estonia tienen muy claro. Y por cierto, nuestra democracia no es tal ya que el pueblo manda bien poco. Si impusiéramos el actual modelo democrático entre profesores y alumnos estos últimos todavía serían menos de lo que realmente son.